23/11/2024 14:46
Getting your Trinity Audio player ready...

El título puede ser contradictorio para algunos, pero se trata de ser consecuente con los hechos ocurridos durante la transición del régimen anterior, finalizado oficialmente en junio de 1977, seguido de la actual democracia impulsada por el perjuro Juan Carlos I (en adelante JCI) y el no menos perjuro de Adolfo Suárez.
Lo siento por los demócratas, pero hay que recordarles, que la nefasta democracia actual que padecemos, viene en parte de la mano del terrorismo comunista-separatista de ETA, sin olvidar el imprescindible  apoyo de la judeomasoneria capitalista yanqui a los terroristas. Los hechos son los que son, si ETA no hubiera asesinado al Almirante Carrero Blanco, la democracia se hubiera demorado como mínimo una década más, década que hubiera servido para aplastar a la paupérrima oposición franquista y todo atisbo de terrorismo (ETA, GRAPO, FRAP…), los cuáles, todavía no gozaban de una organización sólida.

De hecho, la naciente democracia e incluso antes de 1977, siempre agradeció a ETA sus servicios, y los terroristas también movieron sus fichas para colaborar con la instauración de la democracia coronada, sin ánimo de ser exhaustivos, veamos algunos ejemplos:
– Una de las primeras disposiciones, por no decir la primera, del perjuro JCI nada más ser entronizado, fue la de suspender la pena capital, cosa que debió alegrar a todos los asesinos, bien  lo fueran de organizaciones terroristas como los procedentes del resto del mundo criminal.
– La amnistía de octubre de 1977, que sirvió para poner en libertad todos los criminales terroristas, siendo el máximo beneficiario los asesinos de ETA, significando, que muchos de los amnistiados, una vez en libertad, se reincorporaron a la banda asesina.
– La legislación en general, bien fuera el código penal, LEC, etc muy blanditas y llenas de garantías y derechos para todos los asesinos. Aliñado por un sector de jueces y fiscales, los denominados Jueces para la Democracia (qué ironía, verdad? casa con el artículo) como siempre vinculados a los rojos y sepa-ratas, interpretando las leyes a los deseos de los criminales.
– Las constantes negociaciones por parte de los diversos gobiernos de la democracia con ETA, incluido el perjuro JCI (según testimonio de Rafael Vera), para no se sabe bien qué negociar con criminales, aunque lo sospechamos.
– La facilitación para la incorporación a la vida política democrática de ETA, a través del reciclaje de los polis-milis, que se integraron en Euzkadiko Ezquerra (EE) de Brandrés y absorbido posteriormente en el Partido Socialista de Euzkadi (PSE). Por cierto, las blanditas asociaciones de víctimas del terrorismo que reivindican los asesinatos sin resolver en los que actuaron ETA-pm, pueden esperar sentadas para la eternidad, solo tienen que rascar en el PSE para encontrar algunos de esos responsables de los atentados, y obviamente, el PSE es más intocable que un cuadro de Velázquez en el Prado.
– La facilitación de la recién nacida democracia para la incorporación a la vida pública de ETA, a través de Herri Batasuna (HB), el brazo político de ETA tuvo todas las facilidades del mundo para poder exponer e imponer mediante la subversión y el terror sus postulados. A lo que hay que añadir su red de ikastolas, herriko tabernas, sindicatos, asociaciones, etc, dominados por el mundo batasuno, contando, como no, con la colaboración y complacencia de las leyes  democráticas y de sus jueces rojos.
– La táctica sutil de ETA de frenar los atentados terroristas en 1976 y 1977, cuando se cocinaba la democracia y que seguro que esa táctica contó con el consejo y la complicidad de todos los que apostaban por la democracia. Una vez se consolidó la democracia en 1977, en 1978 volvieron a aumentar significativamente los crímenes de ETA. En el fondo, a los demócratas les importaba un bledo las muertes ocasionadas por el terrorismo, los demócratas tenían pánico que por culpa de esos atentados, la democracia se fuera al traste con un golpe de timón Militar, por eso aconsejaron a la banda asesina que fuera más prudente mientras se gestaba la democracia. Podría citar más casos, pero creo que con ésta breve exposición ya es suficiente. Tenemos una democracia manchada de sangre, impulsada por los pérjuros del régimen anterior en contubernio con los enemigos de España y con el apoyo disimulado pero fundamental de ETA.
En el año 1999 el perjuro JCI, se sinceró ante los directores de una exposición en Madrid que trataba sobre la transición, en una de las salas se protectaba una escena del socavón de la calle Claudio Coello, donde sucedió el magnicidio de Carrero Blanco, y ante ésas imágenes, el Campechano perjuro, les vino a decir «… sin ése atentado, ni ustedes ni yo estaríamos aquí..»; dejando perplejos a sus interlocutores. Gracias por su sinceridad, Majestad, pero ya teníamos presente que ése magnicidio facilitó sus proyectos perjuros, por éso vuelvo a repetir que la presente democracia vino acompañada de la mano sangrienta de ETA.
En resumen, la actual democracia que sufrimos, sólo benefició ( y sigue beneficiando) al crimen en general y a los enemigos de España.
Un saludo a todos los españoles de bien.  Arriba España!!

Autor

Carlota Sales
Carlota Sales