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Con el artículo “Dignidad” de
Nicolás Redondo Terrero ha comenzado…
“Canarias7.es” 4/7/2023
UNA REBELIÓN INTERNA EN EL PSOE
Muchos militantes del Partido se pasan unos a otros el texto del expulsado y se van recogiendo firmas para presentar una protesta masiva contra el pacto con el huido Puigdemont
El artículo deja claro que “Ni me deben, ni les debo. Y con la libertad de tener la cuenta saldada puedo decir sin que me tiemble la voz que la formación de ningún gobierno y menos las pretensiones de ninguna persona merecen el sacrificio de lo más apreciable que tenemos cada uno de nosotros: la dignidad.”
Por su interés y su actualidad reproduzco el artículo de Nicolás Redondo Terreros que ha provocado primero su expulsión del PSOE y después la rebelión que ya se está produciendo en las filas del Partido. Unos a su favor y en su apoyo y otros a favor del traidor Sánchez (naturalmente todos los que tienen sueldo fijo y viven del Partido). La “chulería” que está mostrando el huido de Waterloo está siendo una bomba entre los socialistas serios, formales y de corazón. Ver a la Ministra Yolanda besarle los pies al artífice del Golpe de Estado de 2017, en representación del caballero Sánchez, ha sido y está siendo una bomba… en el que ha salido a relucir, como es natural, la palabra dignidad. Según el veterano Redondo Terrero es una verdadera traición a los fundamentos del Partido Socialista Obrero Español que fundara Pablo Iglesias, quién ya en las primeras instrucciones que dio a sus agrupaciones provinciales decía:
“En las elecciones generales de diputados a Cortes el Partido Socialista presentará candidatos en todas las localidades donde cuente con elementos organizados. Los candidatos deberán estar afiliados al Partido y serán presentados por las agrupaciones. Serán excluidos del Partido Socialista las agrupaciones y los individuos que hagan pactos o alianzas con los Partidos burgueses o sus candidatos. Así mismo serán expulsados los que voten o realicen trabajos a favor de cualquier candidatura separatista”.
Ahora pasen y lean y entenderán por sí mismos la guerra que se ha iniciado en las filas del PSOE, a favor y en contra de su Secretario General actual, Pedro Sánchez y Pérez-Castejón, el bisnieto del general franquista don Antonio Castejón Espinosa:
Dignidad
“Nosotros afirmamos desde esta tribuna que ésta es la amnistía que el país reclama y que, a partir de ella, el crimen, el robo no pueden ser considerados, se cometan desde el ángulo que se sea, como actos políticos» . «… En la esperanza de que el pasado que hoy empezamos a enterrar nunca jamas vuelva a repetirse en este país y nadie pueda ser perseguido por sus convicciones políticas…» . Son breves retazos de las intervenciones de Marcelino Camacho y Txiki Benegas en el debate sobre la ley de amnistía. Arias Salgado intervino, representando al gobierno de la UCD, en términos muy parecidos. Aquel día, en sesión solemne de Congreso de los Diputados, se puso la primera piedra del sistema democrático del 78. Los españoles decidimos darnos una nueva oportunidad para ser iguales, parecidos, a los ciudadanos de los países libres de occidente.
Aquella ley, sin embargo, fue la representación simbólica de la reconciliación de los españoles después de una dramática guerra civil y cuarenta años de ominosa dictadura franquista. Prácticamente suponía el abrazo fraternal de la inmensa mayoría de los españoles, simbólicamente representaba la voluntad de dejar de ser una excepción en Europa. Queríamos libertad, democracia, ser iguales a nuestros vecinos. Todos los países tiene textos más o menos ‘sagrados’, los nuestros, el de una España que empieza a ser descreída y a perder la esperanza, son ley de amnistía y la Constitución del 78. Políticos que venían del régimen franquista, políticos que venían del ostracismo, las cárceles o el exilio, se fundieron en un abrazo solemne, decididos a vivir en paz, democráticamente y en libertad.
La España negra, inquisitorial, empezaba a desaparecer. Aquel bello acontecimiento histórico lo protagonizaron políticos que deseaban ser protagonistas de la historia de España, desdeñando el papel de víctimas rencorosas y plañideras, secuestradas por el pasado. Pero esta clase de acontecimientos, históricos , germinales y magnánimos , son de una máxima excepcionalidad y se realizan en circunstancias muy determinadas: en momentos en los la historia nacional se detiene y empieza un nuevo tiempo
Durante estos últimos años de degradación y decadencia se ha puesto en cuestión por los nuevos profetas de la política la ley de amnistía del 77, porque poniendo en entredicho dicha ley sabían que cuestionaban los fundamentos políticos del sistema del 78.
