22/11/2024 09:33
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El zoológico de Amberes de Bélgica le ha comunicado a Adie Timmermans que a partir de ahora tiene prohibido todo contacto con Chita, un chimpancé macho de unos 38 años con el que, según ella misma ha indicado, mantenía una ‘relación’ desde hace cuatro años, recoge Gizmodo.

 

El romance entre la mujer y el animal, en el que intercambiaban muestras de afecto como besos a través del cristal, ha puesto en peligro la relación de Chita con el resto de miembros de su especie, por lo que el centro ha tomado la decisión de restringir las visitas de Timmermans con él a pesar de que esta defendiera a capa y espada la conexión que el chimpancé y ella mantenían.

En este sentido, los cuidadores del zoo han explicado que el vínculo entre la humana y el mono ha provocado que el resto de chimpancés se alejen de Chita, no le hagan caso e incluso le excluyan de la manada

Sarah Lafauta, directora del zoo, ha explicado que «el bienestar de los animales es lo primero», por lo que a pesar de que les gusta que sus clientes «se sienta tan involucrados con los animales», no pueden permitir esta relación cuando está afectando de forma negativa al chimpancé con el resto de sus compañeros.

«Tiene que pasar 15 horas en su grupo», señala, al mismo tiempo que asegura que cuando se relaciona con los visitantes «los otros monos lo ignoran y no lo consideran parte del grupo«, por lo que puede que «se sienta solo fuera del horario de visitas». «Queremos darle la oportunidad de ser lo más feliz posible», ha subrayado.

 

Con el objetivo de mejorar la socialización con su grupo, el centro ha decidido que lo mejor es que Chita y Timmermans no se vean más, por lo que a partir de ahora no podrá acercarse al lugar en el que el chimpancé vive ni dejar que la vea. Su incumplimiento podría hacer que el zoo le prohíba el acceso completo a sus instalaciones.

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La decisión del centro, que había llegado a advertir a la mujer hasta en cuatro ocasiones, ha supuesto un duro revés para Timmermans, que ha reconocido que no podía alejarse de él. «Amo a ese animal y él me ama a mí, no tengo nada más. ¿Por qué nos quieren quitar eso?», se ha lamentado, ya que otros visitantes si que podrán ver a Chita. 

La mujer ha expresado también su malestar con el centro, del que es socia desde hace cuatro años, asegurando que la medida no afecta a otros visitantes y que el chimpancé es feliz al verla y que se acerca a ella al reconocerla: «Agita los brazos, me da besos por la ventana. ¿Qué estoy haciendo mal?«.

FUENTE: 20 MINUTOS

Autor

REDACCIÓN