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“Deberíamos de darnos cuenta de que las vidas de nosotros los ciudadanos son utilizadas como peones de un ajedrez de intereses que no son los nuestros, pero no nos damos cuenta porque, como dijo Jacinto Benavente, premio Nobel de Literatura 1922: “Solo los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, se complacen en ser mal gobernados”
El objetivo del juego de ajedrez es amenazar al rey de forma que no pueda escapar de la amenaza y, una vez conseguido esto, matarlo. Me pregunto: ¿Se está jugando en España una partida de ajedrez cuyo tablero es la piel de toro y el objetivo eliminar al rey? Yo mismo me contesto a la pregunta: “Si, quieren eliminar al rey porque es la pieza fundamental que, una vez eliminada, les permitirá ocupar todo el tablero de España e implantar un régimen autoritario de tipo soviético.”
En el juego del ajedrez el rey es la pieza fundamental. Protegerlo es el trabajo que se le encomienda a las piezas importantes y a los peones y, si se le amenaza con jaque, salvarlo de inmediato del siguiente movimiento que podría ser el mate.
En una democracia que descansa sobre los cimientos de una monarquía parlamentaria, el rey es la pieza fundamental de esa democracia, por lo tanto, al rey hay que protegerlo de los ataques a los que se puede ver sometido por quienes quieren cambiar el régimen. En el tablero de ajedrez el rey se puede proteger a sí mismo mediante el enroque, pero solo lo puede hacer una vez; son las demás piezas las que, en sus movimientos, buscaran la protección del rey y la eliminación del contrario. Caballos, torres, alfiles como piezas importantes por la variedad de sus movimientos y combinaciones y peones (más limitados por su escasa movilidad y su incapacidad para retroceder) deben actuar con la inteligencia, la determinación y el valor necesarios para proteger a su rey. En el tablero de España, las piezas importantes que deberían proteger al rey, no lo hacen o lo hacen tímidamente por lo que están cediendo espacios del tablero a los otros que van con clara determinación a dar “jaque mate” al rey. Quedan los peones, pero ya sabemos las limitaciones de esas piezas. Sin embargo, a veces son los peones los que salvan al rey. El Gran Maestro Philidor decía: “Los peones son el alma del ajedrez y pueden ser determinantes en el resultado de la partida, siempre que sepan relacionarse entre sí y de su posición en el tablero”. Lo cierto es que durante una partida el rey no puede permanecer bajo la amenaza de las piezas enemigas en ningún instante, debe ser colocado de forma segura y estar permanentemente protegido.
En el tablero de España, ya hemos dicho que las piezas de más peso no están protegiendo bien al rey por falta de determinación, dudas y, en algunos casos, cobardía. Mientras, las piezas enemigas demuestran en cada movimiento su determinación clara y diáfana de dar “laque mate” al rey. Quedan los peones.
Podríamos decir que, al igual que las piezas importantes del ajedrez que se juega en España, están representadas por los políticos, las instituciones, los jueces, los grandes empresarios, la banca etc. los peones está representados por los ciudadanos que, al igual que los peones del ajedrez, estamos limitados en nuestros movimientos. Según avanza esta partida en el tablero de España, parece ser que el resultado de ella va a estar en manos de los peones cuando hagan oír su voz con sus votos. Pero ya hemos dicho que para que los peones puedan, por sí solos, proteger al rey y evitar que los otros le amenacen con jaque y puedan darle mate, es necesario que los peones (los ciudadanos) sepamos interrelacionarnos y sepamos ocupar la posición idónea en el tablero.
En este momento de la partida de ajedrez que se juega en España, el rey está amenazado y a punto de jaque y las piezas importantes que podrían protegerle, o bien no lo hacen o lo hacen de forma tímida, inconsistente y sin determinación, y los peones estamos, no ya bien relacionados, sino enfrentados y muy mal situados en el tablero, un tablero compartimentado en 17 compartimentos en cada uno de los cuales, los peones (los ciudadanos) vivimos de espaldas a los demás.
En el juego del ajedrez, si quieres enrocar al rey para tenerlo protegido, debes hacerlo tan pronto como puedas. En el ajedrez que se está jugando en España aún no hemos enrocado al rey y no sé si todavía puede y debe hacerse ese movimiento de protección. Si puede hacerse, hagámoslo ya no vaya a ser que, cuando queramos evitar el jaque que están tramando el gobierno y sus cómplices, ya sea demasiado tarde y en un solo movimiento pasen del “jaque” al “jaque mate”. Y ya sabemos lo que significa literalmente “jaque mate”, término que viene del persa “Shâh mâta”: “El rey no tiene escapatoria”
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