Serrano
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“Caló el chapeo, miró al soslayo, tentó la espada, fuese y no hubo nada”… no hay mejor análisis ni diagnóstico ni epitafio a la moción de censura de Vox que el escrito por Cervantes en el Siglo de Oro. Cuando cayó el telón en ese Patio de Monipodio que es el Congreso de los Diputados, en el que el Tito Berni y sus ladrones socialistas cocinaban sus saqueos sin más pericia que la que les otorga esa patente de corso que es el acta de diputado, los cincuenta y dos buñuelos de viento de Vox se hicieron una foto, como un grupito de adolescentes a las que las Madres Ursulinas llevan de excursión, gritando a coro “Viva don Ramón”. ¡Qué enternecedor, coño!
Fuéronse, imagino que corriditos de puro gusto, con el pecho hinchado de vanidad sin laureles… y nada. El yayo comunista antaño, neoliberal hogaño, a su manta, a su siesta, a sus sopas y a vender en Amazon los luminosos descubrimientos políticos impresos en su discurso parlamentario. Argumentos, por cierto, que ya habíamos descubierto hace cuarenta y siete años, entre otros muchos, un servidor y el ninguneado Blas Piñar. Por aquellas calendas, el joven comunista Tamames nos llamaba fascistas a los que decíamos lo mismo que él ha dicho hoy en el Patio de Monipodio de la Carrera de San Jerónimo sobre la II República, sobre Largo Caballero, sobre el criminal PSOE, sobre la chusma separatista, sobre el cantonalismo autonómico y sobre el feminismo sans-culottes . ¡Vaya por Dios!
Bienvenido abuelo, cuarenta y siete años tarde, pero bienvenido. Solo hubo un momento en el que el yayo pareció, solo pareció, tentar la espada y, aunque fue un espejismo, a sus monosabios de Vox se les frucieron los esfínteres. Fue en la despedida, sin guión, sin papeles y sin apuntador en el sonotone, cuando le dijo al censurado que nos estaba llevando a 1936. ¡ Anda, coño! ¿Y la solusión, don Ramón? Pues la solución que no dio está en Joaquín Costa, al que usted solo citó por el asunto del follaje, la flora y los bosques, pero no por su célebre Cirujano de Hierro, que es el médico militar de ese pelotón de soldados de Oswald Spengler que, al final, acaba siempre salvando a la Civilización. O sea, a España.
Fuéronse, y no hubo nada. ¡Hala, don Ramón! usted a su manta y a sus sopas y Vox a sus urnas de vuelo gallináceo. Algunos, pocos, muy pocos, seguimos donde siempre, acampados a la orilla del Rubicón esperando a las Águilas del César.
Autor
- Eduardo García Serrano es un periodista español de origen navarro, hijo del también periodista y escritor Rafael García Serrano. Fue director del programa Buenos días España en Radio Intereconomia, además de tertuliano habitual de El Gato al Agua en Intereconomia Televisión. Desde el 1 de Febrero del 2019 hasta el 20 de septiembre del 2023 fue Director de El Correo de España y de ÑTV España.
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Algo si hubo Sr. García Serrano, puede que no demasiado, pero pensemos en la mayoría de españoles que políticamente se sitúan en el Pp o a su izquierda y han visto a uno de los suyos apoyando a Vox.
Hombre, esos versos de Cervantes no se habían citado nunca. (Nótese la ironía.)
Entre eso y lo de «Hay que cambiarlo todo para que todo siga igual» de El gatopardo, ya he perdido la cuenta de las veces que se han citado.
En mi opinión, no espero gran cosa de los políticos, todos siguen una meta is el poder, aunque respeto a Abascal por su coraje y valentía en las vascongadas. Con respecto al candidato, creo que VOX a preferido congraciarse con una parte de la sociedad de la izquierda, pero en política todo es válido y creo que ni VOX pondría a un candidato que apoye el régimen de Franco, pues los cerdos peperos se encargaron de condenar el régimen de Franco, pues son los típicos paga Fanta, traidores y cobardes.
Arriba España y viva Franco.
Todo lo que nos pasa, se debe a la poca defensa que el pueblo realiza y que le da lo mismo lo que hagan con él. Acepta todos los abusos que cometen con él y jamás se manifiesta en contra de toda esta chusma que nos mangonea y roba, a la que tampoco responsabiliza de sus actos y robos.
Por desgracia el César no va a volver.
