22/11/2024 01:53
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El presidente y sus palmeros comprometen la integridad de España, la credibilidad de Felipe VI y la razón de la ley, con sus piruetas políticas del ‘más difícil todavia’, brindando convivencia para desatar injusticia y humillar ridiculizando a los españoles hasta la saciedad. 
 
Si el Rey firma la propuesta para indultar a los presos políticos, pocos vamos a creer en la Monarquía Parlamentaria y el Estado de Derecho. Cabe pensar que se masca la antesala de la III República, ya  que es probable que Felipe VI sea reconocido por sus fieles súbditos como figura necesaria para la traición de facto a España a cargo de Pedro Sánchez y todos sus aliados. Se juega la Corona, mientras el sátrapa sanchista continúa en dirección a la catástrofe histórica de un país que ha sido ejemplar en el mundo. Además necesita de estas piruetas del ‘más difícil todavía’, a costa de la credibilidad monárquica, la integridad de España y el futuro de los españoles. 
 
Ya en la calle los perdonados comienza la batalla. Los indultos a los presos del ‘procés’ no es el objetivo del independentismo, sino exigen amnistía, el referéndum unilateral y una Cataluña fuera de España. En la reunión del próximo día 29 de Junio entre Pedro Sánchez y Pere Aragonés la puya aún será mayor para la honorabilidad, legalidad y convivencia entre de los españoles.
 
Pedro Sánchez tiene que pagar peaje a sus socios separatistas para seguir en La Moncloa y se convierte en un separatista más. Es condición sine qua non, sin necesidad de ‘mesa de diálogo’, ni discusión argumental, solo y exclusivamente por razones de continuidad de este Gobierno radical -comunista-separatista y pro-etarra. 
 
Él lo sabe, los golpistas también y el ciudadano, se mire con el color de la lupa que se mire, igualmente es consciente. Sin embargo, el socialismo obrero español le sigue los pasos a ‘rajatabla’ al presidente por uniformidad, disciplina, intereses y miedo. Los barones inconformes han sido llamados al ‘orden’, a la antigua guardia, como Felipe González, le han puesto el bozal y los inscritos, en su mayoría, rezan para salvar el sillón de Sánchez, que es el aposento de muchos de los discípulo del ‘sanchismo’.
 
Un presidente socio del independentismo con pocos valores y menos escrúpulos dentro del convenio político que impone un único pensamiento: El suyo y el de Iván Redondo, su asesor compinche. Por consiguiente, se convierte el indulto en su propia medida de gracia para seguir gobernando. Detrás quedan la mitad de los españoles catalanes, el resto de España en Cataluña y otros 45 millones en todo el país, que poco, o nada, tenemos que decir. Hágase tú voluntad !!. 
 
Nueve separatista – y algunos más – condicionan y están decididos a partir la Nación, echar a los españoles nacidos en Cataluña, despreciar las leyes, la Constitución y la legitimidad de España. Mientras tanto, Pedro Sánchez dice; ‘Es una decisión valiente’. Tiene agallas para invertir una clara actitud cobarde y traicionera que desemboca en disconformidad de los presos políticos, que salen insistiendo en sus ideas de ruptura. Sin duda, hasta el más descerebrado sabe que se trata de un plan necesario para él y su gobierno, desarrollo de sus ideas catastrófistas y proyecto para destronar al Rey e implantar la nueva aventura republicana. Al fin, es lo que busca Pedro Sánchez arropado por los separatistas, y por ello no dimite y honestamente -palabra rara-  convoque elecciones para darle la voz al Pueblo.
 
La ley se presta a interpretaciones. De ahí que se necesite a un tribunal de jueces para dilucidar un veredicto lo más ajustado a las razones lógicas y ciñiéndose a los hechos de acuerdo a la narración legal. Esto fue lo que ocurrió en sentencia firme a los sediciosos y malversadores de caudales públicos separatistas, demostrando España ser un país libre, democrático y constitucional. Debe seguir por la misma senda. La libertad no se regala, se gana y costó vidas, sudor y lágrimas.
 
Las perspectivas de estos indultos desembocan en una disyuntiva determinante para la continuidad de la España basada en la Constitución del 78. No procede indultar a unos presos que anuncian volver a delinquir tan gravemente contra todos los españoles para dividir su territorio. Desafían a los ciudadanos que respetan la decisión del voto en referéndum. España no es nación de naciones, y además el artículo-2 de la Carta Magna lo deja claro: ‘… Se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, Patria común e indivisible de todos los españoles’.
 
Pedro Sánchez se miente así mismo. Se cree sus propias barbaridades y constantemente atenta contra la inteligencia popular. Ahora dice que; ‘ Hay que recuperar la convivencia’, obviando que se trata de un plan soterrado precisamente para dinamitar todo tipo de relación social, en Cataluña y en todo el país. No pretende reconciliar, sino salvar su propio pellejo a costa de la división. Asimismo añade ; ‘En estos indultos sacamos a nueve personas de la cárcel y recuperamos a millones para la convivencia’. Más déspota imposible encontrarlo. Es un abuso de poder, hipocresía a raudales y desparpajo insultante
 
Un populismo trasnochado y sectario del más intrépido vejador a la sociedad española en su conjunto. No puede existir convivencia sin respeto a la ley, a la independencia del Poder Judicial y a las normas que los españoles hemos acordado. Y esto no queda aquí, pues como dice Errejón, ‘los indultos no son sólo un paso valiente, sino el inicio de un camino’. Solo cambiaría ‘valiente’ por traidor.
Los catalanistas son insaciables, incluso con la independencia en la mano, seguirían diciendo ‘España nos roba’. Y es que el ladrón cree que todos somos de su… traición. 
 
Brinda libertad y saca de la cárcel con este ‘perdón del Gobierno’ a quiénes nos amenazan y no perdonan a los que nos sentimos españoles. Olvida que es una maniobra de gracia a favor de los odiadores de España en contra de todo un país que lucha por salir de las cuatro crisis, en las que este presidente tiene especial responsabilidad y protagonismo: Salud, economía, social y política. Más que un perdón a delincuentes, es un insulto a toda una Nación, incluidos lógicamente a todos los españoles catalanes. 
 
Sin acritud, creo que el Rey, al que profesamos nuestro consideración de mediador, tenga mucho más que decir que una simple firma sentenciadora de un ‘guiño’ de complicidad para destruir su propio reinado. La convivencia se logra en paz, y ‘el cielo no se gana por asalto, sino por consenso’.

Autor

REDACCIÓN