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La nueva Ley de Secretos Oficiales prevé hasta 65 años de espera (¿enterrados en cal viva?) para las materias más reservadas. Los “altos secretos”, dizque: los gallifantes/títeres de turno estimando que sus súbditos son niños subnormales. Trisómicos profundos. Todos intuimos que si salieran a la luz los secretos oficiales de la «modélica» y «pacífica» Transición (y de los 80 y más allá), se montaría un cristo de la de dios hasta en esta sociedad tan envilecida y anestesiada. El falsario relato oficial nutrido durante decenios por quienes firmaron los sórdidos pactos del 78 volaría definitivamente por los aires. Y PP$OE, los guardianes de los secretos del Estado profundo, muy profundo. Y quien ose esclarecer las cosas, multazo: hasta tres millones de eurazos.

Ocultando

Alcacer, nuestro JFK, sanguinolento y “nobilísimo” y coronado pacto de Estado. Y bastantes aspectos de nuestra Guerra Civil, la de Ifni, o el abandono del Sáhara. Y relevantes datos del Reino de Mangancia sobre el caza-elefantes (blanco), a fuer de emérito follador. O el asesinato de Carrero Blanco. Y la indisoluble ligazón entre narco, tráfico de armas y proxenetismo (CIA mediante) y el crimen de Estado: ETA incluida en el fregao, obvio. O los innúmeros crímenes, siempre impunes, de los amenazantes servicios secretos (SECED, CEDSI, CNI), además de las villarejas brigadas de “información” de maderos y pikolos.

Narco-Inchaurrondo en la cleptocrática Torturocracia/Bozalistán/Antigua España. 23-F, 11-M, 17-A. Y BVE (Batallón Vasco Español) y la red Gladio/Quantum y GAL (más allá del 87, Josu Muguruza: su hija Ane hablando sobre el documento de la CIA que implica directamente a Felipe González en la creación de la citada banda terrorista y la no investigación del mismo).

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Marqueses de Urquijo. Y Los Galindos, el aceite de colza OTAN/KGB. Y Rocío Wanninkhof o Marta del Castillo u otras niñas «desaparecidas». El Area 51 (y 52) española. Incidente de Manises. O las seis áreas altamente radiactivas que hay en España, con Palomares a la cabeza (y su “limpieza”). Y de «parranda» en Benicassim. O la verdad sobre el espionaje de Pegasus. Y la farsa covidicia, desde luego…

 

La verdad nos hace libres

.. Y creo tener algún derecho a conocer, antes de cascarla, lo que sucedió en mi tierra durante toda mi vida. No son “secretos oficiales”, es la historia que tenemos derecho a conocer todos los españoles. Derecho y deber. En fin. 

 

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Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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