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El César nacido en Itálica es una de las mayores glorias que ha dado la península ibérica. Los hombres que vivieron bajo su reinado es una de las generaciones más felices de la historia de la humanidad, si no la que más. Ha sido popular durante 2000 años y su memoria nunca se ha desvanecido y seguramente nunca se desvanecerá. Conjugó en el las facetas de estadista, conquistador y filántropo. Y con el, el Imperio romano llegó a su máxima extensión.
Nacido en Itálica este trabajador joven se labró en época de Domiciano una brillante carrera militar en varios puntos del imperio, en ocasiones bajo el auspicio de su padre que llegó a ser senador. Se ganó fama de buen administrador y buen guerrero y era respetado por todos y también querido.
Tras el asesinato de Domiciano subió Nerva al trono, pero este era impopular entre los soldados por su vejez y por su carácter. Este, para ganarse la lealtad de las legiones nombró sucesor a Trajano. Al año murió y Trajano fue proclamado emperador por las legiones y por el Senado.
Tardó dos años en proclamarse emperador en Roma, pues aseguró las fronteras Danubianas y del Rhin antes de hacer nada en Roma. Una vez instalado en Roma siguió los consejos de su amigo Plinio el joven y entabló unas relaciones cordiales con los senadores , promocionando sus carreras y ampliando sus esferas de actuación. El Senado le otorgó por ello un sinfín de títulos, entre ellos el de Padre de la Patria.
Y aquí empieza su carrera como conquistador. Invadió Decia una primera vez como castigo a las depredaciones de su rey. Alcanzó un acuerdo con los dacios que garantizase la paz, pero este fue pronto incumplido y así dirigió una segunda invasión que culminó con la destrucción de la capital y con la anexión del país como provincia romana, con sus minas de oro incluidas.
Siguieron siete años de paz durante los cuales organizó el imperio, embelleció Roma y las otras ciudades de las provincias con numerosas construcciones, obras hidráulicas y carreteras. Y promulgó leyes que velaban por la filantropía, la justicia social y la honestidad en la administración y en los tribunales.
Amado y respetado por el Senado y por el pueblo y tras asegurar de nuevo las fronteras contra las invasiones de los bárbaros se anexionó la Nabatea, lo que viene a ser el sur de Siria y el norte de Arabia y cerró el Mediterráneo de esta manera. El Mediterráneo era pues el mare nostrum.
Pero debido a conflictos con los partos sobre el reino de Armenia decidió retomar el plan de Julio César de invadir Partia. Los inicios de la expedición fueron espectaculares y se anexionó todo el territorio que va desde Siria hasta el Tigris, incluidas las ciudades de Susa, Babilonia y Ctsifonte, la capital parta. En total se incorporaron un millón de kilómetros cuadrados al Imperio. Lo que hacen dos Españas.
Pero problemas con el abastecimiento y la logística, las flechas de los jinetes partos y problemas de salud le impidieron proseguir el sueño de Alejandro y llegar hasta la India. Tuvo además que regresar para sofocar rebeliones de los judíos y de los mesopotámicos. Y así, dijo su famosa frase, «Ay si tuviera diez años menos».
Y en el camino de regreso murió. Heredando el Imperio su sobrino Adriano. Con el oro de sus conquistas había organizado y embellecido el enorme Imperio que se había puesto en sus manos. Sus habitantes eran conscientes de haber vivido una edad de oro y lo divinizaron, colocandolo a la misma altura que Augusto.
Solo tuvo una mujer aunque las fuentes aseguran que tenía inclinación por los jóvenes y el vino. De carácter afable y de costumbres sobrias y austeras se ganó a toda la ciudadanía romana y fue enterrado con gran duelo. Sus cenizas reposaban en una urna de oro en la base de su columna y se perdieron durante el saqueo de Genserico.
Y esta es la historia de nuestro hombre contada muy resumidamente. Uno de los cinco mejores emperadores. Precursor de la filantropía y de la justicia social en el gobierno de las naciones.Orgullo de nuestra España y de la tierra en que me recrié, Sevilla. Leyenda de generaciones y generaciones. Y no se olvide, 18 veces aclamado emperador por sus legiones.
¿Cuando volverá España a dar un hombre como esté? Ojalá viniese uno ahora pues nos hace mucha falta ante la espantosa decadencia y mediocridad que padecemos. Alguien que modernice nuestro país por los caminos de los verdaderos desarrollo y progreso. El de la reindustrializacion. Y que sea a la vez un gran general y filántropo. Y que implante la justicia social en España.
Por eso les recomiendo que vayan a Santiponce, se sienten en las gradas del anfiteatro y del circo romano y miren al cielo dejando volar su imaginación. Seguro que como dicen los poetas Trajano está allá arriba sentado entre los grandes de la Historia, lamentándose del rumbo emprendido por España y Europa y diciéndose para sí «Ay si pudiera nacer de nuevo».
Y nada más, espero que se compren la trilogía de Posterguillo sobre este gran hombre y disfruten leyendo sobre su apasionante vida. Pasarán un buen rato y comprenderán que clase de cantamañanas y chisgarabises nos gobiernan hoy en día.
Yo me voy a fumar un purito y a tomar un chupito pensando eso de «Ay si tuviera diez años menos’ Cuantas cosas grandes haría con lo que se ahora, cuando ya peino canas. En fin, quizás aún esté a tiempo de hacer algo grande aparte de mi libro Traiciones sunitas,enredos cortesanos y amoríos desdichados. El cual espero que algún día sea valorado como se merece. Pero ya saben, los mediocres no estarán dispuestos a consentir que el brillo de alguien moleste sus delicadas pupilas.
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