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No diré que me sorprende, pero sí, que continúo espantado por el desmedido énfasis y tosca visceralidad con las que se ha vuelto a expresar la ministra Robles en el Acto de la Pascua Militar presidida por S.M. el Rey, primer español, al que tanto agravian y atacan sus colegas comunistas y los indeseables socios del innombrable Presidente, ya que entienden, y con razón, que la Corona   por su significación en el actual contexto Constitucional, es la clave de bóveda que soporta el Régimen de Monarquía  Parlamentaria, que los españoles se dieron a sí mismos, arrumbando y   venciendo a los demonios del pasado. 

Don Emilio, a la sazón, Tte General, en la carta abierta que dirige a la jueza,– en servicios especiales, tan singulares, que tiene otorgada la representación oficial y la responsabilidad de dirigir y gestionar las misiones de las Fuerzas Armadas del Reino de España,–le explica sagaz y claramente lo que significa poseer un alma de soldado, comprometida con la defensa de España y con los valores y principios constitucionales, actualmente puestos en entredicho por el Gobierno socio-comunista. 

Valga lo anterior para desvirtuar la temeraria aseveración de la Sra. Robles: los militares jubilados o sin actividad, firmantes de la Declaración sobre el evidente riesgo Constitucional en España, suscrita por 750 militares retirados, entre los cuales se cifran más de 70 Generales, “están alejados de los valores castrenses”; su pretensión es oponer, establecer un disentimiento artificioso entre los militares en activo y los experimentados y curtidos servidores de la Patria, poseedores de unas mayores capacidades para vislumbrar este dramático proceso de destrucción de la Nación que ha emprendido el Gobierno socio-comunista y sus socios; todo ello, complementado por la ausencia de los dogales impuestos a la libertad de expresión, que los profesionales en activo tienen la obligación de soportar en sus manifestaciones públicas.

Por tanto Sra., no quiera despistarnos, ya es suficiente con este Gobierno de mentirosos y manipuladores de la opinión pública, sabemos perfectamente y al momento distinguir la moneda falsa de la de curso corriente.

Pérez Alamán, escribe en su carta que considera aventurada su estimación de “Insignificante minoría” en relación con el número de firmantes de la Declaración, también le dice Sra., “que admita su humilde consejo de no meterse en terrenos que no domina”; su estadística, su computo, no deja de ser un voluntarismo propio de alguien que se sienta en el Consejo de Ministros, de una persona que no es libre, la política se apodera de su voluntad y de su libre albedrío, el yugo de los intereses de partido hacen de su individualidad un dominguillo tambaleante, ebrio de poder. 

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Sra., deje de meterse en charcos sin salvavidas, yo, el que esto escribe, le digo, que la supuesta insignificante minoría, de seguir así las cosas, hará que “su salida de potra cordobesa, tenga una parada de burra manchega”; extrapolando la frase, esto es lo que deseo para el conjunto del Gobierno socio-comunista y sus socios.

Admítame el lector, el paralelismo entre lo que solicita Don. Emilio: “dar un buen giro al timón y cambiar de rumbo” con el deseo personal expresado en forma más popular y sentenciosa.

Hasta aquí, una breve reflexión a la carta abierta.

Reconozco que no tuve el placer de escuchar a la Sra. Robles el día de la Pascua Militar, me he excomulgado voluntariamente del dogmatismo sectario, malintencionado y manipulador de la mayoría de los medios televisivos, ¿no ha observado el lector el ácido olor que desprenden las informaciones de las televisiones públicas o privadas?, yo, incluso, con la TV, apagada noto un hedor que me resulta insoportable y pernicioso, así que, mis opiniones sean acertadas o erróneas, nada tienen que ver con las majaderías y traiciones que propugnan estos aparatos desintegradores de la convivencia Nacional; pero, ¡hete aquí!, que me informan de las delicadas afirmaciones de la ministra, lo que me impele a “rebuscar” la realidad de sus palabras, y me encuentro con que ha dicho que los firmantes, solo se representan a sí mismos, elemental, muy bien Sra.; que buscan una publicidad y protagonismo que ni merecen ni tienen, esto, ya tiene más enjundia, que lo diga una ministra con responsabilidad colegiada en la decisiones del Consejo de Ministros, la verdad es que repugna, y no deja de ser una burla a los sentimientos personales y profesionales de los aludidos, es una ofensa a la individualidad de cada uno de los firmantes; ¿quién es Vd. para negar el protagonismo a militares que suscriben palabras que defienden la Constitución en una trágica situación a la que el Gobierno está arrastrando a España, y del que forma parte?

El único protagonismo se deriva del sagrado deber de alertar sobre lo que está sucediendo en España y de sus consecuencias irreparables.

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El pueblo, al que  engañaís, necesita un tratamiento de palingenesia, es decir, retorno a la vida, regeneración, renacimiento de los españoles; alguien que golpee el hormiguero para que empiece a agitarse la contrarrevolución que nos proporcione estabilidad,  felicidad,  orden y progreso.

Queréis vasallos, lo único que conseguís, es que no se remueva el estiércol del muladar en el que estáis convirtiendo a la Nación para que sus fétidos olores no trasciendan; todo lo que se haga sin violencia contra el gobierno socio-comunista es aceptable y necesario, incluida la Declaración de los militares retirados.

España debe tocar acorde a la orquesta occidental, democrática y progresista, el solo, estridente y desafinado del Gobierno socio-comunista y sus socios, nos conducirá irremisiblemente al caos, la desesperación y la ruina.

Nadie tiene derecho a perjudicar el inmenso prestigio que tienen nuestros Ejércitos, Sra., responda a su afirmación, acaso, no es Vd misma, la que con su actitud irrespetuosa y agresiva con los firmantes debilita  la imagen de las Fuerzas Armadas, siendo como es, la ministra de Defensa.

Por finalizar, no puedo sustraerme a la irresponsabilidad de los militares retirados que afecta y cuestiona las bases de la convivencia, según las palabras de Margarita Robles; no existe nada más desalentador y difícil que desacreditar o argumentar lo que es obvio y evidente; lo que forma parte de nuestras verdades absolutas, y que venimos sufriendo desde que el “execrable” comenzó a erosionar y dinamitar la reconciliación de la Transición, antorcha, que traspasó en relevo democrático a este funesto Gobierno socio-comunista y sus socios; lo que produjo efectos tangibles en la cada vez más deteriorada convivencia entre españoles, en situación de normalidad, a esta Sra., los españoles en general y los militares retirados en particular deberían exigirle postrase de hinojos y pedir perdón en plaza pública. 

La ministra “Jano”, ha conseguido que sus dos caras vean la luz, ya, nadie tiene la excusa de saber: ¿en qué hora y en qué día se pone el sol en el Ministerio de Defensa?

 

Antonio Cebollero del Mazo. Salamanca, a siete días de Enero de 2021.

Autor

REDACCIÓN