23/11/2024 14:17
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Madre, hoy estuve triste, muy triste, más triste que otros días, porque  hoy hace tres años partiste al cielo, si avisarme y yo me quedé desamparada, sin tu amor, sin tu compañía

Mi soledad, fue absoluta, no me lo creía, fue duro y sufrí mucho. El día que partiste, me dejaste vacía, no pensé todo lo que me diste, porque tan solo pensé, en lo que ya no me darías.

Echo de menos, cuando me llamabas, Yonse, tu hija del alma, cuando me decías mi querida “negrita”, con la tez tan blanca que tengo, era un alago.

Siempre me rodeaste con tus brazos, con tu cariño, con tu cuerpo, cómo aquí, en esas fotos, me siento arropada, siempre siendo tu centro Madre, te echo de menos, cada día, pero más en cada fiesta familiar, en Navidad, en Reyes, en las fiestas que pasamos juntas, con alegría.

He llorado haciendo la cena de Nochebuena, sin ti, pero la hice, cómo tú me enseñaste, con amor y sabiduría

Sé que no te has ido, porque sigues en mi corazón para siempre.

Hoy madre, visité tu tumba, la limpie, la acaricie pero estaba fría, aunque mi corazón henchido, por ti latía y latía y lloré sobre ella, para que mis lágrimas germinaran, atravesaran la tierra y en ti se posaran, fundidas con las tuyas, ambas con alegría.

Al arrodillarme ante tu tumba, imaginé que estabas durmiendo, porque sé que no te has ido, eres incapaz de dejarme sola, pues en mi corazón sigues viva y al alba me visitarás todos los días y yo te abrazaré con el viento, te besaré con la lluvia, cantaré para ti en silencio.

Madre, moriste joven, en accidente, yo hace unos días también estuve a punto de ir acompañarte, pero se ve que  allí arriba Dios no me quería, a ti te escogió a mi me lo negó, pensó que aún era muy joven y que tú siempre allí arriba, pacientemente me esperarías.

Yo no pienso que tú te has ido, porque sigues viva en mí y si algún día lo pienso, es que en verdad habrás muerto, pero eso no lo quiero madre mía. Cuando miro al cielo, te veo allí alegre y sé que gracias a ti, un pedacito de cielo poseo, porque tu madre allí estás con el Altísimo.

Allí rezando por mí, sonriendo cuando hago una trastada, sé que desde allí arriba me cuidas y me deseas toda la felicidad, hasta reencontrarme contigo un día y abrazarnos para toda la eternidad

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Te diré una cosa madre, te confesaré un secreto, a pesar de tu ausencia, ahora estoy feliz, muy feliz madre mía, porque  tú y Cristo, habéis puesto en mi camino, a un ser que amo, que quiero y que querré toda la vida.

¿Y sabes qué, madre mía? Te voy a dar una alegría. Ese hombre que amo y querré toda la vida, me ama con locura, ya ves me llama su gatita y me llama presumida y glamurosa y a veces me regaña y yo le llamó “gruñón” y él se ríe y se ríe, porque para él soy su gatita amada, su cría.

Y no solo eso, madre, sino que posará dentro de mi cuerpo una luz, que germinará en mi, un ser nuevo, una niña preciosa que sea el recuerdo tuyo, que no pudiste conocer en vida, pero ella te querrá, como la mejor abuela,  y crecerá y crecerá y yo la enseñaré a quererte y esa será tu orgullo, porque la llamaremos, en tu honor, Sofía, como tú madre mía

Cada vez que la llame, lo haré como “Yonse”, mí querida “negrita” y pensare que la llamas tú, y la hablaré de ti, para que tú entres en su corazón y que sepa siempre, que su abuelita, no murió, porque ahora serás también de ella, no solo mía

 

Mamá, tú estás en brazos de Dios, rodeada de los mejores seres, te fuiste, pero una gran parte vive conmigo y siempre permanecerás en mi corazón, junto a ese hombre que me ama, será mi esposo, será el padre que no tuve, será mi protector, será mi guía que ilumine mi camino, para estar contigo un día.

Todo lo que me rodea tiene la huella de tu entrega, tu cariño y tu amor infinito, aunque te fuiste, sigues conmigo Madre, aquí en mi corazón.

Mami, puede llorar porque te has ido o reír porque conmigo has vivido. Puedo cerrar los ojos y rezar para que vuelvas o puedo abrirlos

y ver todo lo que has dejado e bueno en mi mente y en mi corazón.

“Anoche soñé contigo y con esa cálida voz, me decías:
No he muerto, mi “negrita”, solo me fui antes y no quiero que me recuerdes con lágrimas, como aquel que no tiene esperanzas
No he muerto, aunque mi cuerpo no esté, mi presencia te hará sentir seré el silencio de nuestro hogar que tanto compartimos, seré la brisa que besará tu rostro, seré un recuerdo dulce que asista a tu memoria, seré una página bonita de tu historia.

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Perdóname, mi amada Yonse, tome únicamente uno de los trenes anteriores y se me olvidó decirte: No he muerto, solo me fui antes”

Mamá, mañana me vestirán con cenizas al alba, me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir sin tu presencia siempre en mi memoria, siempre en mi corazón, en mi alma

Seguirás conmigo siempre te recordaré, aunque pasen los años, aunque aparezcan otras personas en mi vida, seguirás en mi corazón guiándome, acompañándome y celebrando mis victorias, que también serán tuyas.

Te echo de menos Mami, siempre seré tu negrita

Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.


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