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Antes de que las ciudades crecieran forma de PAU, y antes de las grandes migraciones del campo a la ciudad, que también afectaron a los pueblos de la sierra, antes de la vuelta de la gente y la transformación en pueblos dormitorio, antes de eso existía una pujante población en los pueblos de la sierra.
La Sierra Norte de Madrid tiene los 23 pueblos con menos habitantes de toda la Comunidad, y en ninguno de ellos viven más de 320 personas. Según los últimos datos publicados (2019) por el INE).
El municipio menos poblado de la Comunidad de Madrid es Madarcos), con 47 habitantes. este le siguen La Hiruela) y Robregordo) (ambos con 48habitantes), Puebla de la Sierra puebla) (60), La Acebeda (65), La Serna del Monte (74), Somosierra (80), Robledillo de la Jara (87), Horcajuelo de la Sierra (89) y El Atazar (93).
En el lado opuesto, los municipios más poblados de la Sierra Norte de Madrid son: Torrelaguna (4.724), La Cabrera (2.613), Bustarviejo) (2.486), Venturada (2.081), El Vellón) (1.942), Buitrago del Lozoya) (1.875), Rascafría (1.663), Navalafuente) (1.397), Lozoyuela) (1.266), Torremocha de Jarama) (975).
En total, los 42 municipios de la Sierra Norte de Madrid cuentan con solo 29.454 habitantes.
UN POCO DE HISTORIA
Los primeros momentos de la repoblación estuvieron protagonizados por las concesiones reales a laicos y eclesiásticos que, constituidos en grandes terratenientes, dedican el territorio, por su inicial despoblación, a la ganadería extensiva. En la cuenca del Duero se crearon así verdaderos emporios ganaderos como Segovia o Sepúlveda que, por el carácter de sus explotaciones, generan unos intereses económicos para la ocupación y población de las zonas más meridionales. Como testimonio del papel pionero de las órdenes religiosas en la población del territorio contamos en la comarca con el convento de San Antonio de La Cabrera. Fue una fundación de los padres benedictinos, dedicada a San Julián, y ocupada en el siglo XIV por los franciscanos que cambiaron su advocación por la de San Antonio
Pero la creación de los pueblos, de forma más lenta pero efectiva, estuvo protagonizada por los segovianos del área de Sepúlveda, que utilizan el puerto de Somosierra para acceder a la submeseta sur. En contrapartida, la Sierra Oeste madrileña fue poblada por la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia a través del puerto de Guadarrama.
El propio Alfonso VII redactó un privilegio de repoblación en el que se manifiesta claramente el interés que tenía en que se crearan poblados estables en la comarca y su necesaria vocación ganadera. Al parecer, al redactarse éste, ya existía Buitrago, constituyéndose en el núcleo más antiguo, destinado desde el primer momento a actuar como capital.
Buitrago es un claro ejemplo de cómo los condicionantes históricos son los responsables de su ubicación geográfica. Situado en un meandro del rio Lozoya, que rodea el recinto antiguo de la ciudad amurallada, está presidido por un alcázar. Se trata de una villa-fortaleza que aprovecha y repite el mismo esquema de asentamiento de la ciudad de Toledo, aunque este caso sea de mucha mayor envergadura histórica y geográfica. Buitrago es paso próximo y obligado para la comunicación de la submeseta norte con la sur, además desde su enclave se domina gran parte de la comarca.
A esta primitiva población se vinculó un amplio territorio, constituyéndose como una Comunidad de Villa y Tierra, en un principio más amplia que la actual (incluía el valle del Lozoya y las Tierras de Ayllón guadalajareñas).
Esta situación implicaba que todo el terreno del Común fuera explotado por sus habitantes, según unas reglas o normas tendentes a preservarlo como área de pastos para la ganadería ovina extensiva. No existía, por tanto, una división entre unos y otros términos municipales. Las poblaciones son como pequeñas islas o porciones de un espacio común que, eximidas en parte de la estrecha normativa, pueden dedicarse a otros usos
En su centro se sitúa el núcleo de población propiamente dicho y, rodeándole, huertas, herrenes, tercios, rodeos, quiñones, dehesas, etc. Así la existencia o la posibilidad de roturar tierras dedicadas a la agricultura está muy limitada, ligándose a la existencia de un núcleo de población, los campos que rodean un pueblo eran los únicos terrenos de los que se podía obtener beneficios diferentes a los derivados de las esquinas del ganado.
Aunque la agricultura en la comarca es y siempre ha sido pobre y deficitaria, en estos momentos medievales en los que priman los patrones económicos de autoabastecimiento en las áreas rurales, los cultivos resultan un recurso vital, tanto para cubrir las necesidades alimenticias como para crear excedentes de ciertos productos como el lino de los que se abastece la artesanía local, además de emplearse como valor de trueque.
