20/09/2024 19:45
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Cualquiera diría que en el siglo XXI el teatro se había convertido en una reliquia sólo apta para puretas, que sobrevive a base talleres experimentales y a golpe de subvención (ese talón… de Aquiles). Y sin embargo resulta que, de tanto mirar a las musas teatrales  como especies en extinción, habíamos perdido el “distanciamiento” crítico para vernos actores de un happening planificado, con regidores “haciendo caja”(s) entre bambalinas. Nada nuevo: El gran teatro del mundo, auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, escenificaba el juego de las apariencias con la lucidez esencial de la cultura del Barroco.  

   El escritor había mutado en guionista de serie (o en serie) y el cine de  anticipación no prevenía de la amenaza totalitaria contra la libertad individual, sino que hace tiempo que viene meta(dia)bolizando en el consumidor su agenda  futura “en modo ciencia-ficción”.

Pero el teatro…  ¡Quién iba a decir que fuéramos actores meritorios pagando por actuar!

 

                              DE “LO TUYO ES PURO TEATRUDÓ”…

 

   “Yo, para ser feliz, quiero un camión
Yo, para ser feliz, quiero un camión
Escupir a los urbanos, a mi chica meter mano
Yo, para ser feliz, quiero un camión.”

      Loquillo y los Trogloditas (1983)

 

   Casi un mes en cartelera y el “no hay entradas” para Rebellion in the Farm(afia) en el teatro nacional de Ottawa: Desobediencia civil de Thoreau vs  Carta de Derechos y Libertades bajo manga de Trudeau. Prolongado “día de autos” en forma de happening ¿o happyning? profan(ad)o y dirigida por (in)Justin Trudó, un patético director (suplente) de teatro, metido entre bastidores en cuanto los maquinistas clamaron ¡Mucha mierda! 

Indignación contra indignidad, los camioneros del “convoy de la libertad” (que no eran unos chuloputas, ni ningunos Trogloditas, por cierto) montándola buena en su fiesta de “combo/y/libertad” frente a una policía montada, capaz de poner a los pies de los caballos a una anciana paralítica (¿dirán que autolítica?) con su silla de ruedas motorizada.

(A propósito, Loquillo, pájaro, ya puedes salir del nido, que se te ha visto el plumero.)

   Se ve que el montaje le venía grande —no digo al Loco, que también, sino a Justito Trudó— y, aunque montó una gorda bajo las tablas, desde el infierno del subsuelo de un escenario reciclado en habitación del pánico, la pieza estrella de este ayudante de dirección del Factótum y Gran Autor global sigue siendo “En NOMbre del padre”, aquel Pierre Trudeau (¡Pedro Trudóo?) de ingrata memoria histórica para sus minorías indígenas y director, a su vez, del “auto” (procesal) del Frente de Liberación de Quebec—activado  por él mismo, a partir del MLP (m-l, hablando claro), a la izquierda del RIN(g), y que se saldó con atentados mortales, amén de la muerte del activista Jean Corbó, como cuenta el politiquísimamente correcto Mathieu Denis en Corbo (2014), la detención de cuatro atontados, tortura y desaparición de alguno y para el resto, pasaporte a La Habana—, y montaje que fue el pretexto para remodelar una confederación canadiense igualitarista.

   Pero en los medios (y los fines) de comunicación de masas, del Canadá, nada de nada.

 

                           …A “EL CÍRCULO DE TIZA UCRANIANO”

 

      «AZDAK: ¡Acusadora y acusada! El tribunal ha oído vuestro caso, pero no ha logrado establecer con claridad quién es la verdadera madre de este niño. Yo, en mi carácter de juez, tengo el deber de encontrar una madre para él. Haré una prueba. Chauva, trae un trozo de tiza. Dibuja un círculo en el suelo. (Con la tiza, Chauva dibuja un círculo en el suelo.) Pon al chico dentro. (Chauva coloca al niño, que sonríe a Gruche, dentro del círculo) ¡Acusada y acusadora, poneos junto al círculo! (La esposa del gobernador y Gruche se colocan junto al círculo.) Cada una tomará una mano del niño. La verdadera madre tendrá la fuerza suficiente para sacar al niño del círculo.»

           Bertolt Brecht, El círculo de tiza caucasiano [Buenos Aires, Nueva Visión, 1964, p. 107.]

