Ignasi Forcano, nacional-progresismo eclesial al cuadrado. Por Roure Sánchez Folch

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Continuamos en esa tierra de misión que es El Maresme y Gerona… el pasado domingo nos tocó sufrir a este párroco, el cual una pequeña búsqueda en internet ya nos deja claro que clase de sacerdote en extinción es… Es de esa especie en extinción que en su mayoría se secularizaron o ya están en el infierno o en el purgatorio si merecen la infinita Misericordia del Señor.

Algunos pensaran que nos va la marcha y buscamos al sacerdote a sabiendas de quien es, todo lo contrario, como tantos domingos nos dirigimos a la parroquia de Tordera, donde para nuestra sorpresa Mossén Juanola estaba enfermo. La Misa de domingo es al as 11 y un cartel avisaba del cambio de hora a las 12h (empezamos mal). Mi amigo tuvo que marchar a trabajar sin cumplir el precepto dominical, dejándome la custodia de sus hijos. En esa zona es imposible ir a Misa por la tarde y él trabaja en restauración todo el día, normalmente acude a víspera a Tordera, pero por razones laborales le fue imposible y la Misa de 11 era su única posibilidad.

A las 11.45 entramos al a iglesia y nos arrodillamos para preparar la ceremonia. Fije la mirada al otro lado del altar donde un señor vestido como mi vecino de Huesca, pero con un lazo amarillo, daba instrucciones al coro… Pedí al Señor paciencia para aguantar lo que viniera.

Si en mi último artículo sobre el tema arremetí contra el párroco de Malgrat por su soberbia en negar la comunión en la boca y de rodillas, pero deje claro en el artículo que jamás le visto un abuso litúrgico… aquí negar la comunión casi fue lo mejor del día.

Solo subir al altar sin ningún tipo sacralidad o inclinación y antes de signarse, ya nos avisó que el hacia a su manera, y que seguro que no era la acostumbrada en la parroquia, y nos dijo quién era, de donde venia y que lo habían obligado a jubilarse (luego investigamos en internet y «sobreentendimos» el por qué)… unas cuantas chorradas por aquí, nada de «Yo confieso…» por qué las faltas hemos de pensarlas en silencio (los pecados ya ni existen… solo faltitas), una homilía donde se negó la verdad del Evangelio y se dijo que era un libro escrito para explicar cosas a la gente de su tiempo y que a día de hoy hay que interpretar lo que se dijo con los ojos de hoy para que salga a la luz las verdaderas razones de cómo se explicaban las cosas en esos tiempos… mayormente dijo que la Biblia no es verdad y punto… a mi lado un niño de 12 años me decía: «¿Este tío es un hereje?; mi respuesta fue «Aun no, pero se le está yendo la cabeza y la lengua». A todo esto, cada dos por tres, paraba el ritual para acentuar y remarcar sus «aportes litúrgicos».

A la hora del Credo, dijo que él, tenía el suyo y que los presentes debían adherirse diciendo «Si i crec» (Si, creo en catalán). En la primera frase ya dijo que creía en Dios que era padre y madre de todos… ni una sola queja… adhesión unánime… no escuchamos ya el resto de locuras que salieron de su boca y desde nuestro banco familiar rezamos el Credo en latín que así nadie se inventa nada.

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A partir de este momento mi mente empieza a fallar, pues el montón de locuras vividas hacen que me colapsara el cerebro.

Presentación de los dones a su manera, ni una genuflexión ni inclinación de cabeza, los monaguillos que aquí están acostumbradísimos perdidos, nada del lavatorio de manos, pero el gel que no falte; ni arrodillarse para sacar las formas consagradas del sagrario (que las saco antes de consagrar y las mezclo con la forma a consagrar antes de la consagración) … todo un despropósito.

A mí me enseñaron que Dios es tan poderoso que hasta el más indigno de sus pastores si «dice las palabras» consagra y Jesús se hace presente… ya no recuerdo la formula, pero hablo de felicidad, de compartir y de cenar juntos… En resumen, «otras palabras» … nada de consagración.

El extraño rito ya continuo con la oración del Padrenuestro con un «Padre-Madre nuestro que estas en el cielo…» a grito pelado para imponer sus chaladuras.

Para remate final, aviso a los fieles que no se acercaran a él para comulgar en la boca porque no se la daría a nadie, porque con la misma mano que acaricias a un niño puedes acariciar al Señor… no sé qué clase de locuras siguieron a todo esto, si alguien más de la fiel y decente parroquia de «Sant Esteve de Tordera» le recrimino o no comulgo ese domingo y sufrió en silencio (es una parroquia de mayoría de comunión en la boca)… no sé nada más porque yo y los niños míos y del amigo nos levantamos, nos arrodillamos ante el Señor para pedirle perdón y nos marchamos pensando, que de este tipo de sacerdotes ya no quedaban… un sacerdote así te destroza una buena parroquia en tres meses. Que mal estamos acostumbrados en nuestra querida Barcelona o en nuestra Tordera de acogida.

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Lo peor es que este señor ha negado el precepto dominical de acudir a Santa Misa pues al cambiar las palabras de la consagración estuvimos en una especie de «lectura de la palabra» y no en Misa.

Entonces me dijo: «Verás cosas aún peores que estas». Ezequiel 8:13

Roure Sánchez Folch, 11 de febrero, Nuestra Señora de Lourdes.