Compañeros represores, ¿ qué parte no habéis entendido? Por Mateo, presidente de Policías por la Libertad

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Mateo, presidente de Policías por la Libertad , después del llamamiento a la conciencia de los policías y guardias civiles para que comprendan las necesidades de los manifestantes del sector primario en legítima huelga después de haber soportado años de asfixia por las políticas nefastas del peor gobierno de España en democracia; después del consejo de respetar la ley a cuantos han sido convocados en la protesta y alentar el derecho y el deber de unos y otros, se pregunta después de las medidas represoras del día 7 de febrero contra ciudadanos inocentes, si sus compañeros son estúpidos o malignos.

Porque no se comprende la obediencia ciega de quienes prescinde de ética profesional y conciencia personal para levantar armas y puños contra el Pueblo harto y asfixiado a causa de nefastos políticos que en cinco años han provocado una hecatombe de ruina con las peores incertidumbres en cada hogar y familias afectadas del sector primario.

Lo cierto que las antes consideradas Fuerzas de Seguridad del Estado se han convertido para la percepción de los ciudadanos honrados hartos del maligno sanchismo, en un apéndice del mal que aqueja a España, un tentáculo de la manipulación social y un arma criminal contra los ciudadanos de bien a las órdenes del comisariado estalinista que se ha montado el miserable Marlasca en Ferraz y que se va extendiendo cuanta más indignación cunde en las calles saturadas de asco por el aborrecible marrullero Sánchez y sus prosélitos sectarios al servicio de la destrucción de toda España, en todos y cada uno de sus aspectos democráticos.

Mateo se indigna con la malignidad o estupidez de los supuestos compañeros que con la represión inmoral, contribuyen a que no haya alimentos en la nevera ni en la despensa cuando lleguen complacidos en sus cobardías y mezquindades ,del también supuesto deber cumplido, para alimentar a sus familias o a sus malas conciencias acumuladas. Hay una responsabilidad moral detrás de cada uniforme y cada uno debe asumir la decisión de sus obras. Tarde o temprano se da cuenta de todas ellas.