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¿Sabía el lector que con sólo dos meses en la Casa Blanca Joe Biden le ha aumentado los impuestos a todos los americanos?
Por motivos conocidos únicamente por su cerebro fatigado y errático Joe Biden siente una fascinación enfermiza por la palabra «malarkey». La utilizó en dos ocasiones durante su debate vice presidencial con Paul Ryan en las elecciones presidenciales de 2012. En el 2016, Biden bautizó su campaña como «El Expreso Malarkey» hasta que sus «manejadores» lo convencieron de la barbaridad de identificar su mensaje con el significado negativo de la palabreja. Para salirme de dudas me fui al diccionario de Oxford donde encontré su significado como: «conversación o tontería carente de todo sentido». De ahí que «malarkey» sea la palabra ideal para describir el plan descabellado de Biden sobre impuestos y gastos.
¿Sabía el lector que con sólo dos meses en la Casa Blanca Joe Biden le ha aumentado los impuestos a todos los americanos? Estamos pagando mucho más por la gasolina y por el combustible para calentar nuestros hogares.  En casi todo el país el galón de gasolina cuesta 40 centavos más de lo que costaba antes de que Biden asumiera la presidencia. Y detrás viene la cuenta por los calentadores. Ustedes deben de recordar que Biden prometió no aumentar los impuestos a los trabajadores. Pero él debió de haber sabido que después de sus decretos contra la industria del petróleo las compañías de combustible comenzaría a acumular dinero en efectivo aumentando los precios. Bueno, todo el mundo lo sabía quizás con la excepción de Joe Biden.
Por lo tanto, a causa de una orden del gobierno, todos estamos pagando más para satisfacer nuestras necesidades básicas. Es un impuesto indirecto como el impuesto sobre el Obamacare, por lo menos de acuerdo con el magistrado de la Corte Suprema, John Roberts. ¿Recuerdan que esa fue la estratagema de Roberts para salvar al Obamacare? Todos pagamos primas más alta por un seguro de salud que John Roberts dijo−a sabiendas de que mentía−que era legal porque se trataba de un «impuesto».
Ustedes deben de haberse dado cuenta de que Biden está tratando de hacerse con 4 millones de millones de dólares (4 trillones en inglés) para la lucha contra el «Covid 19» y el cambio climático. Pero el país no tiene 4 millones de millones (cuatro trillones) extra porque los Estados Unidos ya deben 30 millones de millones(30 trillones), una cantidad galáctica que nunca podrá pagar. 
Pero Joe no lo entiende o no le importa. De todas maneras, su administración tendrá que instituir aumentos punitivos del impuesto sobre los ingresos para financiar la multitud de «impuestos indirectos» como el aumento de los costos de combustible. En algún momento del otoño que se nos avecina, cuando los precios de la gasolina lleguen a 3.50 dólares por galón, los millones de personas que votaron por Joe Biden comenzarán a arrepentirse. Pero, desde luego, la prensa corrupta no se dará por enterada. Esa prensa lo puso en la Casa Blanca y únicamente lo atacaría si Biden se moviera hacia la derecha. Un acontecimiento tan improbable como lo sería un tsunami en el desierto de Sahara.
Pero, de todas maneras, los americanos podrían pasarle la cuenta al presidente, tal como ha ocurrido en California con el ultra izquierdista gobernador Gavin Newson, a quién han sometido a un proceso de destitución para despojarlo del cargo. Newson, al igual que Pritzker en Illinois y Cuomo en Nueva York han arruinado a sus bellos estados. Todo es cuestión de embriagarse por todo lo alto. Altos impuestos, alta criminalidad, alto el número de vagabundos −muchos de los cuales están literalmente embriagados y endrogados−invadiendo los barrios de ciudadanos respetables. Además, no olvidemos al alto número de restricciones del Covid 19 que ha castigado a la mayoría de los californianos. Pero no a Gavin. Su mesa en el lujoso restaurante «French Laundry» está reservada a perpetuidad.
La única forma en que América podría salvarse sería que la gente buena decida tomar cartas en este deplorable estado de cosas. Por ejemplo, se está formando un nuevo movimiento para enfrentarse activamente a la cultura de la destrucción (cancel culture). Su nombre es «The Free Speech Movement» y ustedes pueden informarse visitando su página web: «speechmovement.org«.
El Presidente Biden y su banda de forajidos deben de recapacitar y entender que a los americanos no les agrada ser engañados. No caben dudas de que Biden es un tipo a quien le encantan los altos impuestos y los gastos masivos.  Los votantes que lo respaldaron debieron de haberse dado cuenta a pesar de las muchas veces que él negó que aumentaría los impuestos a la clase media. Su larga vida política demuestra que todo eso fue puro «malarkey» −»conversación o tontería carente de todo sentido». Ahora la cuestión es que vamos a hacer para salirnos de esta pesadilla.

Autor

REDACCIÓN