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La frase de la señora Celaá, esa de que »los hijos no son de los padres», parece que sigue levantando ampollas. Yo pienso que no es para cabrearse tanto con esa frase, y me explico.
Vamos a ver, cuanto más borrego e idiota sea el pueblo (como ahora) no sólo será más fácil de manipular y con ello de controlar sino que la situación nacional irá cada vez peor al tener una sociedad (base nacional) tan chorra. Por eso, cuanto más impresentables haya en este país, por suerte o por desgracia, más el Estado tendrá que intervenir en su educación para que no se vaya definitivamente todo abajo. Es fácil de entender creo yo. Ahora bien, los que gobiernan tienen que ser los mejores de entre la sociedad elegidos a su vez por los mejores de la misma, personas llenas de virtudes que den ejemplo al pueblo porque lo que no puede ser es que pretendamos crear una sociedad armoniosa e idílica con corruptos y ladrones, gente sin escrúpulos y sin honor, al frente de la nave del Estado.
Nos estamos quejando contínuamente de que la sociedad actual es un desastre, y no digamos la mayoría de la juventud, pero estos serán si no lo son ya padres, y yo me pregunto… ¿Ustedes dejarían completamente la educación en manos de unos »idiotas mascachapas»?. Yo no desde luego.
Sigo diciendo que para mí el debate no está en si el gobierno de un Estado debe tener o no el control de la educación (que ya más o menos lo tiene). El debate está en el tipo de educación que debemos ayudar a impartir a nuestros hijos.
Una educación atea, contraria a la unidad de la patria, en contra de España y que encima intenta sin descanso corromper la mente y el cuerpo del pueblo para hacerlos simplemente máquinas productoras-consumidoras sin darles otro objetivo en la vida, esa no es la educación que debemos impartir. La educación comienza desde casa, sin duda, pero sigue con la colaboración estrecha del Estado y las familias para poder potenciar los talentos naturales de cada individuo y ser útiles a ellos mismos y a la patria el día de mañana.
Por tanto, y resumiendo, los hijos son de los padres, si, pero estos tienen la imperiosa obligación de educar lo mejor posible a sus hijos para, como he dicho arriba, ser provechosos no sólo para ellos mismos sino también para España y así que no tenga ningún gobierno que inmiscuirse tanto haciendo con ello su labor para no tener que sufrir, (no sólo sus hijos), a unos padres ateos, ineptos e imbéciles que manden definitivamente a un país milenario a la mierda.
Autor
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Iván Guerrero Vasallo (Santander,1984) es propietario de la Librería Virtual Iván G. y editor del blog Codex Historicum. Además de estudioso y lector voraz de libros relacionados con la Historia de la Humanidad, es un gran aficionado a la escritura. Escritor y novelista.
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