Hoy se habla, con el desparpajo de los irresponsables, de una nueva amnistía para los que promovieron y realizaron un pronunciamiento, de clara inspiración integrista, con la clara y proclamada intención de demoler justamente el sistema que nació aquel mes de octubre del 77. Las crisis de envergadura suelen tener el mal gusto de expresarse a través de grandes paradojas: la amnistía del 23, con la única voluntad de obtener unos votos para formar gobierno, se llevará por delante la del siglo XX.
La formación de ningún gobierno merece el sacrificio de lo más apreciable que tenemos
Pueden pintarlo como quieran, pero, la aprobación de una amnistía hoy, será la liquidación del abrazo de la nación del que nació el sistema del 78. ¡Viva la amnistía nueva, muera la anterior! Una vez comprometida la nueva amnistía para los integristas catalanes, todo quedará en entredicho y, como decía el político de la Grecia antigua, «…La ciudad –leamos la democracia española– está en manos de desvergonzados y pillos», y ahora sabemos que de delincuentes.
Es una aberración jurídica, pero sobre todo es el mayor atentado político a la democracia del 78. «…Desde su aprobación ningún delito podrá ser considerado político», decían los protagonistas de la Transición. Aprobando una nueva ley de amnistía impugnan el carácter delictivo de lo que sucedió en Cataluña el 1 de octubre de 2017, lo convierten en un simple ejercicio de libertad de expresión. Desautorizan las acciones de las fuerzas de seguridad, deslegitiman las resoluciones judiciales, convierten en papel mojado los posicionamientos del Congreso de los Diputados y del Senado. En fin, darán, si se aprueba esa amnistía, legitimidad a un nuevo tiempo político que no tendrá nada que ver con los principios inspiradores de la Constitución del 78, ni con aquella concordia mínima en la se basó la política de aquel tiempo… como tantas otras veces en nuestra historia, incapaces para reformar preferimos empezar de cero.
Esta amnistía, que con un gran sentido de humor negro han dado en calificar como alivio judicial, no saldrá adelante con la determinación de buscar la reconciliación entre españoles sino para obtener unos cuantos votos en el parlamento e ir tirando. ¡Un gobierno bien vale una amnistía! No importa lo que en realidad esa decisión suponga, pocas veces he visto que se destruya tanto por conseguir tan poco.
En otra contorsión paradójica de nuestra historia, el responsable de poner en paréntesis el periodo político más brillante de nuestra historia contemporánea es el PSOE. Porque no será solo Sánchez ni su camarilla; será el PSOE, todo y completo, el que en ese salto acrobático destruya lo que protagonizó.
Si al final, la llamen como la llamen, se aprueba la despenalización de todo lo que ocurrió aquellos lamentables días en Cataluña, se llevarán por delante, como decía, la legitimidad de las fuerzas de seguridad, la de los jueces y magistrados y también el periodo más brillante de la historia del PSOE. Seguirá llamándose PSOE, pero desde luego no será el partido de los años finales del siglo pasado. No puedo decir si seguirá siendo o no el partido de figuras socialistas significativas de aquel tiempo, pero desde luego el mío no. Aguanté, criticando acerbamente y con razones de peso, el cambio a la carta del Código Penal, pero la aprobación de una resolución jurídica de esta naturaleza, para políticos fugados de la justicia española, convierte en irreconocible el partido al que me afilie hace más de cuarenta años. Ni me deben, ni les debo. Y con la libertad de tener la cuenta saldada puedo decir sin que me tiemble la voz que la formación de ningún gobierno y menos las pretensiones de ninguna persona merecen el sacrificio de lo más apreciable que tenemos cada uno de nosotros: la dignidad.”
Por la transcripción, Julio Merino
Periodista y Miembro de la Real Academia de Córdoba
Autor
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Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.
Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.
Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.
En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.
En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.
Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.
Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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Lo del «abrazo» es una gilipollez.
Lo de la «España negra, inquisitorial», también.
Y lo de la «ominosa dictadura franquista» es MENTIRA.
Este señor es un imbécil.