 

   Y en la puesta en escena de este Gran Teatro del Mundo (Global) —y la sombra del Globe Theatre de Shakespeare es apaisada—, en su muestra itinerante y/o simultaneísta, el “teatro  de operaciones” se traslada a UKrania, donde se representa El círculo de tiza, la versión brechtiano del juicio salomónico de dos madres disputándose en el círculo de tiza de Ucrania (que no en Georgia, la patria de Stalin, por exigencias del guion), al hijo,  Donbass, en un patético videojuego de teatro épico, en una recreación que los libretistas del Anglobalismo —ese neocolonialismo post-Commonwealthiano (orwelliano sin más) que logra que el inglés sea la lengua oficial de la UE cuando sólo lo es de Irlanda y Malta— le han escrito al comicastro Zelenski, convertido en regidor en virtud del golpe de estado de la revolución de colorines de la Agenda 2030, en ese grosero y grotesco burlesque proverbial de la farándula de teatro de aficionados que es el gobierno de Ucrania,   grand guignol de unos comediantes (y después de la función), marotes (o marionetas de tamaño natural) y pasmarotes, monigotes manejados desde el telar por la sombra tutelar.    

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   Ni Stanislavski, ni Meyerhold (que eran son rusos), ni Grotowski (que es de pobres) —si acaso, la crueldad de un Artaud (harto de grifa, y de ahí para arriba)—: espectáculo de vodevil de Cabaret del (arco)iris esfinteroidal del ojo que no tiene niña de la Agenda 2030 —esa cámara modificada de SeeChange (covid. El círculo (2017), de James Ponsoldt, a modo de pin-spam-pum en la solapa de los CEUs/COs del cambio climático—.  

   Y si no te crees la violación de Volodimir (¡ucranio previlegiado!) por Vladimir, eres un nazi (¡quién habló, Regimiento (n)AZOV, que la casa honró! ¡Pim, pam, toma Lacasitos!) que no merece sino el desprecio del esputo ¿o exputo? en cuanto que esPutín. (Pero todo esto censurado, capado en los canales de Twitch que sigue la disidencia canalla.) 

 

   «Natella Abachvili saca al niño del círculo para su lado.

     Gruche ha soltado la mano y se queda perpleja.

ABOGADO PRIMERO (felicita a la mujer del gobernador): ¿Qué dije? ¡Lazos de sangre!

AZDAK (a Gruche): ¿Qué te pasa? ¡No tiraste!»

          Bertolt Brecht, El círculo de tiza caucasiano [p. 108.]

 

   Y todo hace pensar que si, en esta reposición o remake globalista, el juez Azdak es el orfaNATO de (Santa) K Schwab, la custodia de Donbass recaerá, como en el drama de agit-prop de Brecht, y en sentido contrario al de la tradición judeo-cristiana (o la china), en la madrastra adoptiva (o putativa), negándole la matria potestad a la madre biológica.

 

   «AZDAK: […] Bien, hagamos de nuevo la prueba, que esta vez será definitiva. ¡Tirad!

   Las dos mujeres se colocan otra vez. Gruche suelta nuevamente al niño.

   GRUCHE: ¡Yo lo crié! ¿Acaso voy a despedazarlo? ¡No puedo!

   AZDAK: (se levanta): Y con esto el tribunal ha comprobado quién es la verdadera madre.»

            Bertolt Brecht, El círculo de tiza caucasiano [p. 108.]

 

   Y en ese coro de grillos, da la nota Vox. (Voto útil, pase. Sin que sirva de precedente.)

¡Abascal, Abascal, qué bonita serenata, Abascal, Abascal, ya me estás dando la NATO!

 

                                                ESPERANDO A SOROS

 

    «(Lucky se dispone a volver a su equipaje.)

    POZZO (como a un caballo): ¡Sooo!

     (Lucky se queda quieto.)

    ESTRAGÓN: ¿Nunca se revela [sic (Ana Mª Moix, tr.)]?

    POZZO: Les explicaré. […] Ah, nunca hay que ser amable con gentes como éstas. No lo soportan.

    VLADIMIR: Entonces, ¡qué hay que hacer?

    POZZO: Bueno, en primer lugar, tirar de la cuerda, con cuidado, naturalmente, de no estrangularlo. Por lo general, eso le hace reaccionar.»

          Samuel Beckett, Esperando a Godot [Barcelona, Tusquets, 1987, pp. 50 y 112.] 

 

   Mientras la avejentada tutora Mme. Brigitte Trogneux ultima para su aventajado discípulo Mr. Emmanuel Macron el libreto del estreno en La Comédie Française para las próximas elecciones, se repone el clásico contemporáneo del teatro del absurdo de Beckett (Play It Again, Sam!) Esperando a Godot,  en versión colectiva (y colectivista) de las compañías de Trudeau y Zelenski y otras malas Cías subtitulada Esperando a Soros, interpretada en sus principales papeles por el ñaque (de piojos, diría Sanchis Sinisterra), egocéntrico y exhibicionista, de sendos regidores (dirección a cargo del InNOMbrable):

