21/11/2024 14:42

El nerón venezolano advertía de las intenciones guerracivilistas desde el abuso y la imposición para doblegar a Venezuela, pasándola a sangre y fuego, en el caso de que la oposición ganara las elecciones. Amenazó con una guerra civil del mismo modo que lo hiciese Largo Caballero en las elecciones de 1936 durante lo que sería los prolegómenos del enfrentamiento buscado radicalmente, incluso asesinando a Calvo Sotelo. Media España bajo amenaza de exterminio tuvo que rebelarse frente al asesino yugo estalinista advenido del frentepopulismo, mimetizado violentamente con la II República. Casi un siglo después, las intenciones de los totalitarios acomodados fuera de la ley a la que someten bajo dictados delictivos, intenciones como las de  Maduro, han perdido toda la credibilidad hasta para los pobres diablos que lo votaron engañados por las arengas que prometían el oro y el moro bolivariano, bien encajado en los bolsillos de los criminales que no se apean del poder buscando también la confrontación civil. Paradójicamente, gracias a la manipulación de la historia, los herederos de los causantes de la guerra civil española pretenden blanquear a los asesinos de entonces, usando el mismo modus operandi de siembra de cizaña que desembocó en la rebelión del 18 de julio.

En España, otro estafador con cariz criminal que no oculta es Pedro Sánchez. No obstante junto con los asesores podemitas, la carroña subvencionada por lo bolivariano, aspiran a convertir nuestro país en una Venezuela europea. Todo les vale en el juego sucio, incluso la siembra del odio para seguir viviendo del cuento político encaramados como simios a cuantos puestos les faciliten vivir de la sopa boba del Estado. La mona Montero, ahora en Europa, es un caso de sinvergüenza dispuesta a todo para parasitar de la política. No extraña que con la evidencia del fraude electoral se apresure a dar por buena la «voluntad democrática» expresada en las urnas.

La sangre de Venezuela se ha derramado por las heridas de muchos inocentes que seguirán engrosando el listado de represaliados de un régimen tiránico, criminal, genocida y perpetuado mediante el delito y la violación de los derechos humanos. Es la sangre de Maduro la que debería brotar antes que la de los ciudadanos sometidos a un régimen sanguinario; son los esclavizadores quienes deberían ser esposados y conducidos a prisión para someterlos a juicio sumario, hasta extirpar el virus bolivariano de un país maravilloso que ha sufrido durante décadas la carroña de una narcodictadura dispuesta a matar para sobrevivir, cuando el mundo sabe con certeza la calaña que representa el socialismo venezolano.

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Los generales no se levantarán contra el amo que los da de comer para que mantengan el terror por las armas, pero otros oficiales del ejército y policías se han unido al pueblo que se ve abocado a luchar por su libertad, dispuestos todos a echar el resto y sacar del Palacio de Miraflores a un narcotraficante que recuerda al confiado sátrapa que tarde o temprano acaba sus días sufriendo en sus carnes la siembra del odio.

La Organización de Estados Americanos (OEA) no pasa uno más. El fraude electoral ha sido tan abruptamente patético que ha quedado claro el carácter estafador del gorila, heredero del otro gorila Chávez. Maduro o Venezuela. Si es a sangre y fuego a lo que obliga, queden sobre la tierra venezolana los vestigios de los forajidos bolivarianos hechos papilla. La lucha por la libertad absoluta ha comenzado. Debe estar comenzando. Ahora o nunca, sin nada que perder con un chavismo dispuesto a aniquilar medio país.

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Editor ÑTV ESPAÑA
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Celestino Malmierca

ESTA MUY BIEN ESTE ARTICULO, ASI TERMINARA EL COMO NERON.

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