Grupos de pastores debieron construir sus chozas y corrales junto a los pastos para evitar desplazamientos; también junto a estas construcciones situadas en las proximidades de los ríos, en los lugares más fértiles, se roturarían y labrarían pequeños huertos. Finalmente, en defensa de la apropiación del terreno, terminarían por construir viviendas estables donde se trasladarían con sus familias. Aunque muchos municipios actuales cuentan en su término con altitudes de más de 2.000 metros, los pueblos se sitúan de forma invariable junto a los cauces fluviales en las partes más bajas (entre los 1.000 y los 1.200 de forma predominante) que coinciden también con las zonas centrales de la comarca.
Sólo Somosierra se aleja de esta tónica general, situada a 1.431 m. en el extremo norte. Para explicar la existencia de esta población, al igual que la de Robregordo y Colladillo (despoblado que se situaba entre ambas) no se pueden aducir los factores agrícolas o ganaderos. Por el contrario, estos pueblos son consecuencia de intereses estratégico-militares-históricos. Eran indispensables para posibilitar el tránsito por el puerto de Somosierra, encargándose de la limpieza y reparación de caminos, además de ofrecer posadas y mesones a los viandantes y recuas de mulas y caballos en puestos de postas.
El concejo de Sepúlveda, en 1305, concedió un privilegio por el cual no “pecharian” las personas que fueran a morar a Robregordo, Colladillo y Somosierra “para guarda de este puerto”.
Este privilegio fue sucesivamente confirmado hasta 1814 con Fernando VII. Además, estas poblaciones tenían licencia para cobrar un arbitrio por el paso del puerto a caballerías, carruajes y transeúntes de todo tipo.
Sin embargo, el terreno poco favorable y la excesiva proximidad de los tres pueblos que formaban un concejo común provocó que antes de 1455 se despoblara el Colladillo ¿Como será una constante, el lugar donde se ubicaba este poblado, aun después de perder todos sus habitantes, permaneció vivo en la memoria de las dos poblaciones vecinas, Robregordo y Somosierra que, constituidas en un único concejo, celebraron sus reuniones, hasta el deslindamiento de sus términos en 1697, en el despoblado? el Colladillo.
A finales del siglo XIII la primitiva Comunidad de Villa y Tierra de Buitrago fue donada a la Casa de los Mendoza como señorío, quedando sujeta, desde este momento hasta la abolición del régimen ·señorial, a tan destacada casa nobiliaria. El señorío de Buitrago mantuvo el Común de Villa y Tierra persistiendo el especial régimen de tenencia de la tierra que condicionó y posibilitó la aparición de los pueblos. Además, se ejercía directamente poderes ejecutivos, legislativos y judiciales con un aparato burocrático establecido y centralizado en Buitrago.
La casa de los Mendoza se vio obligada a favorecer e impulsar la autonomía jurídica de determinados pueblos situados en los extremos del señorío, mal comunicados y especialmente pobres como es el caso de los que ocupan la franja oriental (La Hiruela, La Puebla y El Atazar) eximiéndoles en 1490 de la jurisdicción de Buitrago y del pago de determinados tributos y pechos comunes
En fechas posteriores, ya en el siglo XVIII, La Cabrera, situada en otro extremo del señorío (en este caso el sur), solicitará y obtendrá el título de villa eximida aduciendo su lejanía a Buitrago y los inconvenientes que se derivaban de su dependencia
Nombres como Prádena tienen próximos homónimos en Segovia, indicando que los fundadores de algunos de estos núcleos procedían del norte más inmediato. Otras denominaciones como Gascones, San Mamés, o el propio. Buitrago pueden encontrar su origen en la emigración de contingentes de pobladores franceses que se sumaron a la repoblación de la península.
Tampoco arroja datos el urbanismo, que sólo parece responder al criterio de adaptación a la orografía serrana.
En general, rara vez se puede distinguir más de una calle con casas a ambos lados. Los edificios no se organizan ni en. torno a esta vía, ni a la plaza, que es ·un ensanchamiento disforme donde aparecen algunas construcciones públicas de mejor fábrica, en un esquema clásico:
Viario Histórico de la «Sierra Norte” Fuente Luis Bartolomé Marcos
Como elemento arquitectónico más característico destaca el amplio desarrollo que alcanza la tercera y cuarta vertiente de las edificaciones mayores. Esta escotadura triangular que Carlos Flores definió con el gráfico término de “achaflanada” e puede observar también en numerosas localidades de la mitad septentrional, pero en el Sistema Central, por el menor índice de precipitaciones, se suavizan las pendientes, disminuyendo la longitud del caballete central y aumentando la superficie de la tercera y cuarta vertiente que cubren la fachada y parte posterior del edificio, o sólo una de estas caras. Parece claro el origen de este tipo de cubierta, pero también lo es que ha sido reelaborada por una tradición arquitectónica característica.
