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18 de octubre de 2019. Nueva York. El Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud en contubernio con El Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates, organizaron en Nueva York el llamado EVENTO 201, reunión de alto copete donde se especuló sobre qué hacer en caso de una pandemia. Nuestros próceres, siempre velando por nuestro bien y salud, no querían que una situación tan terrible los pillara sin un plan. A lo mejor, por eso algunos lo llaman plandemia.

Una pandemia es, ya saben, una enfermedad global y descontrolada, a ser posible de muy mal pronóstico… O lo que diga la OMS, que tampoco me quiero yo pillar los dedos.

En la ficción plandémica 201 de nuestros benefactores, un malvado coronavirus de la familia del SARS transmitido por murciélagos aparecía traicioneramente. Para mayor dificultad, se contó con que no hubiera medicamentos efectivos, salvo un antiviral de escasa efectividad de cara al contagio, y que no se contara con una vacuna salvadora hasta un año después. Y con que, después de 18 meses de jorobar y 65 millones de muertos, la exposición al virus de la población y la vacuna puesta a troche y moche -¡que no haya un solo brazo sin su dosis!-, frenara la propagación.

En noviembre se desató en Wuhan, cerca de un laboratorio donde enredan con virus, una epidemia de un coronavirus tipo SARS por culpa de una sopa de murciélago. Clavadito al evento. El resto ya lo conocen.

Hay gente que ve relación entre ambos hechos, y culpa a nuestros benefactores por su asombrosa capacidad anticipativa, en vez de felicitarse por la suerte que tuvimos y lo preparadísimos que nos pilló. Los malpensados son llamados, con razón, conspiranoicos, perseguidos en redes y cerrados sus perfiles. Newtral y Maldito Bulo ya han explicado muy clarito que no tiene nada que ver, porque el EVENTO 201 no fue una previsión, sino una simulación.  Y, oigan, vaya forma de dar en el clavo.

Nos vino muy bien la simulación. Y, además, tengo yo comprobado que, en el caso de que la realidad no haya coincidido con la ficción, se siguen las pautas de la ficción, que para eso se hizo, lo que nos ha sido de gran utilidad.

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En julio de 2020 el presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab publicó un libro, El gran reinicio, no sabemos si previsto o simulado -Newtral no se ha pronunciado- dando por real el EVENTO 201 y por iniciado el cambio al Nuevo Orden Mundial. Y más nos vale, ya que nos merecíamos esta plandemia por no ser solidarios, inclusivos, igualitarios y sostenibles, por no cuidar el medio ambiente y por no luchar lo suficiente contra el cambio climático. Tenemos que cambiar, seguir los objetivos 2.030, ser buenos y multivacunarnos cada tres meses. Y el que no lo haga es conspiranoico, antivacunas, homófobo, machista, fascista e infecto. Y culpable de que se mueran los vacunados.

Y vamos con el segundo episodio de fortuna y casualidad. El 15 de mayo de 2022 se detecta un brote de la viruela del mono. Y resulta que hay por ahí otra simulación, que no previsión, no se confundan, financiado por la Open Philanthropy de un tal Soros y publicada en noviembre de 2021 sobre un virus de viruela de mono.

Anda que no hay virus… ¡qué afortunada casualidad!

En su página 12, esta simulación, que no previsión, inicia su pandemia el 15 de mayo y… Recomiendo seguir el guion del simulacro y así saber lo que va a pasar, porque los adivinos de estas simulaciones son tan efectivos y precisos como un reloj suizo.

Ya era hora de que se hicieran profecías concretas y fiables. Nostradamus y el Apocalipsis siempre habían pecado de imprecisos y poco claros.

Sí, hay que ponerse las pilas porque vamos con un poco de retraso respecto a los muertos previstos, y respecto a la gravedad y la expansión. Pero nuestro admirado Tedros Adhanom -hay quién dice que es un genocida cuando solo nos ha dado pruebas de profesionalidad y efectividad con sus protocolos antiCOVID-, para seguir la simulación al pie de la letra, ha conseguido él solito contra la opinión de los expertos -el que vale, vale- declarar pandemia y emergencia de salud pública la monkeypok. Como se indica en la simulación.

La verdad es que el bicho ha salido flojo. Pero no se me alteren, que todo llegará: la gravedad de la nueva pandemia es ahora un trabajo de los medios de comunicación.

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Además, ya tenemos vacuna. Nada que ver con la de la viruela tradicional, que protegía para toda la vida con una dosis. De éxito parcial, protección breve y no eficiente, y de consecuencias imprevisibles por falta de control a medio largo plazo. Pero muy recomendable, y lo que nos va a salvar la vida a los que NO nos íbamos a morir de esto… Nada que no hayamos vivido antes. Cuenten con varias dosis por nuestro bien y con la insistencia para vacunarnos con nuevas y creativas formas de persuadirnos.

Ya no sé si la realidad tiene que imitar a la simulación, la simulación a la realidad o es que la simulación es una previsión… y que me perdone Newtral.

Por cierto, en la simulación de la Viruela del mono llegan a las siguientes conclusiones: que hay que establecer un poder internacional que dirija el tema de las pandemias -por ejemplo, la OMS- por encima de las soberanías de los países, que son unos desastres en prevención y lucha. Y que hay que poner un fondo para vacunas. Solo faltaba que los países pobres libraran de esas vacunas buenísimas que no protegen, dejando sin más ganancias a las farmacéuticas, que últimamente están cortas de beneficios.

No sé si la historia habría sido diferente si Casandra hubiera encontrado un texto con una simulación contando cómo tomar Troya con un caballo de madera lleno de soldados.

https://www.nti.org/wp-content/uploads/2021/11/NTI_Paper_BIO-TTX_Final.pdf

 

Supongo que Newtral se hubiera apresurado a explicar que no era una previsión sino una simulación de la conquista de Troya. A Casandra le hubieran cerrado los perfiles en redes y llamado conspiranoica.

Y la historia hubiera seguido su curso. Su hoja de ruta, mejor.

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Casandra Desencadenada