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El Portahidros “Dédalo”

En este año de 2022 se celebra el centenario de la entrada en servicio, como buque de la Armada, del Portahidros “Dédalo”, el primer barco con capacidad para transportar aeronaves que prestó servicio hasta que en abril de 1936 fue dado de baja en la nómina de Buques de la Armada.

A lo largo de sus casi trece años de vida operativa, constituyó una pieza fundamental en la naciente Aeronáutica Naval y fue testigo y actor en hechos que resultaron trascendentales en la historia reciente de nuestra Patria.

La historia de este buque se remonta a su fecha de botadura, en 1901, como buque mercante de bandera alemana, construido en los astilleros Swan Hunter, situados en el Río Tyne (Inglaterra), siendo bautizado con el nombre de “Neuenfels”.

Internado en España durante la I Guerra Mundial, a su finalización fue entregado a nuestro gobierno, junto con otros cinco cargueros, como compensación de los buques mercantes españoles hundidos durante la contienda, quedando a disposición de la Gerencia de buques incautados por el Estado. En el caso del “Neuenfels”, internado en el puerto de Vigo, fue intervenido el 23 de octubre de 1918, izándose en él la Bandera Nacional y siendo rebautizado con el nombre de “España nº 6”.

Desde los inicios de la Aeronáutica Naval, creada por Real Decreto de 15 de septiembre de 1917, y una vez establecida la Escuela de Aviación Naval en Barcelona y tres años después, en 1920, el Negociado de Aviación Naval integrado en el Estado Mayor Central de la Armada, pronto se tomó conciencia de la necesidad de disponer de un medio naval de transporte de los medios aéreos disponibles con el fin de poder proyectarlos, llegado el caso, más allá de nuestras costas.

Consecuencia de este anhelo, se logra que, en noviembre de 1921, se ceda este buque a la Armada quien comienza los trabajos de transformación y adecuación para el fin previsto de Estación Aeronaval Flotante, encomendándoselos a la factoría “Nuevo Vulcano” de Barcelona, bajo la dirección del Coronel Ingeniero Naval Jacinto Vez.

Finalmente, concluidas las obras cinco meses después y tras realizar las correspondientes pruebas de navegación, es entregado a la Armada quedando integrado dentro de la División Naval de Aeronáutica, creada ese mismo año y compuesta, además de por el “Dédalo”, por el Crucero “Río de la Plata”, el Torpedero “Audaz” y cinco lanchas de la clase “H”.

El 22 de mayo de 1922 zarpa de su base en el puerto de Barcelona, en unión de otros buques de la División, con dirección a la Base Naval de Cartagena, en la que sería su primera singladura como buque de la Armada, siendo su primer Comandante el Capitán de Corbeta Wenceslao Benítez.

El “Dédalo” visto de costado

Las características del buque eran las siguientes: Desplazamiento 9.900 tn. a plena carga; 127,4 m. de eslora; 16,75 de manga, 9,55 de puntal y 7,40 de calado. Disponía de una máquina alternativa, tres calderas y un eje, generando una potencia de 3.000 cv. que le proporcionaba un andar de 10 nudos. Su dotación la componían 398 hombres. Su armamento lo integraban dos cañones Krup de 105 mm. y dos ametralladoras antiaéreas Nordenfelt de 57 mm.

A proa contaba con un hangar en el que podía albergar dos dirigibles semirrígidos SCA y dos globos cautivos, con un poste en la misma zona del buque para su amarre.

Podía transportar, entre la cubierta de vuelo y el hangar, hasta veinte hidroaviones Macchi M-18 -algunos autores los reducen a doce-, aunque suponemos que esta diferencia estaba en función del modelo de avión -Macchi M-18, Supermarine, Savoia S-16, entre otros- embarcado en cada operación.

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La cubierta de vuelo tenía una longitud de 60 m. por 17 de ancho, disponiendo de un ascensor-montacargas para poder trasladar los hidros desde la cubierta a los talleres alojados en la bodega del buque.

El alta de este buque en la nómina de nuestra Escuadra potenció notablemente las capacidades de proyección de la Armada, especialmente en estos años en los que España se encontraba inmersa en la fase de recuperación del territorio perdido en la zona del Protectorado marroquí tras la caída de la Comandancia General de Melilla, en julio de 1921.

