21/11/2024 16:24
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Como predije en la entrevista que me hizo Decisión Radio días antes de las elecciones a las cortes de Castilla y León, no han pasado 15 días desde esas elecciones y entre Ayusos y Casados ya nadie se acuerda de la España vacía ni de las múltiples promesas que se nos hicieron en la campaña electoral. 
 
La España despoblada sigue su particular camino hacia la ruina y nadie hará nada por evitarlo.
 
Y lo peor es que no se puede hacer nada. Mientras sigan en vigor la ley del aborto y el estado de las autonomías todas las promesas que se nos hagan solo tienen un destino. El incumplimiento. 
 
Como ya he dicho en múltiples ocasiones solo un habitante de la Moncloa que tenga muy claros estos dos puntos podría hacer algo. Ni siquiera una Ayuso con 12 millones de votos no podría hacer otra cosa que poner parches.
 
Esperemos que Ayuso nos salve del comunismo y de la venezolizacion de España. No sería poco. Yo estaría dispuesto a votarla para que esto sucediera a pesar de mi apoyo a Vox en mi anterior artículo. Porque hay que evitar como sea que España se convierta en una república bananera. Pero no es suficiente una Ayuso para conseguir una España verdaderamente GRANDE, simplemente por que tiene las manos atadas.
 
Manos atadas para extirpar el cáncer de España, las autonomías. 
 
Manos atadas para salvar la vida de cientos de miles de niños que son asesinados antes de nacer.
 
Manos atadas para expropiar las industrias energéticas cuyo expolio venimos sufriendo todos los españoles. 
 
Manos atadas para deslocalizar la industria de España de las tres zonas en que están concentradas, Madrid, Barcelona y Bilbao. 
 
Manos atadas para conseguir mediante las reformas necesarias que la profesión de agricultor vuelva a ser una profesión rentable. 
 
Manos atadas para bajar los impuestos en las comarcas despobladas.
 
Manos atadas para meter el bisturí a los otros cánceres de España como los separatismos.
 
Manos atadas para ilegalizar el comunismo en nuestro país. 
 
Manos atadas para luchar contra la imposición de la agenda 2030.
 
Manos atadas para poner una asignatura de exaltación patriótica en las escuelas.
 
Y manos atadas para llevar a cabo los numerosos planes de choque que necesita el país para levantar el vuelo. Hidráulico, de carreteras, de ferrocarriles, etc, etc, etc.
 
Vuelvo a repetir.  Nunca votaré a un PP de Feijó. En ese caso votaré a VOX. Pero si estaría dispuesto a votar a un PP de Ayuso para que nos salve del comunismo. 
 
Pero soy consciente de que solo podría Ayuso poner unos parches y nada más. El país seguiría envejeciendo y deslizándose por la pendiente de la decadencia.
 
La vuelta a una patria verdaderamente GRANDE solo pasa por el derrocamiento del nefasto régimen del 78. No hay otro camino.
 
Pero hoy los que predican esto solo sacan 11000 votos.
 
Y lo que urge es salvar al país del comunismo y de la ruina total.
 
Por eso pienso actuar en las votaciones que sigan de la forma que les he comentado. 
 
Eso no quiere decir que no me gustase presenciar una revolución que acabase con el actual nefasto régimen antes de que pasen los 15 años de vida que le quedan a la España vacía antes de convertirse en un desierto.
 
Porque el dolor de ver a mi terruño morir es grande y el dolor de ver a mi patria sumirse en la decadencia es grande también. 
 
Y así, entre Ayusos y Casados las promesas que se nos hicieron hace pocos días ya se han olvidado. 
 
Y mañana volveré a ver en mi ciudad de Zamora a esos innumerables viejecitos sentados en los bancos al sol.
 
Mientras los pueblos de la provincia se han quedado sin niños.
 
Y volveré a oír hablar en los medios de comunicación de esa nunca vista época de prosperidad de la España del régimen del 78.
 
Sin decir que se han cargado el tejido industrial esos dos genios alabados por los Pedro Jotas, los ABC, las Razones, Los Mundos y demás prensa sumisa que son González y Aznar.
 
Y estos son los «presidentes buenos «. Así que mejor no mentar a los tres julais que vinieron después. 
 
Los que nos han devuelto a los tiempos anteriores a la guerra civil.
 
Con su inflación galopante y sus caras energías y productos básicos. 
 
Seguiremos sumidos en la decadencia galopante llenos de derechos vacíos de contenidos reales.
 
Los jóvenes sin trabajo y los mayores en paro.
 
En fin, disfrutando de las delicias de vivir en el país más guay, más moderno, más bueno y más solidario del mundo. 
 
Siendo un ser racista, machista, homófobo y xenófobo al que no se le ha caído el pelo de la dehesa.

Autor

REDACCIÓN
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