14/11/2024 17:17

«En mi retina, (…), lo que ha quedado es la imagen de un presidente acobardado e inutilizado, que se alejó de los Reyes por carecer de empatía con el pueblo…»

Los que se van, ya volverán, decía la canción. A Pedro Sánchez le faltó tiempo para marcharse. Salió escopetado cual cobarde que pierde el trasero, pero los Reyes se quedaron y hasta Mazón aguantó detrás del Rey. La ejemplaridad de Felipe VI y la Reina Letizia no necesita ser destacada porque todos lo vimos. Todos fuimos testigos del temple que merecía el momento y que ellos supieron demostrarlo. Lo mejor de todo –si es que algo bueno hay tras la tragedia de una DANA– es que esa ejemplaridad fue retransmitida en directo. «Ahora sabemos quién está con nosotros y quién contra nosotros», decía una vecina de Paiporta en televisión.

Me parece una tropelía que la huida despavorida de Pedro Sánchez se intente explicar y acomodar en los manidos «motivos de seguridad». Sin duda es una patraña más del Gobierno socio-comunista, un engaño de grueso calibre y una forma de tapar la humillación a Sánchez y a su cobardía. Si antes tenía poca credibilidad, tras la huida del barro carece de ella por completo. La ridiculez de su presidencia se asemeja a la del titular de la Fiscalía general del Estado o a la nula credibilidad que han llevado al Tribunal Constitucional entre Conde-Pumpido y el exministro Campos. Algo de verdad tiene el karma porque, casi siempre, Dios los cría y ellos se juntan para hacer daño. Casi han alcanzado todos ellos la inutilidad que desde hace tiempo se achaca al «dictadorzuelo» del CIS, un tal Tezanos, o «Tenazos», que es como se le conoce en Cantabria y comunidades aledañas.

La imagen presidencial se ha cascado. No la levanta ni el apuntador, menos aún si tenemos presente que la verdad se impone a cualquier versión oficial, interesada, sectaria y torticeramente defensiva. En mi retina, y en la de quienes vieron las imágenes, lo que ha quedado es la imagen de un presidente acobardado e inutilizado, que se alejó de los Reyes por carecer de empatía con el pueblo y con quienes todo lo habían perdido, además de por falta de soluciones puntuales para enfrentarse al ciudadano. Lo vuelve a demostrar al marcharse en los próximos días al foro del G-20, sin importarle la sesión del Congreso de los Diputados donde se debatirá sobre la DANA, sus consecuencias, culpabilidad, dejación de funciones y presunta criminalidad. Es la tipología de presidente que tenemos, que es como no tener nada.

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Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Pucela, la «presidenta» Gómez –como ella se hace llamar en el PSOE—chulea al juez y le comunica que también estará como invitada en el G-20, por lo que no podrá asistir a su citación en el Juzgado. ¿Consentirá el juez Peinado el troleo y humillación por parte de Begoña “Pelela” Gómez? ¿Caerá a esos niveles el juez, en vez de cumplir con su cometido y cuanto la ley dicta? ¿Pretende provocar Begoña su detención tras la cobardía mostrada su huido marido? En pocos días lo vamos a saber gratis. Tanto Sánchez como la «presidenta» se creen por encima del bien y del mal, pero alguna ya se ha estrellado con sus corruptelas, nada de presuntas, que el juez no da puntada sin hilo. Acaba de saltar otro escándalo de Begoña en la Complutense. Y van…

El mamporrero oficial del presidente, Félix Bolaños, nos anuncia que se va a aprobar un decreto de medidas urgentes para dar respuesta puntual a la tragedia. Muy curioso me resulta eso de «medidas urgentes para dar respuesta inmediata» cuando ya ha pasado más de una semana de la tragedia. Mucho antes deberían de haberse adoptado medidas; ahora sabemos que «Seguridad Nacional advirtió a La Moncloa de la DANA doce horas antes», titulaba la prensa.

Tan pronto como quitemos el barro de Valencia, deberíamos retirar el fango de las instituciones, empezando por «Moncloaca». Es cierto que tenemos mucho que limpiar en España y, cuanto antes empecemos, antes restableceremos la libertad en sentido amplio, adecentaremos la democracia y sanearemos las instituciones corrompidas por el enchufismo del sanchismo y el tráfico de influencias, sin olvidar la corrupción que ya sale a flote.

Tan solo la Corona, en su función constitucional de representar al Estado, se enfrentó a la gravedad visible del momento en Valencia, sin dejar de mostrar sensibilidad con la acentuada desesperación de la ciudadanía. Vimos quiénes eran responsables, y quiénes llevan la irresponsabilidad por bandera, así como la desesperante lentitud y frialdad de la respuesta de las administraciones central y autonómica a la tragedia, sin olvidar que el dicho de las ratas que huyen no ha perdido actualidad, ni puntualidad. Los monarcas no dudaron en coger al toro por los cuernos, aunque sea manido el recurso, y soportaron barro, insultos, gritos, tensión e impotencia de quienes todo lo habían perdido.

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Aún no es momento de enfrentar posturas, pero sí de que Mazón lleve a cabo cambios en su Gobierno regional tras demostrar algunas consejeras que están en ese puesto como podrían estar cogiendo castañas durante el magosto. Habrá tiempo para los reproches y para que los ciudadanos apuntemos con el dedo a los políticos inservibles, inútiles, cobardes y huidizos. El Gobierno central se ha columpiado en un alambre muy fino que puede cortarle el trasero. La táctica de Sánchez de culpar al prójimo le ha salido mal, muy mal, ya que conocemos sus trampas de mafioso, como lo sabía la localidad de Paiporta.

La impostura de Sánchez ya no cuela y, cada vez que asista a un acto público, regresará a casa con su imagen más y más deteriorada; máxime, si sus reproches tienen tan poco recorrido como los lanzados contra Mazón estos días. Y si se preguntan por qué, les diré que Sánchez no se dirigió al presidente de la Generalitat hasta las 22:50 horas, cuando Valencia ya estaba devastada: esperó para que Mazón se comiera el marrón y no declarar la emergencia nacional, nivel 3. ¿Para qué queremos un presidente que ruede embolados y eche balones fuera? Vamos, incluso, más allá: Teresa Ribera aprobó en el año 2011 la obra que hubiera frenado la riada, pero como inútil ministra no llegó a realizarla. ¿Y creen que puede ser comisaria de algo en la Comisión Europea? Lo mejor es que no pase el corte y la desechen cuanto antes. Y lo que faltaba: ahora acaba de saltar el amaño de loterías que salpica a María Jesús Montero. Éramos pocos…

Por cierto, ¿saben cuál es la solución del PSOE para las DANAS? No se lo pierdan, poner una casilla más en la declaración del IRPF «contra el cambio climático». Otra ratonera más para los Ábalos, Koldo y Begoña de turno. Al tiempo.

Jesús Salamanca Alonso / Analista político / Editor de Análisis en Clave Liberal

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Jesús Salamanca Alonso
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