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Ya lo he  comentado:  la Revolución Castrista, realmente,  se inició en los años treinta,  cuando la Sinagoga de Satanás eliminaba a nivel mundial a todo gobernante empeñado en mejorar su Patria  y servir a sus compatriotas. Por eso se cargó al General Primo de Rivera o al General Machado y acabó con la República de Weimar. Ponía de ese modo los  cimientos calculados para provocar  la Revolución marxista la Guerra civil  española,   la II Guerra Mundial y la “Revolución castrista”.

 De  esas “tres obras de arte” de la política mundial de la Sinagoga,  solo nos interesa ahora, la entrega de Cuba al marxismo mediante el “fidelismo”. Seguí y viví  ese proceso desde mi llegada a la Isla, gobernada desde el 10 de octubre del  año anterior por el Partido Revolucionario Cubano “Auténtico”.  (Lo de “auténtico” aclaraba su condición de “verdadero” heredero del partido homónimo  fundado por José Martí). 

El tema tiene materia para un libro y,  por eso, abordaré solamente los grandes rasgos de ese proceso.

El P.R.C. Autentico, –ya lo hemos comentado– había nacido del Directorio Estudiantil Universitario con  Carlos Prío Socarras y el Dr. Grau San Martín. Al caer Machado, Batista eligió al Dr. Grau como Presidente,  pero le duró cien días… 

Tras once años de vida política,  los “auténticos” alcanzaron el poder en junio de 1944, al ganar las elecciones.  Y,  nuevamente,  tenemos a Grau como Presidente de Cuba.  Él,  siempre hablaba de la “jornada gloriosa del 1º de junio”…  pues el pueblo cubano les había dado una aplastante mayoría.. 

Fue probablemente, el político más cínico que he conocido.

Como consecuencia de la necesidad de aprovisionamiento al Ejercito USA, Cuba había obtenido grandes ingresos –recuerdo aquellas plantaciones de piña que parecían un mar sin final—y,  por otra parte,  supo imponer una buena política en los precios del azúcar  y,  así,   vivimos muy buenos momentos económicos; más aún,  ¡excelentes! Hay que reconocer que su Gobierno hizo cosas bien y tuvo buenos propósitos..

Desgraciadamente, dos realidades nefastas  dejaron un pésimo sabor de boca: la corrupción y el gansterismo. La corrupción se manifestó en forma patente con el famoso “BAGA” (Bloque Alemán-.Grau Alsina). José Manuel Alemán era  primer ministro y Grau se vio obligado a deshacerse de él por “corrupto” y.  Francisco Grau Alsina, era su sobrino.

A eso hay que añadir la impunidad de los gánsteres, algunos antiguos luchadores contra Machado,   pues no se trataba del “mito” creído en España de una Cuba  en manos de los “mafiosos” de los Estados Unidos. Eran cubanos de pura cepa,  que preocupaban a la sociedad por su “impunidad”. Recuerdo, cómo “se hacían apuestas”  sobre “el tiempo que tardarían en fugarse de la cárcel” cuando eran detenidos. ( Los cubanos siempre le han puesto “humor” a todo)… 

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Una hecho inolvidable y “gracioso” y que nos divirtió a todos: Desapareció el brillante de 25 quilates que en el Capitolio marca el “Kilómetro Cero” de las carreteras cubanas… y,  a los pocos días,  “apareció milagrosamente” en la mesa del Presidente de la República.

Otro detalle nunca comentado en las tertulias o documentos que he visto,  es el hecho de que los políticos cubanos formaban parte de una administración corrupta en sí misma. Me explicaré, pero antes he de aclarar algunos “términos”. El cubano siempre hablaba de las “botellas” de los políticos.

Pero ¿qué era “una botella?

–Sencillamente: “Una nómina de un trabajador,  por un “empleo que ya no existía  pero cuyo importe iba aprobado en los Presupuestos Nacionales. Por ejemplo: En el Imperio español, para la conservación de los caminos reales que eran de tierra y sufrían los desgastes del uso, de las lluvias y demás agentes naturales, había “camineros” que cuidaban de unos kilómetros de los mismos. Con el asfaltado de esos caminos reales,  convertidos en carreteras, los camineros desparecieron.  Pero antes de nuestra Guerra, yo conocí al caminero de los cinco o seis Km., entre Perales de Campos  y las Charcas (Palencia).

(Un pequeño paréntesis: Habrás usado alguna vez el refrán “eres más vago que la chaqueta de un caminero” que es fruto de la observación popular viendo todo el día su chaqueta a la sombra mientras él dueño suda al sol, reparando baches…)

Pues bien, aunque inexistentes ya  los “camineros”  si existían  “sus sueldos” en los Presupuestos  para “seguir pagándoles su trabajo” … Y lo mismo sucedía con otra serie de “sueldos”  de empleos inexistentes ya o cosas similares.

¿Cuál era el destino final de ese dinero?

–“Se convertían en las llamadas “botellas”.

Y eran  adjudicadas a los cargos políticos… El “Director General, don fulanito” cobraba un sueldo oficial y, además,  se le sumaban cien, doscientas o más,“botellas” ,  con lo cual,  si sueldo era de mil y cada botella era de doscientos,  el político recibía mil, más… veinte mil o cuarenta mil,  extras.

Evidentemente el político, por serlo,  entraba en la institución de “corrupto por ley”. La política cubana estaba corrompida en esencia. Por supuesto esta realidad no constaba en ninguna parte, era “tradición”… Cualquier cubano tenía claro que lo importante eran “las botellas”, la aspiración generalizada era tener un amigo político que pudiera regalarte “una botella”. Una sociedad, así maleada,  tenía que acabar pésimamente,   pues  “robar amparados por la ley  hace perder el sentido de la ética. El paso siguiente lo viviríamos ya muy crudamente con Carlos Prío.

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Prío era muy diferente a su predecesor. E intentó poner remedio a la situación heredada. Se vieron sus deseos de cambiar muchas cosas y tomó iniciativas plausibles que facilitaron la llegada de más riqueza a la Isla. Vivimos años de prosperidad y riqueza pero los dos mismos males que minaron el Gobierno de Grau siguieron creciendo: la corrupción y los gánsteres. Destacaron los inspectores de Hacienda “atracando” con sus “visitas” a las empresas grandes, medianas y pequeñas”. Y así se  hizo insoportable la situación y el descontento de los cubanos subió muchos grados. A esto debemos añadir la labor demoledora de  “Eddy Chivás”.  De ello hablaremos en el próximo artículo.

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.