30/09/2024 08:33
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Al acabar la Guerra Civil, la Sección Femenina creó una recompensa para sus militantes denominada «Y», en recuerdo de la primera letra del nombre de la reina Isabel la Católica, dichas recompensas se otorgaban en las variantes de oro, plata y roja y podían ser individuales y colectivas.
Las primeras que fueron recompensadas con la «Y» DE ORO individual fueron las camaradas muertas en acto de servicio durante la guerra, entre ellas, María Luisa Terry, Carmen Tronchoni, María Paz Unciti, Rosa Bríos, Julia Jaez, Marina Moreno, Agustina Simón y Francisca de la Hoz.
De igual manera, fueron recompensadas con la «Y» DE PLATA las siguientes mujeres falangistas:
– LALI RIDRUEJO, hermana de Dionisio, ingresó en Falange en 1935 siendo la fundadora de la Falange femenina en Segovia, aunque ya colaboraba con la misma desde noviembre de 1933, al iniciarse la guerra se enroló como enfermera sirviendo en distintos hospitales hasta septiembre de 1937, fecha en que Pilar Primo de Rivera la nombró Regidora Central de Intendencia de la Sección Femenina de Falange.
– MARÍA ANTONIA VILLALONGA, ingresó en Falange en fechas próximas al 18 de julio, siendo nombrada Delegada Local de las Islas Baleares.
Dirigió el crucero por el Mediterráneo que realizó la Sección Femenina al acabar la Guerra Civil, siendo nombrada Regidora Central de Personal.
– MARÍA DE MIRANDA, era militante de la Falange malagueña colaborando en las acciones clandestinas de la misma, se la nombró Inspectora Central de Educación Física, y actuó como enfermera en diversos hospitales, ayudando incluso en la recolección de la aceituna en sus periodos vacacionales.
– ROSA OLIVER, llegó a España procedente de México al poco de iniciarse la Guerra Civil, siendo nombrada Delegada de las Falanges Universitarias del SEU, trabajó con las mujeres de la Falange en La Coruña y fue nombrada Inspectora Nacional.
– MARÍA VICTORIA EIROA, fue fundadora de la Sección de mujeres universitarias del SEU en la Universidad de Santiago de Compostela en 1935, durante la guerra dirigió la Sección Femenina de Falange de Galicia, para posteriormente ser nombrada Regidora Central de la Sección Femenina del SEU.
– JUSTINA RODRÍGUEZ DE VIGURI, fundadora de las JONS con Ramiro Ledesma y también del SEU de Madrid, luchadora de los primeros tiempos de la Falange. Fue nombrada Delegada Nacional del SEU por el propio José Antonio.
Durante la guerra ocupó el cargo de Regidora Central de Cultura y posteriormente, Regidora Central del SEU.
Cesó en todos su cargos oficiales por discrepancias políticas con el Régimen.
– PURA PARDO GALLOSO, ingresó en la Falange de Lugo en la primavera del 36 y en el mes de mayo fue nombrada Jefa de las mujeres falangistas lucenses.
– MARÍA LUISA LARIOS, de las primeras mujeres falangistas de Málaga, realizó el primer curso de enfermeras de la Falange prestando grandes servicios en distintos hospitales de campaña. Fue hecha prisionera en plena guerra por milicianos rojos aunque a los pocos meses se la canjeó, reincorporándose inmediatamente a su labor cuidando heridos.
Fue también una de las primeras voluntarias para ir de enfermera con la División Azul a Rusia.
– ÁNGELES GARCÍA TUÑÓN, se afilió a Falange a los pocos días de iniciarse el levantamiento armado contra la República en julio del 36, siendo Jefa Local de Prensa y Propaganda, Subdelegada de Auxilio de Invierno y formadora política del Frente de Juventudes, durante la Guerra Civil prestó sus servicios como enfermera.
De igual manera, también fueron recompensadas con la «Y» DE PLATA individual las camaradas Isabel Pantaleón (de la Falange de Santander), Paz Inojal (también de la Falange montañesa), Trinidad Magaña (de la Falange de Ciudad Real), Ángeles Quiñonero (de la Falange de Almería), Esperanza Hernando (de la Falange de Zaragoza), María Josefa Cebrián (de la Falange de Zamora), Magdalena Curet (de la Falange catalana), Rosa Tapia (de la Falange de Almería), Elvira Moreno (de la Falange toledana), Mercedes Ordóñen (de la Falange de Córdoba).
La recompensa de la «Y» DE PLATA se concedió a las mujeres de Falange que hubieran realizado acciones distinguidas, y la «Y» DE ORO a las camaradas que realizaran actos que llevaran consigo gran honor a la Falange.
Normalmente, el acto de concesión de recompensas se realizaba el día 15 de octubre de cada año, coincidiendo con la festividad de Santa Teresa, y la condecoración se llevaba prendida en la camisa azul justo encima del bolsillo izquierdo.
Aunque esta recompensa no figura en el reglamento creado por José Antonio para la Falange primitiva, por ser creadas las «Y» en sus diferentes modalidades después de la guerra, dicha circunstancia no altera ni impide que hoy recordemos a una élite de mujeres falangistas que fueron merecedoras por su servicio a la Falange de tal distinción.
(Fotografías de varias camaradas recompensadas con la «Y» de plata por sus servicios a la Falange, del Archivo de los Guardianes de la Memoria Azul)

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REDACCIÓN