No nos cuente milongas, no pretenda que nos traguemos los lloros y lamentos, más falsos que Judas Iscariote, de un individuo que reivindica el PSOE de Felipe González, que estuvo en el PSOE de Felipe González, partido que, en sus largos años de gobierno no dejó un solo delito por cometer y que puso las bases de lo que Sánchez hace ahora, y las puso para que se hiciera, precisamente. Qué hipocresía atroz.
Y ni siquiera es original en sus monstruosas falsedades. Pero como esta gente siempre se encuentran – como fue el caso de Lidia Falcón no hace mucho – a un supuesto patriota que les ríe las gracias…
Señor Merino. Sin el más mínimo insulto y con todo el respeto que usted no tiene por la memoria del dueño de la Legión Cóndor (con tipos antinazis como usted, España hoy no existiría, estaría repartida entre Marruecos y diversas republiquetas comunistas o post comunistas con un nivel de vida y moral como el de Albania, Servia, Moldavia, Bulgaria, Ucrania, Georgia, etc.) y centrándome solo en lo que escribe, no es de extrañar que califique de digno a un señor, Redondo Terreros, que ha sido cómplice del mayor partido genocida de España en el último siglo y medio, el PSOE de los terroristas Pablo Iglesias, Largo Caballero, ZP y, hoy, Sánchez. Ese señor, Redondo Terreros, todavía no es muy mayor y puede arrepentirse de ser socialista si su soberbia no se lo impide, haciendo penitencia dura el tiempo que Dios todavía le otorgue en este peregrinar, reparando así el daño inconmensurable que ha contribuido a hacer, o bien, puede seguir contumazmente siendo socialista. Respecto a ud., sr. Merino, Stalin solo hace digno y respetable a Trotski, Zinoviev, Kamenev, Yagoda, Yezov, Beria, etc., para las mentes democráticas de derechas, como la suya, o de izquierdas, incluso de aquellos que distinguen muy nítidamente entre Franco y Hitler negando incluso ante Dios mismo que no eran homónimos y aliados en absoluto. Así va España, pero quede todo el mundo tranquilo, que sobre España reina Dios, no los que quieren destruirla. Apretar, apretar, nos apretarán, pero jamás nos ahogarán. Son los enemigos de Dios y los de España, que son los mismos, los que han de oír cada vez más nítidamente el tic, tac, tic, tac,…. porque es a ellos a los que se les acaba el tiempo.
Este señor debe ser acreedor del director del diario, don Ignacio Fernández Candela, o algo así, porque su presencia en este medio, ahora que se ha ido hasta don Eduardo García Serrano, lo convierte en una réplica del ABC, el Mundo, el «español», y basura democrático liberal conservadora por el estilo.
Es un antinazi convencido, luego también un antifranquista (ningún agradecido a Franco odia al dueño de la Legión Cóndor, a no ser que sea ignorante o engañado por el demonio), y un demócrata de los pies a la cabeza, y de derechas o conservador, de eso no hay duda alguna. Militaría bien en VOX o PP, que son lo mismo aunque los votantes del primero no lo quieran reconocer y nieguen hasta las pruebas de la entrega total del primero al segundo, de la relación de escudería de Abascal con el nacionalista gallego Feijoo. Pero como tal, tiene corrompida la razón totalmente y no sabe cómo cubrir las incoherencias de su ideal.
Desde luego que patriota no es. Ningún conservador es patriota. La mayoría de conservadores tienen sus ahorros invertidos en fondos de inversión que capitalizan sus fondos en multinacionales que producen en el infierno comunista de China. Los liberal conservadores no son cristianos, no comprenden que no se puede servir a dos señores, a Dios y al dinero. Por eso crean sus sectas protestantes, luteranas, calvinistas, anglicanas u ortodoxas, para fingir devoción, cuando ellos no tienen más «dios» que su dinero y su patrimonio. Los derechistas de todas las naciones no defienden sus patrias, sino que pagan un ejército de desgraciados y vendidos mercenarios y funcionarios para que defiendan su patrimonio, que esa es su concepción de la patria. Aquí, en España, el mili KK Aznar, incluso suprimió el servicio militar obligatorio no retribuido, porque su clientela política, sus votantes, no querían ni siquiera hacer la cobarde prestación social sustitutoria.
Ya le digo. Es como si Stalin justificase a Lenin, Trotski, Zinoviev, Kamenev, Bujarin, etc. Para estos conservadores, el demonio justifica a Judas Iscariote vendiendo al Señor por treinta monedas de plata.