24/11/2024 20:53
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Puede que a los partidarios de nuestra forma de Estado, sea por convencimiento o utilidad, se les hay pasado por alto, pero no es una cuestión baladí y para algunos, otro argumento contra la monarquía. Me refiero a la posibilidad de que la esposa del Rey, bien por fallecimiento de éste o por abandono, tuviera que asumir la regencia hasta que una adolescente se hiciese con la Corona, o lo que es lo mismo, con la Jefatura del Estado en España.

    Digo que no es una cuestión baladí, porque si esto ocurriera, se caería otro de los muchos mitos con el que se adorna a la Monarquía. A saber, que quien nace siendo sucesor de Reyes está hecho de una pasta especial de servicio y sacrificio, clarividencia y sentido, que le hace ser diferente al común de los mortales. No otra cosa que lo que dijo Juan Carlos I, siendo Rey, que la condición de los reyes es ser “profesionales” de “eso”. Aunque a día de hoy nadie haya descubierto qué es “eso”. Que es el cuento con el que han crecido varias generaciones de españoles y el argumento de los nuevos monárquicos.  

    ¿Se imaginan ustedes si faltase Felipe VI, o si Felipe dejase eso de ser VI y decidiera ser simplemente Felipe el archimillonario de la Costa Azul? Pues, que la señora, que no nació “profesional” para “eso”, sería Regente durante algún tiempo, y mucho más tiempo Reina Madre… Y si a ese desastre le unimos que el Gobierno de España estuviese presidido por el Rufián, que es una posibilidad, ya me dirán el tándem.

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    Es lo que ocurre cuando las jefaturas de los Estados soberanos y democráticos son hereditarias, no se discuten, como sí se puede discutir la existencia de Dios. Hereditarias, decimos, esto es, para siempre, algo imposible de entender en el tiempo que estamos, donde tantas cosas cambian para bien y para mal. Lo que no quiere decir que la Monarquía en España no haya cambiado para mal, y pueda llegar a ser peor. Que de esto estoy convencido.  

Autor

REDACCIÓN