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ID2020, Identidad Digital 2020, otra el numerito de marras, vaya. ID2020 el colosal e inicuo proyecto promovido por Bill Gates junto a la Fundación Rockefeller, ambos, siempre, perejiles de todos los saraos. El inhumano plan fue presentado en 2017 en la sede neoyorquina de la Onu. Más tarde, 2019, en Davos, helvéticas y evocadoras cordilleras donde se apiña, todos los eneros, la famélica legión de la tierra.

Vigilancia total

“Todos deberían poder tener su identidad más allá de las instituciones y fronteras nacionales, y más allá también del tiempo”, afirman en su manifiesto fundacional. Ojo, «más allá también del tiempo». ID2020, indisoluble pieza de los tenebrosos propósitos de la (neo)malthusiana Agenda 2030, Onu, que contiene como uno de sus 17 repugnantes ( bien hermoseados) objetivos “proveer identidad legal para todos, incluido el registro del nacimiento”, de manera encriptada y descentralizada (blockchain).

Un proyecto, el ID2020, que se plantea la digitalización global-  mojón previo que precede al transhumanismo- agregando compulsivamente datos biométricos y tecnología blockchain (servicio de exploración de bloques de bitcoin, por ejemplo) de todas las personas. De todas, si no se lo impedimos.

ID2020, apoyos

ID2020 fue instituido entre los años 2017 y 2018 por la Fundación Rockefeller, Microsoft y Gavi “Alianza de la vacunas”, la eugenésica coalición vacunera, ente este última que aglomera tanto a la Fundación Bill&Melinda Gates como a los principales laboratorios biotecnológicos del planeta. Junto a estos socios creadores se vincularon grandes del sector como Hyperledger (dedicada al know-how blockchain), IRespond y Simprints, importantes corporaciones dedicadas al manejo de datos biométricos para cualquier tipo de identificación digital. Y, desde luego, la ICC, International Computing Center de Naciones Unidas, entre tantas.

Control total

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¿El objetivo? identificar a cada persona por encima de los registros de identidad de los cada vez más fragilizados estados nacionales. Sin dicha identificación, imposible acceder a nada. No-ciudadano, en definitiva. Educación, salud, beneficios sociales, derechos políticos, votar y realizar transacciones económicas. Esta identidad digital ligará nuestras huellas dactilares, iris de los ojos, registros médicos, fecha de nacimiento, nivel educativo, viajes realizados, tarjetas de crédito, historiales laborales y cuentas bancarias. La intimidad y privacidad, dinamitadas. La 5G, dato clave para tejer todos los sistemas de vigilancia y control. Esta repugnante tecnología poseerá la característica de la “persistencia”, “desde el nacimiento hasta la muerte” y el «simpático» detallazo de ser «llevada» en nuestro propio cuerpo, objeto de la tortura presente. Memento bozal.

Las vacunas, clave

¿Y qué pinta Gavi, mancomunidad vacunera, vil alianza de los grandes laboratorios que se ocupa de masivas campañas de vacunación/intoxicación global, recién premiada con los premios de la nieta del recién fugado Bonachón Cazaelefantes? Muy sencillo la deducción.

Proyecto perita para que los laboratorios puedan tener, más allá de cada estado nacional, una «radiografía» exacta y precisa de cada persona que ha sido vacunada, cuándo, cómo, dónde, de qué manera. Y quién no fue cascado con su puta vacuna. Y, como dogmatiza el mediocre y genocida Gates, «todo volverá a la normalidad cuando todas las personas del planeta hayan sido vacunadas». Pues nada, Bill, te vacunas tú la polla y, como cantaban Los espasmódicos, anda tía, vete a cagar. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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