21/11/2024 21:50
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Hoy es el día, 03/11/2020: votan los americanos. Sus papeletas decidirán, en gran medida, el rumbo que tomará este mundo global y pandemizado. Aunque nos encontremos muy lejos de Utah, Iowa o Alabama, el resultado de este martes afectará también nuestras vidas, queramos o no, aunque no votemos. Se disputa el rumbo hacia el fortalecimiento del Estado Soberano de las Naciones y la Identidad o el Globalismo sin fronteras de la Agenda 2030 de las Elites del Poder. Ni más ni menos.

Casi la mitad de los votantes ya lo han hecho por correo, y ese es un dato importante porque ha sido parte de la estrategia del Partido Demócrata, una de las cabezas visibles del monstruo del Deep State, que hará lo imposible por impedir un segundo mandato de Donald Trump en la Casa Blanca.

La importancia de estas elecciones no es la misma que la de otros comicios en los Estados Unidos. Las elites mundialistas que creyeron que su candidata Hillary Clinton tenía la carrera ganada antes del final, esta vez, harán lo imposible por no tropezar con la misma piedra dos veces. Por ello hoy hay mucho más en juego que en otras ocasiones.

Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos con un programa, discurso, promesas y actitudes incorrectas, en sintonía con esa llamada mayoría silenciosa de su pueblo, patriótica, trabajadora, emprendedora, religiosa y de valores tradicionales, que resistió estoicamente los embistes del progresismo globalista.

Hace solo unos días se dio a conocer un discurso televisivo de Monseñor Carlo Maria Viganò, el primero después de dos años. “Vivimos en tiempos extraordinarios”, fueron las palabras con las que comenzó y no se equivocó en lo más mínimo. Fiel a su coraje y estilo, denunció sin tapujos el peligro que están viviendo la Iglesia y las naciones en estos días cruciales: “Sabemos que el proyecto del Nuevo Orden Mundial consiste en el establecimiento de la tiranía por parte de la masonería: un proyecto que se remonta a la Revolución Francesa, el Siglo de las Luces, el fin de las Monarquías Católicas y la declaración de guerra a la Iglesia. Podemos decir que el Nuevo Orden Mundial es la antítesis de la “Societas Christiana” que concreta la “Civitas Diaboli” opuesta a la “Civitas Dei”, en la eterna lucha entre la Luz y la Oscuridad, el Bien y el Mal, Dios y Satanás”.

En este discurso pronunciado para la Conferencia de la Identidad Católica, realizada entre el 23y el 25 de octubre en Pittsburgh (Pensilvania), también afirmó: “Permítanme unas breves palabras sobre la situación política en los Estados Unidos en vísperas de las elecciones presidenciales. “Fratelli Tutti” parece ser una forma de respaldo del Vaticano al candidato demócrata en clara oposición a Donald Trump. Sucedió unos días después de que Francisco se negara a conceder audiencia al Secretario de Estado Mike Pompeo en Roma. Esto confirma de que parte están los hijos de la Luz y quienes son los hijos de las Tinieblas”.

Monseñor Viganò se caracteriza por no tener miedo ni prejuicios denunciando los planes globalistas que afectan no solo a lo político sino fundamentalmente a lo espiritual. Afortunadamente no es solo una voz más que clama en el desierto, sino toda una autoridad a tener en cuenta. Viganò brindó esperanzas en esta “batalla sagrada” que se está librando hoy y en la que todos tenemos un lugar en el combate.

Todo indica que no son unas elecciones más en la Historia de los Estados Unidos de América sino, muy probablemente, una bisagra entre un antes y un después en la Historia de la Civilización Occidental. ¿Estaremos ante ese momento crucial de un mundo que muere y otro que nace tantas veces anunciado? ¿Cuál será el rumbo a nivel mundial que tomarán los acontecimientos a partir de mañana? ¿Saldrán vencedores los hijos de la Luz o los de las Tinieblas? ¿Triunfarán los pueblos soberanos con su identidad y patriotismo o lo harán las elites globalistas disolventes y homologadoras de las culturas?

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La respuesta la tendremos en poco tiempo y curiosamente en ella mucho tendrá que ver lo que hoy votarán los ciudadanos norteamericanos. El resto deberá seguir en el combate eterno en el bando de la Luz contra el de las Tinieblas.

Autor

José Papparelli