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Cuando el comunismo trató de llamarse `socialismo científico’ se basaba en la creencia de que las teorías de Marx económicas eran ‘ciencia’, o sea ‘realidad’. Y con ello pretendía evitar toda crítica o duda sobre ellas.

Desgraciadamente para ellos, la ciencia se basa en pruebas y comprobaciones, en lo ‘empírico’, o sea en la constatación de las teorías o leyes respecto a la realidad, no en meras ‘declaraciones’ al gusto o acordes a ‘ideas’. Ni siquiera en posibilidades o en soluciones que podrían ser reales, sino a las que SON reales. Y deben ser discutidas y probadas siempre que se desee.

Pero para entender este error marxista hay que comprender que hay zonas de la actividad humana que no son ciencia aunque hoy se pretendan tener por tales. El Derecho no es una ciencia, es útil o no, justo o no, pero es una invención humana, no algo real en sí mismo.

Lo mismo pasa con la Economía, puede ser buena o mala en resultados, pero es una práctica humana, no algo real en sí.

Por eso Derecho o Economía puede ser decididas por voto democrático, aunque se llegue a soluciones absurdas, pero es posible. El comunismo y el capitalismo se imponen, fracasan o no, según con que parámetros se valoren sus resultados, pueden ser lógicos o no, pero no se oponen a una realidad o hecho al ser puras invenciones o montajes humanos.

Otra cosa es diferenciar las consecuencias, interpretaciones o valoraciones de un hecho o una realidad científica, del hecho en sí.

El análisis del hecho debe seguir las normas que la ciencia da para analizar realidades, y debe ser libre, sin más medios que la comprobación de las pruebas y su valoración.

Esto es muy aplicable a una faceta de la ciencia llamada ‘Historia’. Los hechos pasados son hechos, son pues realidades. Su estudio debe ser científico, basado en pruebas, en un análisis libre y científico de los datos. En realidad en toda Universidad de Historia se dan las normas lógicas para analizar todo hecho histórico en sí mismo.

Si hubo o no cámaras de gas en los campos alemanes de la II Guerra Mundial no es dar opinión sino analizar un hecho. Y debe ser libre, basado en pruebas que se aporten libremente y se valoren de forma aséptica, meramente científica.

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La prohibición de negarlas o dudar de ellas es un tema de ‘Derecho’, o sea no científico, que no puede afectar a la realidad en sí. En realidad esta prohibición anula toda valoración científica del hecho en sí como Ciencia, al no ser libre. El hecho queda así no demostrado ni discutible, queda convertido en una mera imposición humana.

Y esto se basa en un tema esencial. Los hechos científicos son absoluta y totalmente anti democráticos. La Naturaleza es anti democrática en tanto su esencia y como realidad.

Cuando a la Iglesia le gustaba que la tierra no estuviera girando en torno al Sol, o cuando al Sistema le gusta imponer que existieron cámaras de gas masivas, en ambos casos pudieron recurrir al Derecho, que no es científico, pero no cambiaron con ello la realidad.

Y eso lleva a algo sumamente desagradable para la democracia: El voto no puede cambiar la realidad, solo puede prohibirla en Derecho e imponer una utopía legalmente.

Y eso les pasa a los demócratas en muchos temas, lo que hace que cometan todo tipo de tropelías legales contra la ciencia y la naturaleza. Declaraciones de Parlamentos y organizaciones internacionales que pretenden definir la ciencia sin aceptar ni debates, ni pruebas, ni comparación con la realidad o la Naturaleza.

Nada molesta más al demócrata que saber que el voto no es ‘realidad’, no implique ‘el hecho’, y por ello rabian legalizando como si con ello el ‘hecho’ fuera lo votado.

Un ejemplo son esas declaraciones oficiales de Parlamentos diciendo que no existen las razas, y suponiendo que eso las ‘elimina’ como ‘hecho natural’. Por supuesto luego hay mil contradicciones médicas y realistas, o protestas de los negros o indígenas (y judíos) que no aceptan renunciar a ‘su raza’. Pero el tema genético y étnico no depende de declaraciones ni del Derecho.

Pasa otro tanto con el sexo, al que llaman ‘democráticamente’ ‘género’, sin que ello elimine el sexo real y científico, la naturaleza. Y se lamentan de que la Naturaleza no haya permitido al sexo masculino engendrar hijos para ser más iguales. No saben qué hacer con las hormonas, diferencias de mil tipos, y organizan las más extravagantes teorías para ocultar la realidad.

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La Igualdad es otra de las imposiciones democráticas, que no quieren circunscribirlas solamente a la igualdad en el Derecho (que es un tema de decisión humana, discutible o no), sino que se empeñan en hacer creer que con el derecho y el voto se logra la igualdad en si del ser humano en la ‘realidad’.

Todo estos temas se basan en hechos, y deben ser debatidos científicamente, de forma libre, sin presiones ni censuras, con pruebas y comparando las teorías con la realidad.

La ciencia es un método de conocimiento de la realidad, y como tal a menudo mejora, se descubren cambios o errores.

La Historia está llena de errores ‘científicos’ y más aun de avances que han ampliado descripciones previas científicas. Pero esos camios se hacen por métodos científicos no por declaraciones democráticas, ni deseos, ni votos, ni dictaduras.

Toda idea científica por muy segura que parezca, está siempre sujeta a revisión si aparecen pruebas nuevas

La física cuántica y la constitución del átomo han ampliado muchísimo nuestros conocimientos, pero estos adelantos no se han basado en votos, ni siquiera en ‘ideas’ sin que los descubrimientos se han producido empíricamente, luego de teorizan y por fin se comprueban esas teorías en nuevos experimentos sobre la realidad.

Algunos podría decir que los principios de las Matemáticas son indiscutibles, no hay revisión posible a 2+2=4.

El hecho probado es que 2 manzanas + 2 manzanas son 4 manzanas, eso se puede comprobar en la realidad.

Las matemáticas como tal no son hechos sino resultado de una lógica pura, y por ello son ciertas en tanto la lógica se siga correctamente. Y cuando se aplican a la realidad se deben comprobar los resultados.

En conclusión, revisionismo histórico, igualdades, razas, sexo, etc… el Sistema impondrá lo que pueda por leyes, pero la realidad se mofa de sus imposiciones y sigue su camino real, sus hechos.

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REDACCIÓN