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Pedro Sánchez está hasta el escroto de Podemos, y para deshacerse de ese gargajo viscoso que él llevó, sin depuradora mediante, desde las aguas fecales del Congreso de los Diputados a las escupideras del Consejo de Ministros, necesita a Yolanda Díaz, que no es líder de nada ni de nadie, sino una golosina inocua que cree poder tener controlada. De momento. Pedro Sánchez sabe que la leyenda que almena la heráldica de la rubia de bote (y no sigo con el ripio, que es muy tabernario) reza así: “Donde hay codicia, hay esperanza”… y Yolanda es un basurero de codicia, como toda neocomunista salida de las crisálidas de Carolina Herrera y de los bolsos de Louis Vuitton, y calzada, como una cenicienta bolchevique, por Manolo Blahnik. Es una constante histórica, estas rojas de cantina y de sindicato chapero, de pancarta y algarada, de caspa y casqueria política, hacen su revolución para vestirse y aderezarse como zarinas y princesas pijas Serrano y Sotogrande.
Para que la farsa funcione el público ha de estar dispuesto a creérsela, y el público de Pedro Sánchez y de su siniestra izquierda (perdón por el pleonasmo) está más que dispuesto, o sea predispuesto, a comerse el trágala de Yolanda Díaz y su barraca Sumar, sin platea y sin gallinero pero con mucho proscenio. Todo el escenario para la rubia de bote hasta la Elecciones Generales y, bajo la concha del teatrillo, el apuntador de la Moncloa para que Yolanda no se salga del libreto y rebuzne algún exabrupto bolivariano como los que vomitaba cuando iba, a gastos pagados por Hugo Chávez, a Caracas, con sus pantalones morunos, sus sandalias de romano y sus sobacos sin depilar, a bailarle un Sebucán al Gorila Rojo del Orinoco. ¡Qué tiempos aquéllos!, en los que Yolanda aún apestaba a colmao comunista y se humedecía con el álbum de fotos del Che Guevara. Hoy solo se ponen tontita, tierna y floja con el erotismo del lujo y con el glamour obsceno de la aristocracia del dinero, no de la ética ni del mérito.
De momento le pinta bien la farsa de la rubia de bote a Pedro Sánchez, porque el comunismo cursi de Yolanda Díaz, ese comunismo que esconde y afila sus colmillos tras un tutú capitalista, tiene mucho predicamento en la infantilizada e idiotizada masa de maniobra electoral española integrada, mayoritariamente, por zampabollos de trágalas, cofrades de la democraciaquenoshemosdado y borregos del trilerismo parlamentario. Pinta bien, sí. La prueba es la jeta que se les ha quedado a Montero, a Belarra y a toda la piara podemita, que parecen las Caras de Bélmez haciéndole vudú a Iker Jiménez.
Autor
- Eduardo García Serrano es un periodista español de origen navarro, hijo del también periodista y escritor Rafael García Serrano. Fue director del programa Buenos días España en Radio Intereconomia, además de tertuliano habitual de El Gato al Agua en Intereconomia Televisión. Desde el 1 de Febrero del 2019 hasta el 20 de septiembre del 2023 fue Director de El Correo de España y de ÑTV España.
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Que yo conozca, en la actualidad, el único columnista vivo todavía que hace de la columna periodística todo un género literario. Y encima con grandes dosis de inteligencia y humor!! Todo un lujo.
Un vocabulario muy apropiado para describir a esa mugre progresista.
Pues los españoles sensatos estan hasta los cojones de bocazas, piones y memos que no sirven mas que para enredar.