Justinoun asesino de la tercera edad, puntillero dirigido por La Cuadrilla ((1994)— Trudó, Estragón (Gogo) y Volodimir Zelenski, Vladimir (Didi), con Tedros AdhanOMs en el papel (higiénico) de Pozzo (ciego) y la colaboración estelar de Joe Biden en el rol de (good) Lucky (Strike, sordomudo), el esclavo feliz —ese enajenado Mr. Gagá (pareja de baile de Lady Gaga en el (des)concierto global) y punta del iceberg de la enajenación mental nEEUUrodegenerativa que, tras haber perdido el Norte (y arrastrar consigo a la EEUUropa del EEUUro en El deshielo del imperio norteamericano) y, después, el Juicio (Final), amenaza con inundar los países “no alienados”—, bajo el árbol de Amazon, con zagales del granero de Europa que vienen —“MUCHACHO: En el granero, Sr. VLADIMIR: ¿Con tu hermano? M.: Sí, Sr.” [Esperando, p. 66]— y van y desaparecen.

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Y con el patroNATO filantrópico del mecenas del arte dramático, ese Rey de (s)Oros, G. Soros (y (máS)oros), a través de sus testaferros, tesoreros y asesoros, en el rol de Godot.

 

      “VLADIMIR: ¿Qué? ¿Nos vamos?

        ESTRAGÓN: Vamos.

        (No se mueven.)”

            Samuel Beckett, Esperando a Godot [p. 122.] 

 

 

                        EL RETABLO DE MAESE PEDRO (DE URDEMALAS)

                                            (NOTA AL (PUNTA)PIE)

 

        “PEDRO

     Sin duda he de ser farsante,

   y haré que estupendamente

   la fama mis hechos cante,

   y que los lleve y los cuente

   en Poniente y en Levante.

      […]

      En las chozas y en las salas,

   entre las jergas y galas

   será mi nombre extendido,

   aunque se ponga en olvido

   el de Pedro de Urdemalas.”

      Miguel de Cervantes, Comedia famosa de Pedro de Urdemalas [Madrid, Taurus, 1992, pp. 363-364.]

 

     «—Señor conde —dijo Patronio—, tres hombres burladores vinieron a un rey y dijéronle que […] facían un paño que todo hombre que fuese fijo de aquel padre que todos decían, que vería el paño, mas el que non fuese fijo de aquel padre que él tenía y que las gentes decían, que non podría ver el paño. Y al rey plugo mucho de esto […], ca los moros no heredan cosa de lo de su padre si no son verdaderamente sus fijos […]

   Y cuando el día de la fiesta vino […] Así lo ficieron fasta que el rey tovo que era vestido, ca él non se atrevía a decir que non veía el paño. […] fasta que un negro […] llegó al rey e díjole: “Señor, a mí no me empece que me tengades por fijo de aquel padre que yo digo, nin de otro, e por ende dígovos que só cierto que vos desnudo ides.” Y el rey comenzóle a maltraer […] E desque el negro esto dijo, otro que lo oyó dijo eso mesmo, y así lo fueron diciendo, fasta que el rey y todos los otros perdieron el recelo de conocer la verdad y entendieron el engaño que los burladores habían fecho.»

           Don Juan Manuel [de Castilla], El conde Lucanor [Madrid, Espasa-Calpe, 1972, pp. 43 y 45.]

 

   Y, entrometido, como contribución española al Festival de Teatro Gloval, y antes de  tra(ns)vestir el auto sacramental en laicamental —paso procesional en auto procesal— por mor de la macabra Danza de la Muerte del genocidio global: el entremés de Pedro de Urdemalas (que las urde y bien malas), en el rol de TedroSánchez y todos sus avatares, para contarnos los viajes del Capitán Tan y hacerlos las cuentas del Gran Capital:

desde el Chanfalla que, compinchado con la Chirinos, guía el carro de la farsa de la Aldea Global por la aldehuela de España para hacer creer a los lugareños, gracias al “Retablo de las maravillas”, que si no ven que “tienen la camisa negra” de “color esperanza” son nazi-fascistas del nacional-catodicismo, machistas heteropatriarcales, homófobos, racista-xenófobos, contaminadores antiecológicos, insolidarios pro-vida de mierda, al retablo de Maese Pedro, el criminal matasiete, mendaz desfalcón de las arcas públicas y desvalijador (diplomático), en libertad aún merced a la sedación sánchez-quijotesca de la vacuna contra el/la “cólera del español sentado” (que dijera en su Arte nuevo Lope de Vega), representando la liberación de cautivos (y/ucranios) de manos del Gran Mogol.

 

       “PEDRO

     Ya podré ser patriarca,

   pontífice y estudiante,

   emperador y monarca;

   que el oficio de farsante

   todos estados abarca.”

       Miguel de Cervantes, Pedro de Urdemalas [p. 365.]

                                                                                                                   ¿Continuará…?

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REDACCIÓN