21/11/2024 19:01
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Tengo la mala fortuna de vivir en una ciudad gélida como las tierras árticas, a la que los bilbaínos llaman “Siberia-Gasteiz” en lugar del manipulado topónimo Vitoria-Gasteiz con el que los nacionalistas, con la inevitable ayuda de los conformistas partidos llamados constitucionalistas (ni están ni se sabe de ellos), han convertido en su apaño particular para la modificación   de la visión cognitiva de las masas en la que se andan, a fin de llevarnos al nirvana de la Agenda 2030, de la cual son fieles servidores.

            La factura que me ha llegado del suministrador de energía alcanza la astronómica cifra de 1090 euros, que me ha hecho saltar por los aires mi gorra habitual.

            Me he acordado de los antepasados comunes y propios del presidente del Gobierno, hábil intermediador de los que nos dicen que “no tendremos nada pero seréis felices”. Esos que mueven los hilos de los que se forran a cuenta nuestra y que han hecho espectaculares negocios  gracias a una pandemia cuyo fin y objeto parece como si fuera la excusa perfecta para reducir los costes de la S.S. mediante la aplicación anticipada de la eutanasia eugenésica que viene como dedos al guante para enviar a unos cuantos miles de residentes de la llamada tercera edad a tomar viento en la esfera de la eternidad.  Tras ese periplo de la muerte ahora nos exprimen los bolsillos a los pobres pensionistas que hemos ahorrado para tener un colchón que permita abordar gastos añadidos de salud, y cuyas nóminas de pensión es el fruto de decenas de años contribuyendo no solamente a la hacienda de este país desmadrado (lo digo en sentido literal pues estamos en plena demolición de nuestro sentido patrio, o más bien matrio para no indignar a nuestra ministra Irene), sino, también, al fondo de pensiones, para que algunos se lo lleven crudo en comisiones y otras zarandajas de una red interminable de oenegés, asesores múltiples para encaminar los dineros a bolsillos privados y nos pongan al pie de los caballos de la insolvencia de Estado y quiebra presupuestaria. (Me he quedado sin aire porque el asunto justifica párrafos que ocupen páginas enteras)

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            Pues bien. Este Gobierno cuya política exterior se desconoce, pues él, en su conjunto es ya exterior, no interior, ya que es la sucursal del Foro Davos, Grupo Puebla, y la corporación financiera que nos gobernará si Putin no desmantela el programa de la gobernanza mundial, pareciéndonos cada vez más a una delegación territorial de China, parece servir a todo menos a nuestros intereses patrios o matrios.

            El tema de la energía es revelador, y no es culpa solamente del PSOEPPPNVCIUPODEMOSERC y sus conglomerados LGTBIOTROS, sino que viene de atrás.  Ni fuimos capaces de un Plan Hidrológico “Nacional” ni de defender la energía nuclear que es la verdaderamente limpia, en un contexto en el que otros con la boquita pequeña hablan del calentamiento global (en mi ciudad más bien parece enfriamiento global) y consumen carbón a todo trapo para generar electricidad, y construyen centrales nucleares en la misma proporción y velocidad que nosotros las hemos cerrado.  Pero la cosa del gas y el petróleo me abre las carnes. Vamos a ello…

            El sumiso vasallo del califa de Marruecos que permite que nos pongan la bandera boca abajo, para dejar claro que somos siervos de su majestad el emir, permite la extensión de las aguas territoriales y ahora nos encontramos con la paradoja de que esas aguas se comen fondos marinos que eran litoral de Canarias donde existen tierras raras, posibles yacimientos de petróleo y no sé si de gas, que es posible, y unos recursos naturales que los propios gobiernos cegatos de Canarias consideran inexplotables por razón de posibles perjuicios al turismo. Y, sin embargo, el mandatario marroquí ya está salivando mientras prepara las catas que lleven a montar todo el tinglado de explotación, por lo cual no van a poder los canarios impedir que haya contaminación de las aguas litorales ni vamos a ser los españoles los que nos aprovechemos de recursos de alto potencial económico, que nos posibilitarían el paliar el agujero de la compra de gas, de petróleo y de materias primas de alto valor económico para el universo tecnológico que tenemos en puertas.  Esto es lo que se llama el cuento de galgos y podencos. Ya saben que mientras discutían llegó el lobo.

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            Pero, para más inri nos enemistamos con Argelia que es el habitual suministrador de gas, para que el sátrapa de Marruecos no se enfade con un tema como el de los saharauis que montan en cólera contra los españoles pues no preservamos sus derechos en un proceso de descolonización sin fin y sin desenlace ordenado, vulnerando los principios del derecho internacional. Total… tres efectos letales… logro por parte de Marruecos de los yacimientos submarinos… enemistad con Ärgelia y subida de precios… y que el rey de Marruecos se frote las manos pues con la válvula de la inmigración logrará más sometimiento de nuestra soberanía nacional a sus pretensiones. Y mientras tanto se arma hasta los dientes con armamento de alta tecnología comprada a los que se están forrando con este negocio que son… los de siempre. Y, por si esto no bastara tenemos que comprar gas licuado a los que siempre se forran a cuenta de los tontos, que sí que saben hacer negocios a cuenta de la estulticia ajena.

            Como ven la política exterior no existe. Y más bien podríamos llamarla política de sometimiento al poder externo. Que supriman el ministerio del idem y creen otro que se denomine “de los intereses ajenos”.

Autor

Ernesto Ladrón de Guevara