23/11/2024 10:40
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Una autonomía harta de caciquismo y corrupción, una candidata solvente, preparada, joven y guapa. Y sin mácula de corrupción en su expediente. Con un nombre andaluz hasta la médula.

Al otro lado, una mezcla polimorfa de fans de la agenda 2030, inclusivos todos ellos, igualitarios y diversos, tolerantes y resilientes, ecológicos y reciclables…

Y al hilo de “reciclables” no puedo resistirme a rogar al Altísimo que sean muy reciclables: que resulten fácilmente reciclables en cualquier otra cosa diferente a gestores de la res pública.

Bueno, sigamos con el panorama electoral. De los resilientes y reciclables, cuatro se esnafran severamente en las elecciones con diverso grado de gravedad en las heridas. Otro sale de rositas con mayoría absoluta sin que se le perciba más merecimiento para el éxito que haber conseguido que todo cambie para que todo siga igual, aseando el corral un poco por encima y alcanzando que el status quo haya perdido el miedo, ya que no consta que haya limpiado los bajos de una sola alfombra.

Y nos queda Doña Macarena. Según una candidata que llevaba un ojo en la mano y varias fracturas abiertas, para leñazo, el de Macarena.

Buena candidata, mensaje potente, programa sensato. Solo con el mensaje potente y el programa sensato, en Castilla León se habían sacado 12 Procuradores. ¿La diferencia de candidato desconocido a candidata de exitosa trayectoria solo afecta en 2 representantes? ¿Qué ha pasado en Andalucía?

Hay quien dice que a Macarena se le percibió como una candidata paracaidista. A lo mejor un porcentaje mínimo así lo sintió pero sería una incoherencia para el votante de Vox, poco afín a las autonomías y defensor de la España para todos los españoles.

Tampoco parece ser muy determinante el que se vistiera de flamenca o tratara de mostrar un andalucismo sobrevenido. Es lo normal en cualquier candidato.

Algo más ha podido hacer contra Macarena el trabajo concienzudo de los llamados dentro del partido “los hombres de negro”, afanados con saña en la demolición de las estructuras de organización de militantes de VOX. Peligrosos como monos con metralletas. Peligrosos para VOX. Para el resto de las cosas y del mundo mundial, seguro que son personas afables y excelentes ciudadanos.

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Dice la leyenda de Bambú que aparecieron de la mano de Ortega Smith, a la sazón Secretario General, Secretario de Organización, Portavoz y abogado de VOX (aún no era, también, Diputado, Concejal, niño en el bautizo y novio en la boda).

Y las malas lenguas también dicen que provienen de su grupo de Cuerpos Especiales donde Ortega hizo su servicio militar. También dicen las malas lenguas -porque las malas lenguas son, además, muy verborréicas y no callan- que de conocimientos sobre recursos humanos y de organización de equipos eficientes dejan mucho que desear. Hay incluso, malísimas lenguas que, a la vista de los resultados, dicen que trabajan para el enemigo.

Básicamente su aportación es comparable a la del vacunófilo Steegmann: números rojos cuando intervienen. Metafóricos cadáveres por todas partes como sucedería con un mono al que le das una metralleta. Otras malísimas lenguas, estas especialmente afiladas y venenosas los llama así: los monos con metralleta.

A lo mejor no son todos monos con metralleta, pero el jefe, que cuentan que es el único que trabajó en el ramo de los recursos humanos, es verdaderamente peligroso para VOX por su demostrada ineficiencia. También las malas lenguas dicen que se levanta un sueldo de Director General que se acerca a las seis cifras.

Las provincias andaluzas estaban medianamente consolidadas para un partido bisoño cuando se consiguieron los 12 diputados. Desde que nuestro hombre de negro y su equipo llegó al cargo, todas las provincias que funcionaban fueron minuciosamente desmanteladas. Varias veces si hacía falta. Y si no existía ya el germen de la discordia, se inoculaba.

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Con su buen hacer y su capacidad de concordia y de aunar esfuerzos han conseguido dividir a los afiliados. Con su vista de lince en la elección de coordinadores y representantes de VOX en las provincias han conseguido expulsar talentos y meter fiascos. Con su trabajo eficiente en torno a un proyecto que se concebía más como un movimiento social que como un partido político al uso, han conseguido desanimar al más motivado.

Trato arbitrario e injusto, enfrentamientos, militancia diezmada, situaciones caciquiles como el vergonzoso caso de Málaga… Los monos con metralleta y quienes los dirigen han dejado tantos cadáveres de votantes por el camino que aunque se sumen nuevos votos, hay un lastre de descontento que debería hacer meditar a Santiago.

En el momento de las elecciones, algunas provincias andaluzas podríamos describirlas como buques desarbolados a la deriva.

No, Olona no se merecía luchar con los buques de una Andalucía desarbolada tras la tempestad de los hombres de negro. Solo salvó las naves. Para la del ojo en la mano agarrada a un mástil flotando, una derrota. Para los votantes de VOX, también.

Poco les ha pasado a los de VOX.

Mientras el diputado Steegmann sigue restando e insultando los monos con metralleta continúan amontonando cadáveres y desmantelando provincias.

Nadie pide en redes que dimitan porque los hombres de negro, ya saben, no permanecen en el recuerdo. Pero existen y trabajan salvando planetas. O reventando provincias.

Autor

Casandra Desencadenada