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El tabaquismo es un problema desafiante que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si has intentado dejar de fumar en repetidas ocasiones, probablemente te has sentido atrapado en un ciclo de ansiedad, recaídas y desesperanza. Pero, ¿qué pasaría si te dijera que la solución podría estar en tu mente? La hipnosis se alza como una herramienta efectiva y natural para liberarte del tabaco de una vez por todas.
La Batalla de la Mente
Para muchos fumadores, el tabaco se convierte en una dependencia arraigada en la mente. Los cigarrillos se asocian con momentos de alivio, relajación o incluso como un recurso para lidiar con el estrés o sentimiento de frustración. Pero la verdad es que, en última instancia, el tabaquismo es una trampa mental, y es precisamente en la mente donde debemos buscar la solución, ya que de la misma forma que comienza en la mente deberá terminar en esta.
Identificación con la Imposibilidad
Si eres fumador, es probable que te hayas sentido atrapado en la telaraña del tabaco. Has experimentado el deseo abrumador de un cigarrillo, incluso cuando sabes que es perjudicial para tu salud. Las recaídas son comunes y la sensación de impotencia puede ser abrumadora. Pero, ¿ qué te parecería si te dijera que tu mente puede ser tu aliada?
El Poder de un proceso efectivo y rápido
La hipnoterapia es una técnica que trabaja directamente con la mente subconsciente donde las raíces de la «adicción» al tabaco residen, sin obviar al consciente y anconsciente (señales del cuerpo). A través de la hipnosis, un hipnoterapeuta cualificado puede ayudarte a explorar las razones detrás de tu hábito de fumar, identificar los desencadenantes emocionales y reprogramar tus patrones de pensamiento en una sola sesión.
¿Por qué es la hipnoterapia tan efectiva?
- Sin ansiedad: A menudo, la ansiedad es uno de los principales obstáculos para dejar de fumar. La hipnoterapia aborda la ansiedad al proporcionarte herramientas para gestionarla de manera efectiva.
- Sin pastillas ni parches: A diferencia de otros métodos para dejar de fumar, el proceso con Hipnosis no requiere el uso de medicamentos. Esto significa que puedes liberarte de la adicción de forma completamente natural.
- Cambio de mentalidad: La hipnoterapia trabaja en la raíz del problema, ayudándote a cambiar tus creencias y percepciones sobre el tabaco. En lugar de sentir que «necesitas» fumar, aprenderás a verlo como algo que simplemente ya no deseas.
La Hipnoterapia en Acción:
Imagina una vida libre del humo del tabaco, donde cada día te sientes más saludable y en control. La hipnoterapia te proporciona las herramientas para enfrentar las tentaciones y superar los desafíos, sin caer en la trampa de la nicotina. Es un camino hacia la liberación de las cadenas del tabaco y donde tu mente se convierte en tu aliada más poderosa.
Conclusión
A menudo los problemas que parecen complejos de tratar, poseen soluciones que quizá son menospreciados por el sistema; un sistema que impone la ralentización para solventarlos y plazos extendidos en el tiempo para facturar mayores costes. El tabaquismo puede incluso parecer un problema insuperable después de ingentes pagos por tratamientos inocuos, pero la hipnoterapia ofrece una solución efectiva que trabaja desde dentro de tu mente. Si has experimentado la imposibilidad de dejar de fumar, es hora de considerar la hipnoterapia como una vía natural, poderosa y rápida hacia la liberación del tabaco. Libérate de las cadenas del tabaco y toma el control de tu vida.
Autor
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Lola Castellón es Psicoterapeuta especializada en Hipnosis Clínica Reparadora e Hipnosis Ericksoniana y Psicoterapia Cognitiva Conductual.
Su profesionalidad está avalada por 25 años, durante los cuales, empujada por la vocación para ayudar a su prójimo, cursó estudios de Medicina Tradicional China, Nutrición Ortomolecular, Fitoterapia, Naturopatía, Nueva Medicina Germánica, etc… Con la experiencia que todas estas maravillosas herramientas le brindaron, advirtió el papel fundamental que tenía la mente en cualquier proceso relacionado con el bienestar y equilibrio de las personas, por lo que para poder ayudar debía enfocarlo de una forma holística pero, sobre todo, desde su Origen. Motivada por ello, comenzó a enfocarse en la mente y sus emociones estudiando Psicoanálisis, Psicoterapia Cognitivo Conductual, en la Universidad Antonio Nebrija, especializándose en Hipnosis Clínica Reparadora e Hipnosis Ericksoniana.
http://www.lolacastellon.com
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Vaya, yo creía que era un artículo pero ha resultado ser un publirreportaje; con moralina y todo.
Claro. Si no hubiese enfermos, ¿a qué se dedicaría tanto médico y curandero?
Todas esas multinacionales farmacéuticas solo tienen un objetivo, satisfacer la sed de dinero de sus millones de accionistas, ¿cómo? Pues con la obsolescencia planeada de la salud. Si curasen de verdad a la gente, ¿qué negocio harían?. Y con los curanderos, ¿qué otra cosa esperar?. Hoy medicina oficial y de curanderos, converge plenamente.
