Por qué el PP no tiene arreglo y es un peligro público. Por Filípides

Aunque no es la única prueba, ni la mayor, de la corrupción absoluta del Sistema, la reciente reprobación de Javier Ortega-Smith por parte de PP, PSOE y Podemos en el Ayuntamiento de Madrid, ha puesto sobre la mesa, una vez más, algunas cosas:

1º. La coincidencia de PP, PSOE y Podemos en la estigmatización de la oposición.

2º. Que la mayoría de los medios de comunicación son medios de propaganda al servicio de los partidos; copartícipes y responsables del engaño sistemático a los ciudadanos.

3º. Que los políticos y medios defensores del Pensamiento Único bajo la Agenda 2030 pueden mentir impunemente sin tener que afrontar ninguna consecuencia por hacerlo.

4º. Que el PP, PSOE y Podemos necesitan engañar a los ciudadanos.

5º. Que los votantes de dichos partidos necesitan ser engañados.

6º. Que el alcalde de Madrid es un oportunista y un miserable.

7º. Que la cobardía del PP es patológica.

8º. Que el PP considera a VOX el enemigo a batir.

Algo que no supone ninguna novedad, pero que merece subrayarse, porque el alineamiento de la mayoría de los partidos y medios de comunicación en la falsificación de unos hechos de los que existe prueba documental, evidencia un desprecio absoluto por la verdad y explica la responsabilidad de dichos partidos en la destrucción de la Nación, la Libertad y el “Estado de Derecho”.

O, dicho de otra forma, mentir conscientemente con el afán deliberado de demonizar a una persona y sus ideas –pretendiendo arrinconar a todas aquéllos que las defienden–, no sólo retrata a quien lo hace, sino que expone las vergüenzas de una pseudodemocracia en la que constantemente se pisotea el artículo 14 de la Constitución: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Ahí está la ignominiosa postura de Almeida (PP), Maroto (PSOE) y Rita (Podemos), y de periodistas que deshonran su profesión ejerciendo de cortesanas del Poder; véase Marc Sala (La hora de la 1, TVE)¹ o Ana Terradillos (La Mirada Crítica, Tele5)², por citar algunos.

El reciente episodio demuestra que el PP está absolutamente sometido y comparte el marco mental de la izquierda. Es más, el PP está muerto y no lo sabe, como la hormiga Camponotus leonardi, parasitada por el hongo Ophiocordyceps. Son zombis sin rumbo. La izquierda le tiene cogida la medida, y el presunto “primer partido de la oposición”, acomplejado, intimidado, carente de principios y voluntad, obedece instantáneamente al toque de silbato de El País o la SER.

Si será evidente la inanidad del PP, que el canal comunista de televisión canalRED se ve obligado a hacer malabares para mantener la ficción victimista de que “la derecha y la ultraderecha dominan los medios de comunicación”. Ahora el argumento consiste en que lo de Almeida es un paripé porque el PP sigue teniendo pactos regionales con VOX, y, claro, “cuando el PP parecía que se había sumado a otros consensos democráticos (sic) como la ideología de género y la agenda climática, en el fondo se mantenía aliado con la ultraderecha”. Un planteamiento francamente endeble destinado a los acólitos más fieles, pero (imprudentemente) sincero al reconocer la sumisión del PP a los dictados zurdos.

Por otra parte, hay que reconocer que toda esta farsa destinada a servir de escarmiento de herejes o aviso a navegantes, ha supuesto una oportunidad fantástica para sacar a la palestra el “estado de la situación” y retratar a cada uno como no esperaban. Porque acostumbrada la izquierda a asustar y obtener obediencia inmediata, y habituado “el centro-centrado” a prosternarse ante las exigencias zurdas automáticamente, resulta que Ortega-Smith no se ha humillado ni ha respondido dócilmente a los muftíes de la “corrección política”. Y para desgracia de todos ellos ha puesto el foco en su hipocresía y sus mentiras: en la entrega de Pamplona a Bildu por el PSOE; en el respaldo y aplauso de los podemitas en las redes sociales a los que humillan a las víctimas del terrorismo; en esa izquierda que apoya a la organización terrorista Hamás y que ha jaleado y nunca ha condenado los ataques físicos reales a los políticos, militantes y sedes de VOX –más de 300 desde su fundación en 2013–; en esa izquierda que permite los homenajes a los terroristas de ETA y amnistía a golpistas… que despenaliza la quema de los símbolos nacionales y los ataques a la Corona, o que reduce por ley las penas de cientos de agresores sexuales. Un foco que señala la historia criminal del PSOE desde su misma fundación hasta la actualidad, pero que también ilumina y desnuda las mentiras del alcalde Almeida: desde el incumplimiento de su promesa electoral de derogar el “Madrid Central” aprobado por la comunista Manuela Carmena, a la concesión ilegal de grupo propio a los comunistas en la Asamblea de Madrid para aprobar con ellos los presupuestos del Ayuntamiento.

En definitiva, una oportunidad para los españoles en general y madrileños en particular de recordar otras infamias protagonizadas por este alcalde fariseo y liberticida: recuérdese la entrega de las llaves de Madrid al terrorista colombiano Petros o la concesión del título de “Hija Predilecta de Madrid” a la mediocre y sectaria Almudena Grandes. Un alcalde que con la excusa ecologista ha puesto 257 nuevas cámaras de videovigilancia en la capital; que impulsa y apoya la reprobación del líder de la oposición por una agresión ficticia, pero que se negó a reprobar al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, o a la socialista Reyes Maroto, después de justificar a Bildu y los pactos del PSOE con el brazo político de ETA³.

Y sí, ya sabemos que el PSOE no tiene arreglo, pero resulta obvio que el PP tampoco, porque no sólo se traga la propaganda de la izquierda, sino que, aterrado, sumiso e inconsciente, acepta su doble rasero. Véase, por ejemplo, su acongojamiento por “la foto de Colón”⁴, y cómo, invariablemente, se ha sumado a las “condenas unánimes” exigidas por los enemigos de la Nación; recuérdese el episodio de Blanquerna⁵, las declaraciones de Abascal sobre “colgar a Sánchez de los pies”⁶, el mencionado sainete de la botella y Ortega-Smith⁷, o la piñata de Nochevieja de 2023. Contribuyendo, de facto, a neutralizar o impedir cualquier reacción ciudadana contra la destrucción de la Nación y sus instituciones.

Filípides 07-01-2024

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Redacción

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