Para algo más que no hacer nada, seguro. Desengañado de ganar la guerra me conformo con hacerlo a estas alturas en alguna batalla. Si algún estudiante puede llegar a estudiar en español; si algún monumento a etarras se derruye; si algún chiringuito izquierdoso (o no tanto) se suprime; si algún gesto en torno a Gibraltar, Ceuta y Melilla se llega a producir; si algún aborto menos se realiza; si alguna autonomía ve mermadas sus competencias; si alguna televisión se ve limitada en sus excesos; si algún inmigrante ilegal se puede llegar a retener; si algo se mejora en la verdadera igualdad entre hombres y mujeres; si nuestros agricultores mejoran sus expectativas; si el agua se comparte entre españoles; si …, aunque sólo sea algo, a mi me servirá para apoyarles, aunque solo se trate de hacerlo con el depósito de una papeleta en una urna como en alguna ocasión hago yo ahora. Y todo eso hoy en día ni nos lo garantiza el PP ni tampoco La Falange por razones distintas (el no querer y el no poder)
Se nos pone muy estupendo, muy bucólico D. Eduardo con su lapidaria alusión a esperar a las águilas imperiales sentado en su orilla del Rubicón. Parece mentira que diga eso quien no ha dudado en interrumpir su espera mientras se acerca a dar un paseo en la barca del PP (como él mismo ha presumido) en la que disfruta de una barquera embelesadora de nombre Isabel y apellido Ayuso que le va a hacer más grata la espera. ¡Qué me agarren esa mosca por el rabo!
No seré yo quien no reproche frases así (que yo desconozco) y de los que de tu redacción no me queda claro si las hizo ella o sus «papaítos» como escribes. Pero entre que no me guste un dirigente (y de segunda fila) a la posición de todo un partido por votación y declaraciones de su secretario general y portavoz (PP) hay un trecho. No pongas ventiladores donde puedan no proceder. Yo no pongo la mano en el fuego por nadie si no se lo merece pero no es comparable.
El «yayo» militó en el PCE, sí, pero ¿fue alguna vez comunista? «Es esperpéntico, frívolo. Nunca fue comunista». Él mismo lo dijo. La Brigada de Información necesitaba de gente comprometida.
https://www.elconfidencial.com/espana/2023-03-20/vieja-guardia-pce-tamames-frivolo-comunista_3595365/
Pues no has leído otros artículos relacionados con VOX, donde le he dedicado algún que otro comentario a esa impresentable que va dando carnets de dictaduras, es tan impresentable como los cerdos peperos cobardes y traidores, pues supuestamente eran los que iban a defender la nación de las leyes socialcomunistas y se han convertido en sus propios socios para destrozar la nación. Espero te haya quedado claro, y te lo digo sin miedo a que me llames voxero: Abascal es líder de la oposición, y nunca he votado y nunca votaré.
Esta moción ha tenido su golpe de efecto, y no lo ha tenido más por culpa de la pseudoderecha del PP, lo que Blas Piñar llamaba la derecha pactista,entreguista y cómplice. Por qué no se meten con ellos?
Hay que hacer ver de una vez a la gente que votar al PP es, cada día que pasa más aún, votar al PSOE y al globalismo.
El problema es que los periodistas a veces se repiten unos a otros. Y que conste que don Eduardo es de los mejores.
Sí, el régimen católico patriota de Franco fue igual que el de Hitler, es decir, antimarxista, antidemócrata, antimasón, antijudaico, patriota, tradicionalista, cristiana y militarista. Y totalmente opuesto a los infiernos comunistas de Stalin, los Castro o el actual de Xi Lingpin. ¿Y qué? ¿Molesta la verdad a alguien?
Ni falta que hace. Para Nerones y Dioclecianos, ya bastan las democracias actuales. Mejor que vuelvan otros Cides, otros Fernandos III santos, otros Reyes Católicos, otro Carlos I, otro Felipe II o otro Franco con millones de fieles incondicionales.
Añado una linea para decir que la mujer de Espinosa esta ahi en la politica por empeño de su marido.
Sirve para haya votantes del Pp o de la izquierda que se planteen dejar de votarlos, lo cual será beneficioso para España.
D. Eduardo García Serrano, no se deje ud. engañar por los de VOX ni por los del PP. No apostate. Ud., que es valiente por declararse falangista, teniendo en cuenta lo que FET de las JONS hizo por Dios y por España. No cometa la traición del Iscariote a Dios y a España apoyando a la derecha, es decir, a los conservadores.
Ud. bien sabe, mucho más que sus compañeros de medio, que ni la CEDA de Gil Robles, ni los radicales de Lerroux, ni la Renovación española de Goicoechea, ni Niceto Alcalá Zamora, ni Portela Valladares, ni Luís Lucía, ni el conde de Romanones, ni Miguel Maura, ni tantos otros de derechas, conservadores, señoritos ellos, derramaron ni una sola gota de sangre, en sus días, por Dios, por su Santa Iglesia Católica Apostólica y por España, y sí que huyeron cobardemente cuando más necesitaba España sangre dispuesta a ser derramada por todo lo bueno y santo. Que hoy sean innumerables como estrellas los que gritan metafóricamente ¡muera España! y ¡muera Dios y su Iglesia! no implica, en absoluto, que estén con la Verdad, que es y será siempre Nuestro Señor Jesucristo, en el cual creían de verdad los falangistas verdaderos.