De hecho, su bautismo de fuego se registró el 7 de agosto de 1922, cuando, situado frente a Morro Nuevo, en las costas marroquíes, siete de los hidroaviones de su dotación bombardearon posiciones enemigas.

Igualmente, el “Dédalo” fue testigo del primer accidente de la Aeronáutica Naval que le costó la vida, el 20 de junio de 1923, al Alférez de Navío Cervera y al Contador de Navío Suárez de Tangil, cuando el hidro en el que volaban perdió altura y se precipitó al suelo en unos ejercicios realizados en la isla de Menorca. Lamentablemente, este accidente no fue el único del que sería testigo el “Dédalo” durante sus años de vida operativa.

En septiembre de 1925 participa, junto a otros buques de la Armada y de la Marina de guerra francesa, en el glorioso desembarco de Alhucemas, contribuyendo con sus aviones a realizar funciones de observación, localización de posiciones enemigas y bombardeo de las mismas, lo que contribuyó a neutralizar las defensas del enemigo y a que la operación se coronase con éxito.

El “Dédalo” con un dirigible amarrado a su poste de proa

Durante la campaña marroquí, los pilotos de los hidros embarcados en el “Dédalo” realizaron decenas de misiones, tanto de localización de objetivos como de bombardeo, en la costa y territorio enemigo con notable éxito.

Concluida la campaña y pacificada la zona del Protectorado asignada a España, el buque pasa a realizar los servicios asignados a la División de la que formaba parte, participando en diferentes ejercicios y maniobras en concurso con diversos buques de la Escuadra.

En septiembre de 1931, tras el motín de la cárcel Modelo de Barcelona y con ocasión de los graves disturbios provocados, consecuencia de la subsiguiente huelga general promovida por grupos sindicalistas, especialmente la C.N.T., en Barcelona, el “Dédalo”, junto a los mercantes requisados “Antonio López” y “Poeta Arolas”, fue habilitado como buque-prisión para internar a los amotinados y revoltosos detenidos.

En marzo de 1934, en las proximidades de Valencia, se registra un hecho histórico cuyo honor, al igual que en otras ocasiones de nuestra historia, le corresponde la Armada: sobre la cubierta de vuelo del “Dédalo” aterriza y despega, con completo éxito, un autogiro, modelo C-30, pilotado por su inventor Juan de la Cierva y Codorníu, siendo la primera vez en el mundo que una aeronave provista de aspas y de rotor aterriza y despega de un buque.

Un año después, en enero de 1935, el buque pasa a primera situación, previa a su baja definitiva que se produce en abril del año siguiente. El barco es desguazado en 1940.

Hay que consignar que el “Dédalo” fue el primer buque de su época capaz de disponer de las capacidades suficientes para operar, de forma simultánea, con medios de las dos especialidades, aviación y aerostación, al embarcar tanto hidroaviones, como un dirigible y dos globos cautivos.

Pasados los años, en agosto de 1967, treinta y un años después de la baja del viejo “Dédalo” y cuando su recuerdo estaba a punto de perderse en la nebulosa de los tiempos, la Armada dio de alta en su Lista Oficial de Buques (LOBA) a un nuevo portaaeronaves, el “ex USS Cabot”, procedente de la Marina de los Estados Unidos, al que bautizó también con el mitológico nombre de “Dédalo” (PH-01, luego R-01).

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El autogiro C-30 maniobrando en la cubierta del “Dédalo”

En cuanto a su nombre “Dédalo”, hace referencia a un personaje de la mitología griega famoso por sus ingeniosos inventos y por ser el responsable de la construcción del laberinto del Minotauro en Creta. Cuenta la tradición que, para huir de la isla de Creta donde se hallaba prisionero del rey Minos, fabricó unas alas a base de plumas de aves y unidas por cera, tanto para él como para su hijo Icaro quien, al querer volar cerca del sol, provocó que la cera se derritiese, cayendo al mar y ahogándose en el Mediterráneo.

Este año de 2022 se cumple el primer centenario de este buque que prestó muy buenos servicios a la Armada y a España.

Autor

Eugenio Fernández Barallobre
Eugenio Fernández Barallobre
José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.

Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.

Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.

Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.

Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022

Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)

"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)

"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)

"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).

"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).

"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).


Otras publicaciones:

"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)

"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).

"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).

"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).

"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".