23/11/2024 10:45
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Reivindicar a Mercedes Alaya frente al indulto a Griñán. Quedan pocos jueces como Mercedes Alaya, un último bastión de la Justicia independiente, antes del hachazo de la corrupción sanchista a la independencia judicial. Ahora que se está negociando el indulto de los golpistas, no cabe duda de que será extensiva la gracia a los condenados por las corruptelas de Andalucía. El PSOE echa el resto de una acción delictiva generalizada y encubierta por la intervención del poder judicial. Hay que remontarse a décadas pasadas para comprender la evolución criminal del socialismo en España durante la democracia. La que causó la Guerra Civil es un suma y sigue del origen malhechor del partido más carroñero de la historia en Europa.

Pasaron los años del destape en aquella España de la Transición que no supo encontrar mayor gozo contra la censura pasada que extralimitarse en el desnudo integral, incluso más escandaloso el de los partidos hasta entonces vetados. Porque perdida la vergüenza no tardaría en extraviarse la honra política que desde entonces fue comprada por el soborno y la explotación a espaldas del pueblo regocijado en la libertad. Mientras, esos ladrones festejaban los permanentes carnavales de la democracia, perfectos para iniciar los latrocinios favorecidos por la gestión autonómica. Andalucía en especial se convirtió en el mayor feudo de randas con carné político; desde entonces y hasta ahora, fuera de Andalucía pero afectada toda España por el latrocinio orquestado de La Moncloa en funciones.

Y cuando digo democracia me refiero a la corruptela invariable de la que se libran pocos políticos, la casta de los indeseables que se votan frente a las urnas en tanto esconden sus miserias criminales que han lucrado a todos los llamados al pantagruélico banquete de las autonomías, gestionadas como mafias independientes, pero con un punto común de permisividad delictiva donde los unos tapan los trapos sucios de los otros y cada cuál depende del silencio que facilita las tramas. Y así hemos llegado a que una minoría comunista de miserables comandados por Yolanda Díaz haga de celestina entre las codicias del tonto del Falcon y el independentismo echando el resto de la desintegración territorial. Delincuentes al poder y deslegitimados porque hubo gato encerrado de fraude electoral, admitido e indetectable, todavía.

En España la erótica del poder es obscena que no excitante, manipulada que no púdicamente escenografiada por los derechos, es inmundicia que no respeta los límites tangenciales del compromiso democrático. Es la gran mentira de la que se lucran unos pocos que acceden a la alcoba de la Justicia para sodomizarla, someterla, en definitiva violarla como la gran manada del imperio de la mentira orteguiana. A diferencia de la de Sevilla que fue un bastión en las buenas manos de Mercedes Alaya, esta Justicia prostituida sí es culpable de los delitos que no se imputan, porque siempre hay una influencia sectaria que ataca a los tribunales desde los tribunales, los amedrenta y anula disimuladamente. Qué decir ahora con el asalto de Conde -Pumpido al Estado de Derecho desde el propio Tribunal Constitucional. La degeneración de las togas se evidencia con indicios de criminalidad, impunes.

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Mercedes Alaya no podía dejar escapar la oportunidad de ser leal con su deber jurídico, aunque para ello debía exponerse para sacar a la luz, contra las sombras de la perfidia socialista, la mucha basura que el socialismo ha acumulado desde los orígenes del chiringuito clientelar, montado en la Junta de Andalucía desde los tiempos del despacho del hermanísimo Juan, hasta décadas después cuando Susana Díaz no la ignoraba;  segura heredera de las corruptelas infinitas de las que asomaban como punta de iceberg los ERE, cursos de formación, los fondos reptiles y demás guarrería que salpicaban de lleno al PSOE bajo distintas presidencias nacionales incluso felipistas. De ahí las presiones del otrora vicepresidente Guerra que la misma jueza Alaya terminó por denunciar públicamente.

