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En las redes sociales y en los medios de comunicación se está criticando, por personas que se consideran feministas, a todos los que están afirmando que los actos multitudinarios celebrados el pasado día 8 de marzo por el Día de la Mujer facilitaron el incremento de contagios por el Covid-19, respondiéndose, por parte de determinados sectores del feminismo, que hubo muchas actividades con público que pudieron ayudar a la propagación del coronavirus. Lo gracioso es que, por ignorancia o por malicia, los defensores de la celebración del Día de la Mujer parten de una débil premisa al criticar a los que consideran que las movilizaciones del día 8 de marzo debieron suspenderse.

El Gobierno quería celebrar el Día de la Mujer a toda costa, queriéndose continuar con la pugna entre el PSOE y Unidas Podemos para ver qué partido político controla el feminismo, que parece resultar muy útil a efectos electorales dentro de la izquierda política, y, por ese motivo, aunque tendrían que haberse cancelado todos los grandes eventos del día 8 de marzo ante la amenaza del coronavirus, el Gobierno decidió rechazar la opción de cancelar los actos multitudinarios de esa fecha y de suspender las actividades económicas, industriales y comerciales, como ya se hizo posteriormente, tras haber transcurrido unos días. Dicho de otro modo, si el Gobierno hubiera cancelado todos los actos celebrados el día 8 de marzo, no se habrían superado los 70.000 infectados ni los 6.000 fallecidos en España por el Covid-19 en escasas semanas, pero no se quiso frenar el desarrollo de los eventos de esa fecha para poder montar la parafernalia del Día de la Mujer.

Ahora no se puede pretender que la ciudadanía se llegue a creer, con las cifras existentes sobre los efectos del coronavirus, que pueden estar maquilladas, que fue necesario celebrar el Día de la Mujer el pasado día 8 de marzo. Desgraciadamente, lo indispensable era cancelar todos los actos desarrollados en esa fecha, pues todos han contribuido a la configuración de la situación actual y han generado más problemas de los que pudieron resolver.

Probablemente, si el inicio de la pandemia del coronavirus se hubiera iniciado en fecha anteriores pero próximas al pasado día 12 de octubre de 2019, los actos del Día de la Hispanidad y otros eventos celebrados se habrían cancelado sin demasiados titubeos, decisión que, por ser indispensable, debería haberse aplaudido. Sin embargo, el día 12 de octubre es una fecha marcada con escaso cariño en el calendario del PSOE y de Unidas Podemos y el día 8 de marzo es una fecha señalada con demasiado mimo para esos partidos políticos.

Autor

REDACCIÓN