06/05/2024 10:52
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A pulso se ha ganado la reiterada pérdida de credibilidad y la fama de paradigmática chaquetera a sueldo de un ego destemplado y pernicioso que la ha retratado para los restos; su historia está finiquitada o quizá iniciada para contarla ante un profesional de la psicología, analizados los residuos personales y políticos, inspirado en el diván de las vergüenzas su epitafio virtual,  cuando se reconozca con esa hipocresía que se gasta sin miramientos, ni prudente ponderación, enterrada en vida bajo sus mendaces discursos y reveladas ambiciones al margen de la elemental coherencia después de tanto desatino. Histriónica y afectada, tumultuosa protagónica en agonizante rol de despechada de la vida, sus dardos la envenenan en la mano antes de lanzarlos con metódica inocuidad, pues el daño es propio en el intento de provocarlo al ajeno; peor es la autocomplacencia con el ridículo. Y lamento decirlo, quien fue heroína del momento para la Historia se convirtió en anécdota que será olvidada, al menos por las mentes lúcidas que no se prestan al engaño. Amortizada ante millones de los que fueron suyos, su imagen de mendicante ideológico es mala inversión para el futuro, a no ser que se apunte al golpe de estado institucional que prepara Sánchez en las trampeadas urnas. Quizá no le haya pasado inadvertida la oportunidad de auparse al carro socialcomunista que pretende perpetuarse, con más o menos disimulo y todo intervenido en amaños, a toda costa.

Vaya personaje que aspiraba a tanto, entre la justa admiración de sus ahora desencantados y estupefactos incondicionales y la relevancia que le otorgó la Política que con ella se ratifica como el imperio del Mal de Ortega y Gasset. Villana de tronío para los maléficos se ha convertido en cómplice de lo que denunciaba airada, dícese, en nombre de esta España nuestra que descubre con el tiempo a los farsantes. Ni por España, ni por Andalucía a la que traicionó al no converger las ambiciones estratégicas de quien se posicionaba con ventaja, en pos de una carrera personalista impulsada por el esfuerzo de otros. Unos con dinámica partiendo desde cero y ésta con inercia arrastrada, a zancadas por los escalones del Congreso cuya altura la ha precipitado al foso de la irrelevancia.
Digamos que Dios iluminó las sombras, no hay otro modo de entender la deriva de un personaje paulatinamente desnortado. Del Camino de Santiago, entonces inadvertido todavía el germen de lo estrambótico, a la alianza con el Diablo, a Olona  le pudo el ego martirizado para autoflagelarse con la inexactitud de una conciencia amargada, la que desdijo su apariencia de sobriedad con la más desatada soberbia. Aquel verano, durante la revelación de apariencia espiritual, arrastrando las cámaras y la audiencia pública, parece que hubo poca oración y sí demasiada perorata con ese altavoz que  otorgó una anunciada enfermedad milagrosamente sanada. No fue de su cuerpo el prodigio de la transformación sino de su mente: cuando se  arrancó la máscara; sin tapujos el florido verbo no vale nada . Millones de ciudadanos fueron usados como embaucados. Usados y tirados por esas irreales convicciones que en Macarena Olona resultan ofensivas, protagonizando los bandazos ideológicos más transformistas que jamás hubo en España desde los inicios de la democracia.
Del Camino de Santiago, protagonista y resuelta, al exacerbado histrionismo, la ridícula modulación del susurro en la tremenda actuación cono figurante, comparsa de Évole y abierta a lo que haga falta para retornar, como sea.
Dios le arrancó la cara pública que, bajo los auspicios de VOX, había convencido a cuantos hoy la observan con perplejidad y el alivio añadido de verla tal y como es antes de que diera un sablazo electoral. Que Dios le dé la paz y la estabilidad que necesita, quizá esté a tiempo de pausarse y agradecerlo porque a este paso peligrará hasta la salud mental.

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
https://www.linkedin.com/in/ignacio-fern%C3%A1ndez-candela-59110419/
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BdT

Todo eso, para quienes se dejaron deslumbrar por la individua, que los hay que no tienen ni señor, ni rey, ni amo y, por tanto a nada ni nadie deben, más que a sus padres, a Dios y a sí mismos.

Entre los deslumbrados, el profesor voxero Ruben Herrero, que debe tener cierto gafe pues cosa que toca o defiende, cosa que no tarda en irse al inferno.

Jose Garcia

Entiendo que es aboslutamente imposible crear un grupo humano homogeneo.
Lo del ego es algo terrible porque muestra poca clase.Quien de verdad la tiene no tiene que hacer campañas de lo que vale uno.Pero tambien es verdad que los años no hacen madurar a la gente y que algunos siempre son infantiles.

JEV

A esta señora se le ha ido la olla. Tenía el reconocimiento y aprecio social de la gran mayoría de la derecha y cuando ella tomaba la palabra en el Congreso, la chusma socio-comunista- secesionista-terrorista se metía bajo el escaño por si les señalaba con su dedo. Era hablar, y temblaba Troya. Todo lo echó por la borda, sin que nunca hayamos sabido por qué. Ahora está desnortada, dando tumbos, no a diestra, sino más bien a siniestra. Cosas verededes …..

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