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Como ya no sorprende que el Presidente Sánchez, de buena o de mala fe (más bien los segundo), trate cada vez que se le presenta ocasión de suplantar o saltarse el protocolo para dar a entender que es como un Rey 2 o el Jefe del Estado. Por tanto es normal que sus “feos” y sus “desplantes” a Felipe VI salgan ya, incluso, a las páginas de los periódicos.
Como es el caso del artículo que hoy recojo de “Ok Diario” con la firma de Luz Sela, en el que se han unido algunos de los casos más comentados.
Pasen y lean:
“Han sido numerosas las ocasiones en que los desplantes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al Rey se han convertido en protagonistas. Entre ellas, el socialista ha incurrido en errores de protocolo o ha evitado pronunciarse ante los frecuentes ataques de sus socios al monarca. El más reciente tuvo lugar la pasada semana, en la inauguración del tren de alta velocidad Murcia-Madrid. El primer viaje estuvo presidido por Felipe VI y por Sánchez. Mientras la comitiva caminaba por el andén, el presidente del Gobierno se adelantó y dio la espalda al monarca durante unos instantes. Además, acabó entrando él primero en el vagón.
Otro de los más sonados desplantes fue el que tuvo lugar en la recepción del 12 de octubre de 2018 en el Palacio Real. Entonces, Sánchez y su mujer, Begoña Gómez, tras estrechar la mano a los Reyes, se colocaron a su lado y como unos miembros más de la Familia Real empezaron a saludar a los invitados. El servicio de Protocolo de Casa Real tuvo que advertir al matrimonio que ellos no debían protagonizar el besamanos.
En la misma cita, pero en 2019, Sánchez también tuvo que ser apercibido por no guardar la correspondiente distancia en el saludo de los Reyes a un paracaidista que se accidentó durante el acto. El líder del PSOE no guardó la distancia y los servicios de Protocolo tuvieron que avisarle para que no invadiera la conversación de Felipe VI y Doña Letizia con los militares.
Este año, Sánchez también rompió el protocolo haciendo esperar al Rey dentro de su coche oficial, para evitar abucheos por parte del público asistente. El Jefe del Estado tuvo que esperar un minuto en el interior de su vehículo a que llegara el Audi oficial de Sánchez. Un intento del presidente por sortear una pitada que finalmente se produjo.
En agosto de 2018, sólo dos meses después de llegar a La Moncloa, Sánchez llegó casi una hora tarde al despacho con el Rey en el Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca.
Con motivo del acto homenaje a las víctimas del coronavirus, que se celebró en el Palacio Real, las invitaciones cursadas por el presidente del Gobierno también incurrieron en un error de protocolo. En la tarjeta figuraba en primer lugar el nombre del presidente socialista y sólo más bajo se indicaba que el acto estaría presidido por el Rey, algo nada habitual.
Veto en Barcelona
Aunque si duda, uno de los más comentados fue el veto del Gobierno a la asistencia del Rey a la entrega de despachos de los nuevos jueces en Barcelona, en 2020. El entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, alegó que la cercanía del fallo del Tribunal Supremo sobre el ex presidente catalán Quim Torra y la conmemoración del aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre «desaconsejaban su presencia». El Gobierno vetó la presencia del Rey ante la presión de los partidos independentistas en el marco de las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado. Fue la primera vez, desde su acceso al trono en junio de 2014, que Felipe VI no acudió a este acto.
En 2019, con motivo de la publicación de su libro, Manual de Resistencia, Sánchez rompió con las normas de relación con la Corona al revelar el contenido de los encuentros que mantuvo con Felipe VI antes de su investidura fallida. El socialista empleó esas supuestas conversaciones para ensalzar su propia figura: «Nos reconocimos mutuamente como las personas que íbamos a sacar al país del riesgo de bloqueo», cita por ejemplo. Sánchez, además, aparece como salvador del Rey: «Le di mi palabra de desbloquear las instituciones y él me lo agradeció muy sinceramente», cuenta en otro momento.
Ataques
El presidente socialista, por otro lado, también ha evitado desautorizar a sus socios de Podemos, Bildu o ERC cuando han lanzado ataques al Rey, algo habitual, por ejemplo, con motivo del mensaje navideño del monarca. Este mismo año, Podemos afirmó que Felipe VI carece de «legitimidad democrática» para hablar de la crisis institucional en que el Gobierno ha sumido el país por el choque con el Tribunal Constitucional. Además, la formación morada ha impulsado distintos referéndums -sin éxito alguno- en localidades españolas para dirimir el modelo de Estado, entre monarquía o república.
Podemos ha atacado al monarca en múltiples ocasiones. Por ejemplo, a raíz del gesto de Felipe VI de no levantarse ante la espada de Simón Bolívar durante la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, este verano. El partido morado salió en tromba para atacar al monarca por su gesto. La ministra de Derechos Sociales y actual líder de la formación, Ione Belarra, exigió al jefe del Estado que se disculpara. El diputado Pedro Honrubia llamó «facha» a Felipe VI y pidió «guillotina». «Lo que se echa de menos una buena guillotina en la historia del estado español, joer», señaló Honrubia en redes sociales.
Uno de los dirigentes de Podemos que más arremete contra Felipe VI y la monarquía es su portavoz en el Congreso, Pablo Echenique. En varias ocasiones ha instado al monarca a «presentarse a las elecciones» porque, a su juicio, Felipe VI «es jefe del Estado por fecundación». También ha defendido que «la Monarquía está especialmente diseñada para delinquir».
Despenalizar las injurias
El Gobierno, además, se ha mostrado a favor de despenalizar las injurias al Jefe del Estado y los ultrajes a la Corona. Se trata de una iniciativa de Podemos, actualmente en el Congreso de los Diputados, que cuenta con el apoyo del PSOE.”
Por la transcripción Julio MERINO
Autor
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Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.
Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.
Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.
En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.
En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.
Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.
Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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