21/11/2024 14:55
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Dejando a un lado las razones que la han conducido hasta aquí, lo cierto es que una gran parte de la sociedad ha asumido, normalizándola, la confusión de llamar “cultura” a su falsificación y Némesis. Y desde las mismas instituciones se avala, apoya y propaga tal confusión.

No puede extrañarnos, pues, que la Fundación Canal –de la Comunidad de Madrid–, haya organizado la exposición titulada: “Madrid: crónica creativa de los 80”. Una muestra que, en su misma concepción, título y contenido, recoge y divulga todas las mentiras de la posmodernidad, disfrazándolas con ropajes coloristas y bonitas palabras.

Disfrazando el disfraz, podríamos decir, ya que si la farándula degenerada fue un instrumento fundamental para la destrucción física y moral de toda una generación de jóvenes españoles en los años ochenta del siglo XX, hoy se nos quiere hacer creer que aquellos “artistas” merecen ser recordados.

Lo que cabría recordar es que, en su momento, aquellos tontos útiles se ofrecieron masivamente como modelo a la juventud a través de la televisión, y hoy, tras haber tragado litros en las aguas del Leteo, se pretende lo mismo a través del relato. No olvidemos que la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, anunció hace tiempo su propósito de crear un museo de “La Movida”.

Reelaborando por completo una historia que jamás existió, la exposición mencionada edulcora y glorifica “la movida” madrileña como núcleo renovador de las “artes” e irradiador de “cultura”, aunque no fuera ni lo uno ni lo otro; ocultando que toda aquella “creatividad” y “frescura” fue el caballo de Troya empleado para encubrir como “diversión” y “libertad” la introducción de las drogas en España.

En ese sentido, aunque su intención sea ofrecernos una visión festiva de los hechos y hacernos olvidar los estragos del terrorismo y la droga en los años ochenta y noventa, lleva razón la comisaria de la exposición, Ana Berruguete, cuando afirma que la movida madrileña “contribuyó de forma decisiva a la configuración de la España actual”. Una España de lotófagos sometida a la acción convergente de promotores, “artistas”,  periodistas y “entendidos”, coordinados en una labor disolvente en el ámbito “cultural”.

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Basta echar un vistazo a los medios de comunicación para constatar la alarmante uniformidad de criterio; y no está de más señalar que la posición en torno a “la Cultura” permite identificar con nitidez la verdadera naturaleza de muchos medios que, si bien se definen a sí mismos como “derechistas” o “conservadores”, sin embargo, de facto, contribuyen diariamente al socavamiento de las tradiciones y los pilares de la civilización. Véanse los medios “clásicos” conservadores como el diario ABC, La Razón, la cadena COPE, 13 TV o El Debate, y, por supuesto, todos los autodenominados liberales, como El Mundo, Ok Diario, Libertad Digital, El Español, Vozpópuli, etc. Y es que todos ellos comparten el marco cultural impuesto por la izquierda, destinado, como es bien sabido, a la implantación y afianzamiento de sus postulados.

Echando un simple vistazo a las noticias más recientes en el plano cultural, podemos detenernos, por ejemplo, en el suplemento cultural de Ok Diario, denominado “Cool Lifestyle”, plataforma entregada a la difusión entusiasta de las galerías “más cool” o decadentes. Acerca de las cuales escribía su periodista Paloma Herce: “Nuestro país tiene cada vez más galerías. Si (sic) es cierto que Madrid y Barcelona podrían considerarse las capitales del arte, con sus museos y sus exposiciones, pero poco a poco el resto de la geografía española se salpimenta de direcciones que cada vez cobran más importancia gracias a sus odas y homenajes al arte. En su mayoría, en ellas encontramos arte contemporánea”[1]. (sic)

En Libertad Digital comprobamos, igualmente, el agotamiento de todos los tópicos a propósito –y, por supuesto, a favor– de la exposición sobre La Movida: “supone un recorrido coral por aquellos elementos icónicos que configuraron el Madrid moderno y cosmopolita actual” […] “el objetivo de la muestra es explicar el dinámico avance de Madrid en los campos cultural, social, artístico, económico” […] “ver la apertura a los nuevos tiempos”; “la eclosión creativa”; “una época fértil, convulsa y llena de ilusión” [2].

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En el ABC Cultural y en “La Lectura” de El Mundo, se promociona y ensalza la feria JustLX y ARCOlisboa (equivalentes a JustMad y ARCO) en la capital portuguesa[3]. Y de nuevo en Ok Diario, acercándonos ya a la próxima conmemoración de las fiestas para la propagación del VIH, se nos anuncia un nuevo centro dedicado al arte contemporáneo en Gran Vía[4].

Por cierto, aunque sus blanqueadores no lo digan, “la movida” significó, sobre todo, el inicio de una nueva era acelerada, sorda y sin memoria, y de una “cultura” sin libros.

Lógicamente, los que no se han parado a pensarlo, todavía no lo han advertido.

[1] Literalmente, en el artículo titulado: “Estas son algunas de las nuevas galerías más cool del panorama artístico”, Ok Diario, 25 de abril de 2023. https://okdiario.com/coolthelifestyle/cultura/nuevas-galerias-arte-contemporaneo-espana-476930

[2] Laura Galdeano. “Homenaje al arrollador universo creativo del Madrid de los 80”, LD, 19 de mayo de 2023. https://www.libertaddigital.com/cultura/arte/2023-05-19/homenaje-al-arrollador-universo-creativo-del-madrid-de-los-80-7015893/

[3] Javier Díaz-Guardiola. “JustLx le marca la pauta a Madrid”, ABC Cultural, 26 de mayo de 2023. https://www.abc.es/cultura/cultural/justlx-marca-pauta-madrid-20230526184754-nt.html

Vanessa Graell. “ARCO Lisboa, una mirada hacia África”. La Lectura, 26 de mayo de 2023.

https://www.elmundo.es/la-lectura/2023/05/26/646642b9fc6c83c31f8b45e5.html

[4] De nuevo Paloma Herce, el 23 de mayo de 2023: https://okdiario.com/coolthelifestyle/cultura/museo-arte-contemporaneo-madrid-museo-gran-via-15-496596

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REDACCIÓN
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Aliena

Sí, sí, incluso los más «razonables» de entre los de aquella época insisten en hablar del «talento arrollador» y la «creatividad» que había por doquier y en la «libertad» de que se gozaba en aquella época. Y yo me lo llegué a creer, pues lo había estado oyendo desde pequeñita, a saber: «Érase una vez unos años mágicos, los 80, en que todo era vida, color y alegría y hasta había alcaldes marchosos…»

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