21/11/2024 12:32

En ambientes intelectualoides, sobre todo en el siglo XX, se estableció un debate filosófico y cultural que consistía en ser más de Ortega o más de Unamuno. El enfrentamiento entre posiciones diametralmente opuestas, aunque en su día aparentasen ciertas cercanías, son las de Ortega Smith y las de Macarena Olona.

Dos figuras que han sido referentes para muchísimos votantes de Vox; el tiempo y sus comportamientos han demostrado quien está realmente por el interés de los españoles y quien en su interés personal. Dos personas que teniendo un papel mediático de número dos de Vox y una relevancia política tremenda para la consolidación del tercer partido de España, han recorrido caminos muy diferentes.

A Javier Ortega Smith, lo conocimos dejándose la piel en la acusación popular contra los golpistas catalanes y no consiguiendo encarcelarles por rebelión, sí consiguió que se hayan pasado unos añitos entre rejas. Antes de eso, lo vimos dándolo todo en los platós de TV3, defendiendo la causa española cuando muy pocos lo hacían. Como secretario general, fueron años de vertebrar el partido y a pesar de un carácter fuerte y poco amigo de la simpatía, Ortega Smith se ha recorrido España para conseguir organizar una formación con muchas sensibilidades dentro.

Olona se granjeó su fama con intervenciones desde el escaño contra el Gobierno y Grande Marlaska. «La ley y el orden» podría ser su lema; el mismo que el de Ortega. Muy querida por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, al igual que Ortega, fue capaz de captar algo más de voto femenino, mucho masculino y de desmontar ese pobre argumento de: «cómo se puede ser mujer y ser de VOX».

El resto se lo saben ustedes: Javier se centra desde 2019 en la ciudad de Madrid y en oponerse al proyecto climático de Almeida; en tanto Olona se viene arriba y se postula como candidata a Andalucía, no siendo andaluza y dejando su acta como diputada. Ortega no ha dejado nunca el escaño en el Congreso de los Diputados y su némesis Almeida consiguió una mayoría absoluta, pero él pudo engordar los resultados de Vox en el Ayuntamiento de Madrid. Olona con unas expectativas bestiales, sólo consiguió subir dos escaños a Vox y convertirse en irrelevante políticamente, al conseguir Juanma Moreno una mayoría absoluta histórica para el PP.

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Los dos ante estos proyectos políticos personales, no lo tenían fácil. Se veían derrotados por los «peperos» y sin gran foco mediático, pero ante las cartas que tenían que jugar, los dos han actuado muy diferente.

Ortega desde el silencio y el trabajo duro, ha conseguido ganarse mucho cariño entre la gente, siendo fiel a lo que él creía desde el principio. Sin parar de denunciar a la derecha cobarde, sin temblarle el pulso para denunciar la okupación, sin titubeos hablando de los perjuicios de la inmigración ilegal, con contundencia criticando a la mafia separatista… Incluso ha tenido la valentía, en su día, de criticar a Olona cuando comenzó su sainete compostelano. También tuvo el arrojo de hacer una llamada de atención a su partido cuando vio que los «dedazos» primaban por encima de otros criterios. Ha estado en Ferraz como uno más defendiendo a la gente de los abusos policiales y ha sido muy duro con el PSOE y el PP, es decir, con el bipartidismo corrupto que nos saquea y esquila. Un Ortega que se ha crecido, (eso que él no lo necesita) desde la base, defendiendo el discurso primigenio de Vox y no dejándose llevar por ningún viento ideológico o por ninguna facción de esas que dicen que hay. Fiel a sus personas de confianza y fiel a sus principios.

En cambio, Macarena Olona no ha conocido otra cosa que no sean los «bandazos» ideológicos. Detrás de una simpatía innegable se han mostrado demasiadas caras que convierten en imposible la coherencia y la verosimilitud de un discurso político. Macarena ha querido adaptarse camaleónicamente con el fin de llamar la atención y tener un minuto de gloria. Le encanta la palmadita progre, la caricia de la izquierda y, en cuanto ha podido, no ha dudado ni un segundo en subirse al carro del consenso y de lo políticamente correcto. Ortega no subió ninguna fotito pinchándose nada, Olona sí. Ortega no ha necesitado poner acento de nada o empadronarse en Salobreña para presentarse a nada, Olona sí. Ortega no se ha puesto de parte de unos policías abusadores en Ferraz, Olona sí. Ortega no se ha solidarizado con pro etarras, socios de Sánchez o «ecologetas», Olona sí.

