21/11/2024 16:14
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Paseando con mi buen amigo pucelano por el núcleo de Carabanchel bajo: zona de Oporto. Se queda acojonado. «Luys, si apenas veo españoles». Le digo que Puente de Vallecas hasta Portazgo, triangulando con Entrevías, top. O, tal vez, Villaverde Bajo. O Usera derrapando con Plaza Elíptica. O en el norte, desde Cuatro Caminos hasta Plaza Elíptica. En el centro, Sol, Embajadores y la joya de la corona, Lavapiés. Y todo Madrid Sur (Alcorcón, Leganés, Fuenlabrada, Getafe, Móstoles. Y Parla, claro Y al norte de la M-30, apenas. Mayoritariamente españoles. Precios de los alquileres, por las nubes. De momento, clasista cortafuegos de los matritense más pudientes. Y, por supuesto, hablando de la final de la Champions: Saint-Denis, ¿»utopía» multiculti devenida en bárbara distopía? Ambos, el Caballero de Valladolid y quien estas líneas garabatea, antirracistas. Pero algo no encaja, la verdad. Más de cien nacionalidades residen en Villana y Cortesana nacionalidades. La mayor parte de ellos provienen de América Latina y el Caribe y la Unión Europea. Y me escribe acerca de la in inmigración. «Lo bueno: Aumenta las posibilidades de conocer culturas extranjeras. Lo malo: Pérdida de la cultura autóctona. Crear sociedades desarraigadas y sin ningún vínculo en común, más fáciles de manipular por los gobernantes. Nacimiento de zonas marginales.  Mano de obra barata que aumenta el beneficio del empresario y aumenta el paro nacional». De momento, grandes ciudades, barrios y periferias concreta. ¿Epifenómeno o fenómeno que se extenderá en próximas fechas por todo el territorio nacional

Incómodas preguntas

¿Existiría un deliberado plan para sustituir a la población europea blanca de linaje cristiano a través de la inmigración, legal e ilegal, masiva y descontrolada? Entonces, ¿una abrumadora inmigración (¿ invasión? ) de africanos y musulmanes amenazaría la supervivencia de los europeos blancos cristianos ( sin apenas natalidad) , que correrían el riesgo de ver desaparecer su cultura y convertirse en minorías en su propia tierra ( ¿ pero las tierras pertenecen, stricto sensu, a alguien?).

¿Detrás de todo esto se esconden paranoides fobias del supremacismo blanco o existe algo más profundo detrás de todo ello? ¿Algo que ver con renacido nazismo, apartheid sudafricano o sureño segregacionismo de Gringolandia? ¿O deviene Sudáfrica en la actualidad el “paraíso” del racismo anti-blanco? ¿Plan Kalergi, más antijudío el asunto? ¿Genocidio blanco, con la inmigración, el aborto y la eutanasia eliminando (o psiquiatrizando) a los autóctonos lechosos en detrimentos de nubios negratas? E islamizando el asunto, vuelta de tuerca. ¿Eurabia en lontananza,  entonces?

Sostener la teoría (y práctica) del gran reemplazo en el discurso político (y cotidiano), ¿pone en riesgo a la población alógena o de etnia y religión diferentes, ya que favorece políticas que restringen sus derechos? ¿O son los derechos de los vernáculos los que son cada vez más limitados?

Preguntas, tal vez retóricas

La homogeneidad étnica, en Bozalistán hasta finales de los noventa, ¿asunto moralmente bueno, malo o ni lo uno ni lo otro? ¿Determina y/o condiciona más la etnia, la raza o la educación, o las tres van indisolublemente emparentadas? ¿Cuánto hay de clasismo en todo racismo y de racismo en todo clasismo? ¿Vasos comunicantes?

¿Papeles para todos, pues, expiando indefinidamente algún tipo de culpa multisecular por los «pecados occidentales»? ¿Ius soli (derecho del suelo) o ius sanguinis (derecho de sangre), insoluble y veraz dilema? ¿Nos enriquecen con su cultura, reguetón por ejemplo? ¿Hacen mejor a la tierra de acogida o depende? ¿Vienen a pagarnos las pensiones, mito o realidad? ¿Los inmigrantes hacen los trabajos que los españoles no quieren, media verdad o completa realidad?

Otrosí, éste laboral, de clase. La patronal globalista, sin patria ni bandera, ¿ principal interesada en que se pague menos a los trabajadores ( de cualquier sitio) con la connivencia de los chaperos sindicatos de “clase” que han “traicionado” a los trabajadores españoles, permitiendo y alentando la entrada masiva de trabajadores foráneos?

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Más. ¿La inmigración es un derecho o no? Y si lo fuera, ¿su contrapartida no es o debiera ser alicuota porción de deberes? ¿Sustitución étnica y racial vinculada a la infertilidad (aborto, relaciones elegetebeí…) y a la subsiguiente reducción poblacional, tan cara al Nuevo Orden Mundial, previo paso hacia el transhumanismo? Entonces, corolario, ¿hacia una humanidad distinta a la conocida: esclava por mestiza, andrógina y cyborg, perdida ya toda «pureza», siquiera mínima noción de ella?

Pues decidan ustedes. En fin.

 

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.