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Llevaba muy poco tiempo en Cuba cuando un amigo español me dio este consejo: “No olvides que, en esta maravillosa Isla, una de las pocas cosas que no te perdonan es ‘caer pesado’…” Siempre, por instinto lo había procurado pero después de la advertencia del amigo puse más atención en seguir el consejo. Ahora bien, una cosa es “ser un plomo” y otra, callar siempre para no “caer mal”. La virtud está en medio, entre las dos cunetas y has de evitar ambas.
La importancia de un tema radica en la de sus consecuencias. Desgraciadamente, los humanos damos la razón a la sentencia: “·El número de los tontos es infinito” y diariamente la demostramos, malgastando nuestro tiempo en nimiedades y olvidándonos de lo fundamental. La mejor prueba de la idiotez humana la comprobamos con solo fijarnos en las preocupaciones del Gobierno y a qué dedica el poder y sus energías. Es imposible alcanzar cotas más altas de necedad e idiotez. Pero olvidemos el tema para no perder el tiempo: su estulticia y sandez, son incurables.
Hablemos del tema que motiva este escrito. De la celebración de una Jornadas muy importantes aunque sean pocos los interesados en ellas por lo que, con estas reflexiones invito a los lectores a inscribirse.
Para convencerse de su trascendencia piensen en la realidad expresada en esta afirmación bíblica (salmo 127): “Nisi dominus edificaverit domum , in vanum laboraverunt qui aedificant eam” equivalente en idioma paladino a: “Si el Señor no edifica la casa, los que la construyen trabajan en vano”. Luego el salmo sigue reforzando lo afirmado: “Si el Señor no protege la ciudad, los que la cuidan vigilan en vano”.
Evidentemente, para asimilar ciertas verdades hace falta .Fe. La que tenían nuestros mayores y por eso cristianizaron continentes y crearan un Imperio inigualable. Ya es hora de hacer saber a los españoles y al mundo que España no tienen parangón como nación civilizadora y constructora. Las obras de nuestros ingenieros en el mundo no han sido igualadas por ningún país civilizador. El progreso de la navegación está en deuda con nuestra Patria por haber descubierto las rutas marinas más importantes y todo lo podemos resumir en esta realidad: cuando las españolas de ultramar se hicieron independientes tenían un nivel de vida igual o superior al de los europeos. Y lo dejado por España en sus provincias fue de tal solidez que, a pesar de llevar doscientos años tirándolo todo por la borda, aún siguen siendo pueblos de alto nivel de vida. Y con el agravante de ver cómo los anglosajones, durante doscientos años –el tiempo que llevan “independientes”—los han robado sus riquezas, sus minas y han comprado a sus clases dirigentes para poder arruinar a esos pueblos que nosotros dejamos ricos y prósperos.
Y eso ha ocurrido porque sus “clases dirigentes” olvidaron que es el Señor el que construye y protege.
España había cuidado a los indios y conservado sus lenguas, los políticos independentistas –herederos del Imperio–, amamantados por la Revolución Francesa, imitando a los sajones, persiguieron a los indios con genocidios desconocidos antes. Los indios lo presentían y fueron quienes lucharon con más ardor contra la Independencia y los “libertadores”.
Repito que estos hechos son la mejor demostración de la importancia de las Jornadas que comento. Se celebrarán los días treinta de abril y primero de mayo la Puebla de Alfinden (Zaragoza). Se habían celebrado desde 1989 en Zaragoza pero la Jerarquía modernista que rige la Iglesia Española, nos ha cerrado todas las puertas de la capital aragonesa y hemos de refugiarnos en una villa próxima. (Tocaré el tema en un artículo aparte, vale la pena).
Este escrito tiene un propósito: Recordar a los españoles que defender la UNIDAD CATÓLICA DE ESPAÑA, no es un brindis al aire. Nuestra Patria o es Católica, o ha muerto. Hablando humanamente parece absurdo y desfasado, defender la necesidad de recuperar la UNIDAD CATÓLICA, ya ni la Jerarquía católica cree en ella pero, lo cierto es que, –como afirmaba San Bernardo cuando predicaba la Primera Cruzada. “¡Dios lo quiere!” (“¡Dieu le veut!”). Lo crean no o no, lo quieran o no, los obispos, Pues Dios, sin duda, lo quiere, y la inteligencia humana lo exige. El argumento que lo demuestra es claro y simple.
Veamos: Todo cuanto existe es obra de Dios no hay la menor duda. Ni una sola mota de polvo es ajena a ese poder de Creación. Por lo tanto, todo — absolutamente todo– , es obra suya y está sometido a sus mandatos. No hay nada independiente del Dueño y Señor de cuanto existe. Por lo tanto tampoco hay espacios “laico”. El “dad al César lo que es del César” no avala el laicismo. No he logrado entender como una mente privilegiadísima como la de Ratzinger, fundamentara sobre la “sana laicidad” –cuya existencia es imposible–, una “teoría suya”. (Claro que una pifia la comete cualquiera –él ha cometido alguna más como “filósofo alemán”–. Y disculpen la digresión).
Continúo. Si no es posible hallar nada independiente de Dios y “laico”, las naciones –que son también producto de la obra de Dios–, están obligadas a buscar la Verdad que conduce a la obediencia absoluta al Dueño y Señor único del mundo, acatando la Ley de Dios, y la Religión única verdadera.
Ergo, las naciones que han logrado acercarse a la perfección tienen que ser católicas como lo fue siempre España en su Edad de Oro y lo deberá volver a ser.
Me dirán que eso va contra “lo que sostiene la Democracia”. Por supuesto, porque en el mundo se ha impuesto el “Príncipe de este mundo” como llama Cristo a Lucifer, pero como católicos debemos luchar por lo que debe ser, no lo que nos han impuesto.
Conocen mi tesis sobre la Democracia liberal partitocrática: “Es el invento más genial y letal de la Sinagoga de Satanás”.
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.