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Dª Peregrina Millán-Astray Gasset, nacida en Lisboa, el 23-01-1942. Única hija del Fundador de La Legión
El pasado día 2 de Septiembre, falleció de modo inopinado Peregrina Millán-Astray y Gasset –Palita, en familia-, la única hija del fundador de la Legión, José Millán-Astray. Tenía 79 abriles y debió cargar durante gran parte de su vida con la pesada losa de no haber sido reconocida legalmente desde su nacimiento como hija de su propio padre.
Una increíble paradoja a simple vista, pero muy sencilla de entender si se repara en que ella vino al mundo en 1943, como consecuencia de los amores tempestuosos del militar con Rita Gasset, sobrina del eminente filósofo José Ortega y Gasset. El fundador de la Legión, amigo íntimo de Franco y procurador en Cortes, estaba desposado entonces con Elvira Gutiérrez de la Torre, fallecida en agosto de 1968. Era por tanto, un hombre casado y, como tal, había cometido un pecado imperdonable en un régimen que no reconocía el divorcio ni tampoco vislumbraba, en su caso, el menor atisbo de nulidad eclesiástica.
Hay hijos que siente pasión por su padre y éste es el caso de Peregrina, que sentía pasión por su padre, a pesar, que con solo 12 años perdió a su padre, el gran militar y fundador de El Tercio de Extranjeros en 1920
22/09/2016 – (Fuente EL MUNDO)- Decía:
Peregrina Millán-Astray Gasset [de los Ortega y…] no conoció nunca al Millán-Astray brutal que describió Arturo Barea en La Forja de un rebelde: «Mi padre murió en 1954 cuando yo tenía 11 años y no pudimos hablar de esas cosas. Para él fui como un juguete. