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Lo más crudo e injusto de soportar es la Cátedra Extraordinaria de Transformación Social de la Universidad Complutense creada para ella, con una licenciatura falsa y sin equivalencia.
En la prensa francesa estudian con precisión los vínculos de Begoña Gómez y Marruecos, y se preguntan si esta relación y el espionaje al móvil del presidente tendrá algo que ver en la nueva posición española respecto al vecino magrebí. Los medios franceses insisten en Begoña Gómez y en Marruecos. Han cogido al bicho por el apéndice trasero y no están dispuestos a soltarlo.
Han encontrado mucho jugo, incluso el conflicto entre Sánchez y Argelia ha beneficiado a Francia desde el punto de vista comercial. Algo gordo hay detrás de esa información y la ciudadanía precisa conocerlo. El Gobierno argelino ha comunicado a la Unión Europea la necesidad de finiquitar este Gobierno para rehacer las relaciones comerciales y de todo tipo con España.
El pueblo español es excesivamente benevolente y parece perdonarlo todo, otra cuestión sería si, en vez de la tal Gómez, fuera la esposa, compañera o barragana de un líder de cualquiera de las tres derechas nacionales. Desde 2019, el Gobierno sociocomunista se ha pasado la transparencia por el forro y por más sitios, algo inimaginable en una democracia seria y alejada del modelo bananero. Lo que siempre exigió Sánchez, hoy lo rehúye. Se siente pillado. Hasta las orgías personales, con amigos y Falcon, las ha cerrado a la información y declarado secreto de Estado.
Begoña Gómez rompió con el África Center en febrero, pero ha seguido usando el nombre para captar otros negocios. Ha demostrado tener más cara que espalda. «Ha usado el cargo ya falso de directora del África Center para colarse en las charlas de Atrevia y en el gran evento iberoamericano de Ceapi en Punta Cana, ambos celebrados en las últimas semanas», comenta un periodista de reconocido prestigio y alejado de la izquierda gruñona. Hay una evidencia y es que dos que duermen en el mismo colchón, acaban siendo de la misma condición. Se pega todo lo malo. La pena es que no tenga lo bueno anta facilidad para pegarse.
La señora de Moncloa no ha dudado en presentarse, entre otras exageraciones, como «licenciada» cuando, en realidad, su licenciatura es falsa, más falsa que un billete de seis euros. Estamos hablando de una titulación de régimen privado que oficialmente no está reconocida y por tanto carece de equiparación con una licenciatura cursada en un centro oficial. ¡Vaya pareja de caraduras! El marido presume de doctor, habiendo falsificado y plagiado su tesis, en tanto que doña presuntuosa alardea de ser «licenciada en Marketing – MBA en dirección de empresas. CRM y Gestión de Datos» y lo que tiene es un papel sin valor oficial.
¿De dónde ha salido esta tropa tan tramposa y corrupta? Eso de ir a todas partes como «la señora de—» hace mucho daño al empoderamiento femenino. Mucho acudir a la ‘manifa’ del 8 de marzo pero, a la hora de la verdad, lo debe todo a «ser vos quien sois y dormís con quien dormís», como dicen en mi tierra. Puro machismo trasnochado tras la fachada de feminista. Y, señores, no es la única. También las tienen en el Gobierno con el mismo corte.
Tal vez lo más crudo de soportar, lo más injusto y regalado sea la cátedra que han creado para ella en la Complutense, como adjunta. Estamos hablando de la Cátedra Extraordinaria de Transformación Social de la Universidad Complutense de Madrid. En pocas palabras: con el bachiller superior está pasando por una equivalencia al grupo A1, aunque fraudulento. ¡Joder, qué tropa!
En plena caída libre del presidente, los medios se han cebado con él porque ha perdido el respeto de la ciudadanía, de otros líderes europeos y del resto del mundo. Ahí tienen a dos ciudadanos de a pie, uno en Salamanca y otro en Zamora, que le han sacado los colores en momentos distintos al felón presidente: el primero le espetó aquello de «¿Tú eres Pedro Sánchez, el mentiroso?» y, más recientemente en la sierra de la Culebra, le reprochó un ciudadano autóctono: «Hemos perdido la Sierra de la Culebra, ahora te quedas también con la de la Demanda, vete y quémala», a lo que Sánchez le contestó que «vamos a arreglarlo» y el vecino no dudó en responderle «¿Arreglarlo, tú? ¿Tú, arreglar? ¡Tú qué vas a arreglar!»
¿Qué se puede pensar de un Gobierno donde todo son sospechas, mentiras, trucos, trampas y corruptelas? Algunos llevan las cloacas del Gobierno con ellos y a todas partes. El presidente empezó negando el plagio de su tesis, mintió en todo lo relativo a la pandemia, reprimió a los medios no afines, pactó con lo más degenerado de la sociedad, sigue «hermanado» con los descendientes de la banda asesina ETA, enchufó a su «costilla» en el África Center, de donde ha salido por pies recientemente, por obra y gracia de todavía no se sabe qué y por ser la esposa del presidente.
La prensa francesa lo va a contar por capítulos. Dicen las malas lenguas que hay material para dar y tomar estirando las fechorías y su relevante relación con la mujer más influyente de Marruecos. No deja de ser una vergüenza más para el presidente «cum fraude» que, donde mete la mano, mete la pata. Y ahora su media naranja. Esto empieza a ponerse divertido y cuanto está por salir en relación con Begoña Gómez y Marruecos parece ser un escándalo en toda regla. Precisamente hoy lo explicaba en directo un distinguido coronel en el programa de Alfonso Rojo.
Me gustaría saber qué piensan en la Casa Blanca del felón y qué imagen se habrá llevado Jill Biden de su entrevista con Begoña Gómez. No es casualidad que quisiera conocer previamente a la reina Letizia, aventajada en aprendizajes de reina y saber estar, siempre gracias a doña Sofía. Seguramente por contrastar la información que ya tenía de Begoña, pero eso dudo que se sepa, al menos en unos años, salvo que el presidente de Cantabria, Revilla, anduviera escondido por los jardines del Palacio de la Moncloa: en ese caso se sabría de inmediato y con chascarrillos; de ahí el desapego que los demás presidentes tienen hacia el «cántabro parlón».
Por cierto, la prensa de izquierdas, vendida al poder y experta en culear por la pasta, aún no ha abierto la boca. Seguramente está mejor callada, así no se ve en el compromiso pagado de negar evidencias. Y si algún informador sale a la palestra para mentir, mejor que se cuide de que no le pillen en renuncio fraudulento porque acabarán haciéndole los perrillos.
En fin, cuanto informador chusquero se meta a redentor, ya sabe lo que le espera. Sabido es que, quien se mete a redentor, acaba crucificado.
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