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Adjunto a continuación, para solaz de los lectores, el escrito que acabo de mandar a la comisaría del CNP de mi localidad:
ASUNTO. Derecho de rectificación L.O. 3/2018 de protección de datos
EXPONE:
En junio de 2024 solicité a esa Comisaría, en ejercicio del derecho de acceso regulado en el art. 13 de la mencionada ley, copia de todos los documentos que obrasen en ella, referidos a mí. Se me facilitó la copia en julio de 2024, sin embargo, acabo de descubrir que se omitieron determinados documentos, según los cuales, aparezco reflejado como “simpatizante de movimientos de ultraderecha”.
Tal valoración, como la ejecución en 1804 del duque de Enghien, “es peor que un crimen (de injurias), es un error”, por ello procedo a aportar pruebas fehacientes que prueban ese error, para a continuación solicitar su rectificación, de acuerdo a lo dispuesto en el art. 14 de la LO 3/2018.
En 1937, el filósofo español D. José Ortega y Gasset escribió en su prólogo a la versión francesa de “la rebelión de las masas” una frase tan lapidaria como cierta: “Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral”.
Aun admitiendo que puedo ser imbécil, garantizo que hago esfuerzos sobrehumanos para remediarlo, y uno de ellos es abstenerme de colgarme etiquetas idiotizantes, como la de “izquierdas y derechas”.
Así las cosas, no es difícil, es rigurosamente imposible, que yo simpatice con “movimientos” de personas que se cuelgan esas etiquetas, o se hacen acreedores a ellas, aun sin colgárselas.
Y ahora las pruebas.
En los años 90 del siglo pasado, teniendo entre la veintena y la treintena, fundé la Asociación Víctimas de la ORA, con la que luché de modo denodado contra los abusos que cometieron varios alcaldes asturianos, y concretamente el de Gijón (Tini Areces, PSOE aliado a IU) y Oviedo (Gabino de Lorenzo, PP). Ambos, para desacreditarme, me acusaron de ser instrumentos del otro partido, fingiendo ignorar que también luchaba contra sus rivales políticos.
Más aun, cuando el PP logró el gobierno español en 1996, con Aznar a la cabeza, una de mis primeras denuncias penales fue contra el que fue nombrado Delegado del Gobierno en Asturias, Fernando Fernández Noval, por un delito de falsedad documental.
Por ahorrar una larga historia de lucha contra los abusos de políticos de cualquier partido, incluida la extrema derecha, iré ahora a 2022, cuando formulé otra denuncia, esta vez por posibles delitos contra la hacienda pública, blanqueo de capitales y prevaricación, contra un puñado de diputados, unos de Podemos y otros de VOX. Se adjunta.
Respecto a la imputación que pesa sobre mí en la Audiencia Nacional, ya he formulado infinitas denuncias contra sus autores, juez, fiscal y funcionarios policiales, por tratarse de una ilegal represalia contra un denunciante de corrupción.
Y no es una afirmación gratuita. Adjunto copia de las denuncias que presenté contra ese juez, ese fiscal y el comisario jefe de la UDEF, unidad que, “casualmente” redactó el informe en el que se basa mi imputación, de modo que juez, fiscal y funcionarios estaban obligados a abstenerse (art. 219 LOPJ, art. 96 LECrim y art. 23.2.e Ley 40/2015).
Ninguno de ellos se ha abstenido, a pesar de tener constancia de estar incursos en las causas que los obligan.
Por lo expuesto SOLICITO se proceda a la rectificación del apunte que me hace constar como “simpatizante de movimientos de ultraderecha”, sustituyéndolo por otro que diga “beligerante luchador por los derechos y libertades de los ciudadanos”.
La «ultraderecha», frente a la malignidad sanchista, más querida por el Pueblo, la gente como Dios manda:
Autor

- Guerrillero insurgente. El sistema lo describe como negacionista, conspiranoico, anticientífico, egoísta e insolidario. Él se cisca en el sistema y no ceja esfuerzos para derribarlo. No usa trabuco, pero a su ordenador lo llama “La MG-42”.
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La ultra-extrema derecha, como bien dice ud., ya no existe en nación alguna.
La ultra-extrema derecha eran una serie de movimientos que surgieron en Europa ante la llegada al poder del comunismo en Rusia en 1917, pretendiendo frenar la expansión de la «dictadura del proletariado» soviética, es decir, la dictadura del comunismo y el socialismo, con todo lo que ello conlleva, a todo el mundo, como instigaron tanto Karl Marx como, con mucha mayor violencia, V. I. U. Lenin.
La ultra-extrema derecha eran movimientos caracterizados esencialmente por:
a) Carácter militar. Eran ejércitos uniformados y armados, instruidos en el combate, más que «partidos políticos». Proponían un estilo de vida militarista, de disciplina y orden militar en toda la sociedad.
b) Carácter verdaderamente antimarxista. Fueron verdaderamente anticomunistas y antisocialistas, no como los partidos políticos de derechas o conservadores, que dependen de la masa de población roja para sus negocios (como empleados, inversores, clientes, etc.) por lo que de ninguna manera luchan contra la izquierda, por mucha oposición que aparenten presentarles en la propaganda. Puro teatro.
c) Carácter antidemócrata. No aceptaban la voluntad de la mayoría, independientemente de cual fuera. Su actuación en el poder se caracterizó por suprimir la democracia, sus partidos políticos, sindicatos y todas sus organizaciones auxiliares (medios de comunicación, burocracia, negocios afines, etc.).
d) Carácter verdaderamente patriótico, de defensa de la patria frente al internacionalismo marxista y mercantil. Los miembros de los movimientos de ultra-extrema derecha verdaderamente derramaron su sangre y se dejaron sus vidas por su patria, a diferencia de los miembros de cualquier otro partido político, cobardes en su inmensa mayoría o arribistas en el mejor de los casos, cuando no enemigos acérrimes de su propia patria o vendedores de la propia soberanía a cambio de intereses particulares o empresariales.
e) Carácter antimasón. Sus invectivas eran públicas y no ocultaban sus manifestaciones. Cuando llegaron al poder no instauraron ningún régimen policial como el soviético, ni abolieron la propiedad legítimamente adquirida, ni fueron tan interventivos como los regímenes socialistas (ni siquiera como los democráticos), eso sí, su carácter moral era muchísimo más cercano al estilo de vida cristiano, es decir, de rechazo a todo lo que es contrario a la moral cristiana con contundencia e implacabilidad.
Estas eran las características comunes. Fueron principales exponentes de estos movimientos, el nacionalsocialismo en Alemania, el fascismo en Italia, el nacionalsindicalismo falangista en España y los regímenes de otras muchas naciones europeas y el de Pinochet en Chile. Su éxito fue inequívoco en todos los casos, aunque se granjearon la enemistad tanto de regímenes comunistas, como de regímenes democráticos, de ahí su exterminio hasta la fecha.