Tanto para el tabaco, como para el alcohol, ambas, las drogas más mortales para la humanidad, como para la cocaína, la heroína, el cannabis, las drogas de diseño, anfetaminas, etc., la solución comienza por destruir su demanda. Y para ello no valen parches de curanderos o farmacéuticas a destiempo (las recaídas son la norma una vez se ha entrado en ese torbellino autodestructivo, por desgracia), que sufrirían un gran desplome en sus ventas sin población débil drogadicta.
¿Cómo actuar si verdaderamente (ojo, si verdaderamente, no hipócrita y falsamente, como suelen hacer los políticos de todo signo) se quiere acabar con estas drogas que destruyen la vida no solo del drogadicto, sino de todos sus seres queridos, que también sufren por el enfermo y por el daño que les hace su adicción (fumadores pasivos, por ejemplo, que los hay hasta en las paradas de autobús, puertas de las empresas, bancos, establecimientos de todo tipo, tren, metro, etc., sin la más mínima consideración a los no fumadores, con todo el egoísmo desorejado de los que esperan que todo el mundo gire por ellos, obligando a los demás a «fumar» pasivamente porque el fumador tiene «derecho» a hacerlo en lugares públicos y los no fumadores han de joderse hablando en términos vulgares y tragar humo calada a calada indeseada. Y eso que tanto se habla de «ecologismo». Más falsos que Judas el traidor iscariote. Ecologismo que quiere salvar los pajaritos y no le preocupa aniquilar con todo tipo de drogas a la humanidad)?.
Elaboración de un registro civil oficial al que tenga acceso toda la población sin excepción, con DNI, en el que públicamente se hagan constar, con estricto control judicial para garantizar su veracidad, todos aquellos ciudadanos que han sido denunciados por las fuerzas de seguridad del estado en situación de drogadicción (conduciendo o por la calle, en un edificio, lugar de ocio en el que se moleste a viandantes, etc.), resultando culpables, y el motivo de su inclusión en ese registro (consumo de qué tipo de droga y en qué circunstancia). Es decir, un registro como el de delincuentes sexuales limitado y exigido a los que quieran ejercer la profesión educativa, por ejemplo. Ese registro expondría al drogadicto al escrutinio no solo de familiares, vecinos, compañeros de trabajo, subordinados, jefes, clientes, etc., sino que su existencia sería el más poderoso motivo para iniciar un proceso de rehabilitación total para demostrar que la adicción está siendo tratada. Además, convendría saber con quién tratamos. La transparencia es vital para quienes tienen que tomar decisiones importantes. El engaño puede ser muy dañino para personas inocentes (imagínese uno una mujer que no sabe que su prometido es cocainómano. ¿Debería saberlo antes de casarse, verdad? ¿O mejor vivir con mentiras dañinas a los demás?). El daño a la reputación y a la imagen del sujeto drogadicto sería tal que dudosamente no caería en picado la adicción a todo tipo de sustancias, pues ahora comprar y consumir drogas, podría acarrear durísimas consecuencias para el futuro del consumidor (personales y laborales). Eso para los que siendo adolescentes y jóvenes tienen la tentación de iniciarse en el letal consumo de drogas. El narcotráfico no se debe perseguir solo por el lado de la producción y oferta, sino también por el lado de los que lo alimentan, financian, fortalecen y engrandecen continuamente, sus demandantes.
Claro que los estados y administraciones públicas, especialmente los marxistas, corruptos hasta el fondo, también viven del narcotráfico (incluso el «legal», como en la demoníaca Holanda, por ejemplo, asesina de buena parte de su propia población), es decir, de la aniquilación por envenenamiento paulatino de su propia población (especialmente de la más débil, la joven), sin importar vidas e integridad física de cada vez más policías y guardias civiles que se juegan la vida ante los asesinos capos de la droga y sus secuaces, cada vez más envalentonados y criminales, y el elevadísimo coste que la persecución de narcotraficantes (nunca de demandantes que los enriquecen y engrandecen) acarrea a todos los que padecen el robo dictatorial impositivo (especialmente los no adictos a sustancia alguna).
Evidentemente, esta es una medida ultra nazi fascista de ultra extrema derecha, es lo que se debería hacer para favorecer una población sana, física, mental y espiritualmente, efectivamente, como aquella de los flechas y pelayos o como las juventudes hitlerianas. Y eso es tan odioso para los que son de izquierdas, derechas, centro, demócratas o marxistas, que antes preferirán el exterminio de la mayor parte de su crecientemente decadente y corrompida juventud. La mayoría, ya lo sabemos todos, está contra Cristo, odia lo bueno y santo, luego nada bueno puede esperarse de ella, salvo que cada vez se emborrachen más, incluso al volante, fumen hasta ahogar a sus parientes en casa, se metan de todo, cocaína, heroína, barbitúricos, etc. sin importarles lágrimas de padres, madres, hermanos, hijos, esposas, esposos, etc. ¿Hitlerianos? No hombre, no. Democracia. Libertad, libertad, chiquilla, libertad, «vamos a fumarnos un poooorrro porque hay libertad, chiquilla, libertad. Y si hay caballo mejor nos irá»… ¡Ah!, y a dar trabajo a farmacéuticas y hechiceros de todo tipo, los que ponen parches cuando ya no hay remedio. ¡Qué sería de ellos sin drogatas! Para esos «profesionales» de prevenir nada de nada. Sin drogatas no hay clientela ni negocio.