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Faraones y esclavos

Nuevo orden mundial, no basado en la guerra, sino en sus «sustitutos». Nuevo orden mun dial «estable». Partiendo, en todo momento, de la premisa de que para mantener dicha estabilidad es absolutamente necesaria una “amenaza”. Esta amenaza esencial ha de ser suficientemente aterradora y verosímil para ser efectiva. Además de planetaria. Literalmente se afirma que “el ´enemigo alternativo` debe implicar una amenaza de destrucción lo más inmediata, tangible y directamente percibida”. 

Y desde hace varias décadas buscando ese “enemigo alternativo”. Terrorismo «internacional»,  catástrofe ecológica global, ataque informático o invasión planetaria de seres extraterrestres hostiles. Lo que les salga de su enfermo caletre. O amenaza «vírica», tal vez les suene más. Y todo para llegar a su anhelada  pesadilla húmeda. Un mundo de faraones y esclavos, lo tanta veces comentado. Como se llega a afirmar en dicho informe deviene imperiosa la necesidad de “la reintroducción de la esclavitud mediante la moderna tecnología y la política”.

El ansiado exterminio poblacional de las genocidas élites

Y las vacunas transgénicas, óptima herramienta. Para el control y la reducción poblacional. Recordemos, en ese sentido, las imperecederas palabras de Gates. “Si hacemos un buen trabajo con las nuevas vacunas, el sistema sanitario, el sistema de control de natalidad… podríamos reducir la población en un 10 ó 15 por ciento” Sic. Resic. 

O recordemos también su conocida fórmula que presentó en el TED (Technology Entertainment and Design. CO2 = P x S x E x C, donde P= personas, S= servicios persona, E= energía por servicios y C= CO2. Según el genocida Gates para reducir a cero el dióxido de carbono de origen antropogénico (que, por cierto, no es causante de ningún presunto “cambio” climático) una de las variables debía ser reducida y esa variable no eran ni más ni menos que, acertaron, los seres humanos.

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Exterminios poblacionales y seres infrahumanos, antes humanos

Genocidio en toda regla. Y, recordemos también, hace casi siete años, Anthony Patch. Lo explicó a la perfección. Simulacros de apocalipsis zombi. Y matar gente, parte del objetivo del matarratas «anticoronavirus». Pero solo parte. 

En ese sentido, las psicópatas elites desean » algo en la vacuna que quieren que forme parte del cuerpo de la gente, algo manipulador o modificador del ADN». Creas el problema (presunta amenaza vírica) y ofreces la solución, a través de las vacunas «salvadoras». Y se crea un nuevo ser humano. Zombi. Ser híbrido. Transhumano. Posthumano. Subhumano. Infrahumano. Esclavo, en definitiva. Más aún. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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