Para el conocimiento del número de despoblados son documentos de gran valor los registros de las dezmerías eclesiásticas y las relaciones geográficas,
Según indica Matilde Fernández Montes C.S.I.C. Algunas aldeas aparecen y desaparecen en las citas de los documentos, debiendo deducirse su despoblación o anexión a otros pueblos por el aumento desproporcionado de habitantes.
La técnico del CSIC indica que se han documentado veintiún despoblados mencionados en fuentes de la Edad Moderna Esta cifra resulta casi increíble si no fuera por los resultados parecidos que se han obtenido sobre el tema en otras áreas geográficas. En cualquier caso, no todos coexistieron en una misma época ni se despoblaron de forma simultánea.
Son muchos los motivos que provocaron el debió realizar un reajuste a la proliferación de asentamientos surgidos tras la reconquista. Pero, además, existen otras causas que caen ya dentro de la historia. Así en 1492, al ser expulsados los judíos de España, se deshizo formalmente la judería instalada en la villa de Buitrago. Sus bienes inmuebles pasaron a manos de la Casa del Infantado que, por este motivo, realizó un detallado inventario de todas sus posesiones, tanto en Buitrago como en el resto de las localidades del señorío.
Las aproximadamente ochenta familias judías se concentraban en la villa de Buitrago, donde poseían 86 casas, un hospital, un osario y dos sinagogas. Ocupan puestos artesanos, aunque de sus filas se reclutan también los cargos de mayor responsabilidad, como mayordomo, guarda mayor, etc. Sin embargo, sus posesiones se extienden por todo el señorío. En 24 pueblos poseen linares, prados, herrenes, tierras de pan llevar y sin labrar. Significativamente, las villas exiliadas también lo están de la enajenación de parte de su terreno a manos judías.
Si recordamos los estrechos límites al cultivo que imponían las ordenanzas de Villa y Tierra, comprenderemos la perniciosa influencia que a medio y largo plazo tenía la enajenación del terreno cultivable, obligando a reducir el número de habitantes que podían autoabastecerse en cada población. Además, los cultivos de regadío requieren de la cooperación y la organización de todos los propietarios, ajustándose a unas ordenanzas comunes que pueden afectar a varios pueblos beneficiarios del agua de un mismo arroyo.
Las ordenanzas de reguera de Gascones, Palomar y La Cabezada, que llegan a prohibir el arrendamiento de las pozas de lino a forasteros, no pueden expresar mejor algunos de los inconvenientes que suponía la enajenación de tierras a forasteros.
“. que cualquiera persona vecina de este Concejo o forasteros que tuviere pozas en este Arroyo y las quisieren vender sean obligados a dar noticia de la dicha venta en este delio concejo para si hay alguna persona que las quiera comprar, esto atento que las compran personas forasteras fuera de delio concejo y son poderosas que no las vienen a empozar sino que las compran para arrendar, y ansí se quedan por arrendar algunos años y no usándose algunos años se vienen a enchir de arena de lo qual viene gran daño en el dicho arroyo.”
Despoblados de la «Sierra Norte” Fuente : Luis Bartolomé Marcos
LA EVOLUCIÓN DEL HABITAT EN LA COMARCA DE BUITRAGO
La expulsión de los judíos y el abandono del cuidado de sus huertos y linares fue decisiva sin duda. para explicar el despoblamiento de Cañizuela y Pajarilla, donde poseían un alto porcentaje de tierras.
El inventario conservado explica cómo Moxe Cuéllar formó la heredad de Santiago a base de comprar tierras a unos y otros empalmando herencias anteriores de su padre; Estas compras, también realizadas por nobles y caballeros de Buitrago y Torrelaguna, impulsaban el decaimiento de todo el sistema agrícola y consecuentemente la despoblación, pero los núcleos, al perder sus habitantes, no pierden su integridad territorial ni sus recursos potenciales, sino que se transforman en dehesas, rodeos y cotos de propiedad privada. El terreno sigue siendo explotado por medio de un rendero o guarda, instalado allí con su familia. Así el despoblado no llega a despoblarse totalmente y algunos se han mantenido en este nivel hasta nuestros días. De otros también se puede conocer su ubicación, ya que se ha conservado como topónimo el nombre de la localidad. en dehesas y rodeos.
Este sistema de acceder a la propiedad rural provocando la despoblación originó algunos latifundios. Existen algunos ejemplos como el despoblado. del Villar que, en el siglo XVI, según las ordenanzas de viñas de Robledillo era un anejo de esta población.
Otro poblado que pasó a manos privadas es el de Santillana, situado en Manjirón, junto al castillo de Mirabel. Santillana se cita como ya despoblado en el siglo XVIII y como dehesa adquirida por el marqués de Torrelaguna en el XIX En la actualidad se mantiene su explotación con algunas familias de, guardeses.