Ud. bien sabe que incluso en medios como este, aparentemente católico y patriota, el acoso de la mentira, el terror y el engaño disfrazado de falsa fe y falso patriotismo, está siempre al acecho. Ud. sabe que España no estará nunca bien con mercaderes que la venden al mejor postor porque solo sirven al dinero. No se deje arrastrar a la democracia. Franco no fue jamás demócrata (como corresponde a todo militar vocacional), por mucho que falsos franquistas afirmen hoy lo contrario para intentar «justificarle» en este infierno democrático, como si hubiese que justificar el ser patriota, católico y fiel a Cristo y a la Verdad. Y José Antonio Primo de Rivera afirmó que el mejor destino de las urnas es ser rotas, lástima que no fuese fiel hasta el fin a este parecer que compartían de modo generalizado los suyos. Onésimo Redondo, incluso tuvo un fin heroico en nuestra Cruzada, nada que ver con los políticos estafadores de derechas conservadores y liberales de entonces y de hoy, que pretenden «defender» España (sus propiedades y patrimonios), pero con la sangre de sus lacayos y estafados votantes, incluso los que aún no han nacido.
1º de Abril, conmemoración de la Victoria católica y nacional en España sobre rojos y antiespañoles y ni un solo artículo en ñtvespaña.com. Muy triste.
Estas en tu derecho de creerte tu propia verdad, pero no pretendas hacer creer a los demás que un león es lo mismo que una vaca, aunque ambos tengan rabo, dos orejas y cuatro patas.
No hay más que una Verdad: el que es Camino, Verdad y Vida, es decir, Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero. Y eso solo lo discuten los que no tienen humildad y si la soberbia de defender su mentira, porque Verdad solo hay una, mentiras, como ídolos, incontables.
Y Dios reveló lo que reveló en Fátima (Portugal) en 1917 y en Polonia a su Apóstol Santa Faustina Kowalska (canonizada por san Juan Pablo II) en 1936 respecto a Rusia, le guste a los papas, cardenales, arzobispos y obispos, o no les guste nada, lo manifiesten o lo traten de ocultar prohibiéndolo, incluso. Dios no piensa como los hombres. Lo que a los hombres nos parece aceptable, a Dios le parece abominable. Y los católicos no somos ni de Apolo, ni de Cefás, ni de Pablo, ni de uno u otro papa, somos de Jesucristo, que es Dios. Y eso solo lo discute el que es soberbio como satanás que ofrece lo que ofrece en el desierto a los que a él se entregan con mentiras de todo tipo.
O se está con Cristo o contra Él. La política y sus mentiras propagandísticas no tienen cabida en un alma católica verdadera.
Hitler ayudó a los católicos españoles cuando Francia se sumó a la URSS para ayudar a exterminarlos en chekas, paseos, cárceles «del pueblo», holodomor colectivista, terror rojo, etc. Y esto es así, pese a quien pese y duela a quien duela. Repito, tanto Franco, como Hitler, son víctimas de una campaña satánica de mentiras sin término. Ambos fueron furibundamente antimarxistas, anticomunistas, antisocialistas y antidemócratas. Ambos fueron antimasones. Ambos fueron patriotas verdaderos demostrados, incluso jugándose la vida en guerras (uno en África, otro en el frente occidental de la Gran Guerra) por su patria. Ambos fueron militaristas y rigieron una sociedad militarizada (con toda la disciplina, orden, austeridad, entrega y sacrificio generoso que ello comporta). Ambos rechazaron el judaísmo desestabilizador de naciones (acuérdese del tribunal de represión de la judeo masonería). Ambos fueron tradicionalistas de su propia patria. Ambos estaban bautizados por la Santa Iglesia Católica Apostólica pese a quien pese, duela a quien duela. Ambos respetaron y protegieron a la Santa Iglesia Católica Apostólica de los rojos (ambos en España y en Rusia, cada cual con su aportación, otro en Alemania, incluso abriendo al culto católico, en plena guerra, las iglesias en suelo soviético que los bolcheviques habían convertido en establos, salas de cine, destilerías de vodka, almacenes, polvorines, salas «culturales» del komsomol), pese a quien pese, duela a quien duela. Ambos dejaron vivir al no nacido pese a quien pese, duela a quien duela. Ambos generaron riqueza y empleo especialmente para los más pobres y desfavorecidos (uno de ellos incluso era un indigente viviendo en un cuartel entre ratones), pese a quien pese, duela a quien duela. Ambos, a diferencia de lo que siempre han hecho los demócratas de todo signo en todo lugar, lucharon en defensa propia contra el comunismo de Lenin y Stalin, que pretendía ya desde Marx, la violencia revolucionaria bajo una u otra modalida para obtener el poder en todas las naciones de la tierra. Y sí, se distinguieron en algo fundamental. Uno sobrevivió por la Gracia de Dios al imperio del mal demo comunista, otro pereció arrollado por él.
También hay diferencias entre cómplices de la expansión del comunismo por la tierra: entre Roosevelt, Churchill y Stalin, como algunos sí ven diferencias entre el aborto bajo gobierno marxista y aborto bajo gobierno liberal-conservador. Pero solo hay diferencias terrenales, no de carácter bíblico. Solo Dios sabe quien pondrá a su diestra el Día del Juicio Final en el que esos tres, ateos desorejados, no creían en absoluto, como los hechos demostraron.