El puño y la rosa siempre apestó a corrupción y la Juez Mercedes Alaya investigó en el submundo de un poder corrompido y aceptado, defendido en los despachos y usado como rodillo para acallar la denuncia o la crítica. La política en España no disimula sus intenciones y de esa criminalidad sin ambages, donde otros magistrados callan y consienten, la Juez cumplió con su deber y levantó la voz frente al murmullo  de marabunta que fue siempre la corrupción encubierta.

PSOE y PP tanto montan como montan tanto. Los fariseos del bipartidismo claman al cielo escandalizados, así disimulen con el ruido los delitos de la codicia ávida que silenciosamente han practicado con la cómplice aquiescencia del pacto secreto de la criminalidad a espaldas de los tribunales. Las zancadillas en las investigaciones venían de todos los lados. La ameritada Juez Alaya además denunciaba presiones directas de Susana Díaz -tal es el percal insufrible de una corruptela galopante, aviesa y descarada-a la que advertía que de negarse a investigar lo sucedido con cientos de millones de euros desaparecidos, estaría incurriendo en un delito de prevaricación. Y no sería de extrañar que a poco que hubiesen variado las condiciones del chantaje político contra las togas, la misma presidenta se habría sentado en el banquillo de los acusados, como Chaves y Griñán. Otra cuestión es que saliera alguno de ellos condenado y cuando así fue, ni Griñán entró en la cárcel ni la corrupción sentenciada dio visos de Justicia cuando se ha procrastinado la decisión de los jueces negociando el indulto que justifique y dé carta blanca para que la corrupción del bandidaje socialista se normalice e imponga en España sin acción judicial y punitiva.

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La falsa democracia destapada según el criterio pútrido de una política nacional deleznable: era lo que había conseguido la juez de la Audiencia Provincial que dejó  en evidencia el historial delictivo del cortijo andaluz y por ende el de toda la España autonómica. Una magistrada para la Historia es ya Mercedes Alaya.

Reivindicar a Mercedes Alaya frente al indulto a Griñán. Porque llegarán los indultos con la sensación de que nunca será tarde, si un día y de un plumazo se ventila la pocilga alimentada durante décadas por el partido más corrupto y criminal de España con el que se ha aliado ahora Sumar. De no ser por la amplia trama de corrupción estatal que han extendido como carroña política normalizada, jueces dignos como Mercedes Alaya tendrían sentados en el banquillo de los acusados a Pedro Sánchez y a Yolanda Díaz… o quizá frente a un tribunal militar.

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Andres Martinez Maestro
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Geppetto

España es ininteligible
Un pais en el que se recuerda a una juez porque resulta que es honrada y hace su trabajo con ificacia y lealtad a las leyes mientras los chorizos que la apartaron de su despacho para que no pudiera hacer su trabajo son sublimados y pasan de la categoria de delincuentes a la de dignos próceres no es un pais que deba llamarse civilizado.
Una nacion cuyos dirigentes politicos son unos ladrones de reconocido prestigio, unos criminales de tomo y lomo que hacen leyes para protegerse a si mismos no es un pais civilizado
Y por ultimo, una nacion cuyos politicos apoyan la destruccion de la unidad nacional mientras desde el Gobierno ponen en marcha un sistema comunista no es una nacion occidental del siglo XXI.

JCrespo

Da vergüenza ajena que el chorizo responsable de uno de los saqueos más grandes nunca vistos a los trabajadores salga indemne de su delito. Claro que se trata de una dictadura, de también chorizos, que se apoyan en sus vergonzosos y numerosos atracos al Pueblo. Y, como no, en ello siempre el mismo Partido. Que si a lo largo de su Historia sus siglas hubieran sido TPP (Todo-Por-laPasta) se habría denominado con más justicia. Nada de Obrero ni Español, como no sea que se refiera a la actividad y nacionalidad a la que aligerar de sus pertenencias arruinándolos…

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