22/11/2024 00:33
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Que el PSOE de Pedro tiene experiencia suficiente en provocar una guerra la tenemos en la Historia y en ese año fatídico de 1934 del levantamiento en Asturias, para luego llevarnos al Frente Popular. El PSOE de Felipe González tuvo los mínimos escrúpulos para decir NO A LA OTAN y entrarnos en ella con gentil entusiasmo. A la decisión de Putin de hablar abiertamente ya de guerra en Ucrania, nuestro presidente del gobierno ha dado un paso adelante al afirmar que aquél tendrá la respuesta adecuada de la Unión Europea.

Esta afirmación, viniendo de nuestro Pedro más eminente, debería hacer reflexionar a Putin y pensar ya en el repliegue. De manera especial cuando nuestra aportación al resto de ejércitos de la Unión Europea es tan importante y sublime que estos quedan, si no anulados, escasamente aparecidos. Y por encima de todo, si comparamos nuestro ejército con el de Rusia.

Habrá reflexionado (o tal vez no) Pedro que lo de Rusia es un paseo militar, sobre todo cuando aún no tiene que enviar hombres a Ucrania, y cuando si quien es el PSOE el que inicia la guerra está más que justificada, y cuando la inició Aznar fue un acto imperialista, como si el acercamiento que mantiene Pedro con Estados Unidos de América fuese cosa distinta.

Frente a los trescientos mil reservistas que llamará Putin en los próximos días, cabe saber cuántos tiene España en la actualidad, y sobre todo, por si tenemos que acudir con algo al territorio ruso. Según la consultora especializada en seguridad y defensa Global Fire Power, España tiene unos efectivos de 121.026 militares en servicio activo, y 14.684 efectivos en reserva. Sobra la comparación entre España y Rusia, y más, cuando con independencia del número, los reservistas de Putin han pasado todos por el servicio militar y pueden estar listos con una instrucción rápida.

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¿Cómo añadir España reservistas al ejército de la noche a la mañana? De todo punto imposible en unos meses, siquiera en unos años. España desmontó el servicio militar obligatorio con la falsa idea de que un ejército profesional era más que suficiente para la defensa nacional. Idea absurda que se llevó a título del propio Ministerio de Defensa (antes de la Guerra o del Ejército), con Narciso Serra a la cabeza y el que llevó al PSOE del lema de OTAN, DE ENTRADA NO, a su entrada total. Como disparatado fue que quien no hizo el servicio militar fuera ministro, y Aznar, que desmanteló dicho servicio militar obligatorio, tampoco pasara por ella. Como estrafalarias fueran las publicitadas misiones militares fuera de España al ser presentadas como de paz, cuando el ejército está para la guerra en esa consecución de la paz.

Rusia tendrá ahora, con esa leva de trescientos mil hombres un problema logístico, pero para España será peor aun llamando a filas escasamente cien mil hombres. Los distintos gobiernos de esta engañosa democracia española desmantelaron la mayoría de los acuartelamientos al considerarlos innecesarios, pues quedaron vacíos al cesar el servicio militar obligatorio. Así que, cuando se llamen a filas a un número más que suficiente de efectivos, la pregunta se hace necesaria: ¿dónde se reunirán y recogerán a tantos hombres?

En mi ingenuidad y desconocimiento de mis diecinueve años, cuando mi III Bandera, del I Tercio “Gran Capitan” realizó maniobras en la zona de Rodalquilar (Almería), me tocó ser el asistente de nuestro capitán de Estado Mayor, y como el roce hace la comunicación, ante mi falsa idea de que alguno de los acuartelamientos que habíamos encontrado vacío con cuatro soldados se cerrase, aquél me sacó del error explicándome que, en caso de movilización, esos cuarteles vacíos o semivacíos serían el reservorio que recibiría la masa humana.

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No tenemos cuarteles, pero tampoco tenemos individuos semipreparados para una respuesta rápida al no pasar por el servicio de las armas desde el año 2001, esto es, más de veinte años, con lo que los últimos que hicieron el servicio militar obligatorio tienen ya más de cuarenta años a sus espaldas. Estos serían los primeros que podrían volver a vestir el uniforme frente a los veinteañeros rusos, con lo que los avances en campo abierto podemos suponer a favor de quién quedarían.

Además de lo anterior, Pedro tiene otro problema añadido, que no es otro de cómo convence a las generaciones españolas del siglo XXI que han de coger un fusil de asalto, cuando se les ha educado de que por España no merece la pena derramar una sola gota de su sangre. Que si se vierte es por el barrio, por el pueblo de cada uno, y si se les apura por su nación vasca, gallega, catalana y valenciana, convertidas en algo distinto a lo que es España.

Me da que Pedro lo va a tener más difícil que Putin si quiere ir a la guerra. Para empezar, puede ir llamando e instruyendo como reservistas a los afiliados y simpatizantes del PSOE con similar lema de: GUERRA, DE ENTRADA NO.

 

Autor

Luis Alberto Calderón