En las ordenanzas también se menciona la existencia de herederos de viñas residentes en Buitrago. Es decir, la enajenación de parte de su término municipal. Significativamente en la comarca de Buitrago no se cultivaban las viñas más que en esta zona por lo que se constituían como tierras de alto interés y valor.
También el despoblado de La Nava corre una suerte paralela. Figura en las fuentes como despoblado o con uno o dos vecinos desde mediados del siglo XVIl Hoy sus restos visibles forman parte de una propiedad privada con una casa ·que» estuvo habitada hasta 1945 por un guarda, todo ello dentro de un prado cercado de piedra. Origen parecido parece tener también el caserío del Cuadrón situado en la antigua heredad de Santiago
Las descripciones geográficas del siglo XVIII, especialmente en nuestra comarca, las de los pueblos de la archidiócesis de Toledo, realizadas por Lorenzana, recogen la existencia de otros muchos despoblados como Palomar, Las Navas, Peñaparada, Rendales, La Garganta (Ferreros), Ventosilla, Loranquilla, etc. En estas relaciones se recoge también, como creencia popular sobre las causas de la despoblación, el envenenamiento de todos sus habitantes por comer o beber productos contaminados por la caída accidental de una lagartija o salamanquesa. Esta creencia, que está extendida a otras zonas de España, muestra un intento para explicar el fenómeno de la despoblación de núcleos que aparentemente no tenían otras causas para llegar a este estado.
En algunos casos, los restos se ha perdido, como en el poblado de Rendales, que ha visto remover sus cimientos para edificar sobre él una urbanización que lleva su mismo nombre y da cabida a muchos más moradores de los que nunca soñó tener la primitiva población.
Otros lugares como Santillana, El Cuadrón y Cobas parecen haber encontrado su equilibrio con la instalación de una o dos familias como únicos habitantes-arrendatarios o guardeses.
Pero el futuro de algunas poblaciones como La Hiruela, Gandullas, Cincovillas, Sieteiglesias o La Puebla parece incierto, y si la corriente emigratoria no es contrarrestada de algún modo, si esta fiebre por irse a vivir a los pueblos de la sierra no se completa con servicios y sobre todo trabajo para sus habitantes, pronto se sumarán a la ya larga lista de núcleos deshabitados en la comarca de Buitrago.
Esos que ya no existen, de los que les ampliaremos información en un próximo artículo.
Santiago Durán García
Arquitecto Técnico (UPM) MDI Máster En Dirección Inmobiliaria (UPM) EEM Gestor Energético Europeo (UPM European Energy Manager)
618.519.717 www.sduran.es /santiagodurangarcia@gmail.com /LinkedIN Santiago Durán
BIBLIOGRAFIA:
EN BUSCA DE LOS TÉRMINOS PERDIDOS. I DESPOBLADOS DE LA “SIERRA NORTE” DE LA COMUNIDAD DE MADRID LUIS BARTOLOMÉ MARCOS e IGNACIO DUQUE RODRÍGUEZ DE ARELLANO MADRID 2002.
Actas de las Jornadas: 1-5 diciembre 1987 ARQUITECTU RA POPU LAR EN ESPAÑA director: Julio Caro Baroja Coordinación y edición: Antonio Cea Gutiérrez Matilde Fernández Montes Luis Ángel Sánchez Gómez del Programa “Etnología y Etnografía de España” Editado con la colaboración del Ministerio de Cultura PROGRAMA TEMÁTICO: ANTROPOLOGÍA CULTURAL Y SOCIAL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS MADRID, 1990
Revista Alfoz: informe Despoblados de la Comunidad de Madrid (1987)
Despoblados de la «Sierra Norte» de la Comunidad de Madrid Volumen 1 En busca de los términos perdidos volumen 1 En busca de los términos: Autor: Luis Bartolomé Marcos: Publisher: M.L. Asens, 2002: ISBN: 8493246212, 9788493246211: MAPAS
INSTITUTO DE FILOLOGÍA BIBLIOTECA DE DIALECTOLOGÍA Y TRADICIONES POPULARES Actas de las Jornadas: 1-5 diciembre 1987 ARQUITECTU RA POPU LAR EN ESPAÑA director: Julio Caro Baroja Coordinación y edición: Antonio Cea Gutiérrez. Matilde Fernández Montes. Luis Ángel Sánchez Gómez del Programa “Etnología y Etnografía de España”
DESÑOBLADOS EN LA TIERRA DE BUITRAGO MATIAS FERNANDEZ GARCIA IBST DE ESTUDIIOS MDRILEÑOS. Tomo V, CSIC 1970
https://sierranorte.com/noticias/?cod=269
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