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Lo tengo clarísimo. Entre Ortega y Olona, me quedo con Ortega Smith. Será contundente e impulsivo quizás, pero es un hombre íntegro, completamente. Su valentía, su tesón y su liderazgo me han hecho respetarle mucho como político y como persona. No quiero en un futuro casarme con una mujer como Olona. Quiero ser un Javier Ortega para mi mujer. No debe dimitir, debe seguir escociendo con sus acciones a gentes como Olona que seguramente seguirán tuiteando, mientras que Javier Ortega seguirá defiendo principios que España necesita.

A pesar de lo mucho que va al gimnasio, qué quieren que les diga, es mucho mejor ser de Ortega que ser de Olona.

Autor

Josue Cardenas
Josue Cardenas
Josué Cárdenas Gómez. (Sagunto 1999). Es Periodista y cronista parlamentario de primera línea en el ámbito de la Información y la Opinión.

Comenzó en el periodismo en plena crisis del Coronavirus y ha trabajado
en radio, prensa y televisión. Su interés por la Poesía va de la mano
con su devoción por la Cultura. Sus programas siempre contienen
secciones de Literatura, Música y Cine. La Poesía marca su vida y
desde pequeño sus referentes han sido claves para que los versos sean
protagonistas de sus inquietudes.

Director del programa La Burbuja en Periodista Digital de Alfonso Rojo. Sus artículos de Opinión son un referente nacional de la actualidad política y social de España, en exclusiva para ÑTV ESPAÑA.
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Rafael F.

Macarena Olona fue un auténtico chasco. Digo fue porque creo que políticamente está completamente muerta.

María

Como se suele decir las comparaciones son odiosas. En este caso Ortega Smith es coherente y todo el tiempo con la verdad se enfrenta a las mentiras y a los engaños del PP y del PSOE.
Macarena sólo muestra en sus apariciones un rencor destructivo hacia Vox, partido al que perteneció por voluntad propia y al que dejó de pertenecer tb por propia voluntad según ella misma manifestó.

Ramón

Totalmente de acuerdo cdon su brillante artículo.
Don Javier ORTEGA merece el respeto y el agradecimiento de todos los españoles bien nacidos.

Ramón

Y ahora, el PP cobarde y pusilánjime de siempre, va a por Ortega…
Si hubiera sido el Alcalde de la Villa y Corte, cuando le dieron dos sopapos al maricomplejines del alcalde actual, Javier hubiera contestado con un puñetazo en la cara del agresor.
Y HUBIERA SIDO LO LÓGICO.
Pero el pequeño alcalde, y no solo físicamente, no tuvo lo que tenemos los hombres…, y se dejó abofetear, impunemente.

Nadal

En desacuerdo. Ortega Smith fue un buen galvanizador del partido cuando Vox era marginal, pero un desastre como secretario general, rodeándose de mediocres amiguetes que incendiaron todas las provincias, y encima queriendo compatibilizar su puesto con el de diputado nacional y jefe de grupo municipal en Madrid, donde perdió el otro día los papeles dándole a la izquierda el espectáculo que busca. Macarena Olona, después de ser fichada por Abascal por su trayectoria profesional brillante en el País Vasco y en la lucha contra la corrupción fue enviada a Andalucía simplemente para quitarla de enmedio, algo que no debió aceptar jamás. Era ya tan popular entre la militancia como Abascal y una seria amenaza para su liderazgo. Eso sí, lleva año y medio de bandazos y tonterías varias, pero sus magníficas intervenciones en el Congreso y la multitud de recursos ganados ahí quedan para la historia.

María

Con tanto bandazo se desacredita ella sola y su salida voluntaria de Vox solo fue por decisión propia. Si tan valida es, debería haberse quedado en Andalucía y demostrar quien es.

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