22/11/2024 00:58
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Señor Revilla, 

Acabo de ver en la TV que muy raramente veo, una intervención suya en la que aboga por la «vacunación» obligatoria.

¿Cómo se puede usted permitir el proponer la «vacunación» obligatoria, cuando debería saber de sobra que se trata, no de una vacuna, sino de un tratamiento genético experimental, no autorizado como vacuna? Usted, como todos los gobiernos autonómicos y como todos los diputados y otros políticos variopintos que de manera tan funesta se meten a opinar (y lo que es peor, a dictar) representan a una enorme parte de este país (yo no me siento representado por ninguno de ustedes), ignora deliberadamente (no se puede ser tan zote como para ignorarlos por desconocimiento) varios conceptos:

 

No existe ninguna necesidad de someter a la población a experimentos más propios del Dr. Mengele que de profesionales considerados e instruidos, cuando existen varios tratamientos eficaces y probados.
Ustedes, los políticos, han instaurado, seguramente influidos por la mente retorcida del señor Iván Redondo, el absolutamente inapropiado y deliberadamente descalificante y peyorativo término de «negacionistas» para quienes lo único que pedimos es un debate científico y la respuesta a preguntas que, como científicos, nos hacemos; y eso lo han extendido a una masa borreguil que los seguirá dócilmente al matadero al que ustedes, LOS POLITICOS, quieran llevarlos.
Usted, como todos los políticos, quiere ignorar que los «vacunados» no solo no se inmunizan frente a nada, sino que, además, son ellos los que, con toda probabilidad están generando y contagiando esas «variantes» debido a los mecanismos de fuga, y que, por otra parte, ellos mismos se hipersensibilizan debido a una intervención externa y directa sobre sus sistemas inmunes, que los debilita y que son, precisamente, los que se deberían reforzar: NO HAY QUE ENCERRAR A LA GENTE EN CASA, ¡HAY QUE ANIMARLOS A TOMAR EL SOL, QUE ES FUENTE INDISPENSABLE DE VITAMINA D!
Usted, como todo el resto de los políticos, de España y de fuera de España, ignora alegre y convenientemente la gran cantidad de efectos secundarios que este experimento puede provocar, algunos de ellos graves o muy graves, entre los que se incluyen desde una alta probabilidad de esterilidad y afecciones del aparato reproductor, hasta cardiotoxicidad y daños neurológicos derivados de la penetración de tóxicos a través de la barrera hematoencefálica.

Pero todo eso a ustedes les importa un bledo porque, es obvio, solo miran por permanecer en sus poltronas el mayor tiempo posible; y, faltaría más, por ese dinero sucio que les viene llovidito de las organizaciones pro-Agenda 2030, ese atentado orwelliano contra las libertades que ustedes a gusto implantarán a cambio de dinero y más dinero. Porque son ustedes unos mercenarios sin pudor ni vergüenza que propenden a un totalitarismo que cada vez resulta más patente.

A nosotros, a los que tenemos dudas más que razonables con respecto a lo que ustedes falsa, parcial y capciosamente predican, los que no estamos negando, los que, en cambio, estamos pidiendo debate y explicaciones, esos a los que ustedes tan gratuitamente nos llaman «negacionistas», lo único que no somos es tragacionistas de lo que ustedes quieran hacernos creer.

¡Documéntese, si quiere seguir pasando por honrado, y promueva un debate científico, si es que de verdad quiere saber lo que hay!

Saludos. 

Prof. José E. de Tomás

Doctor en Biología

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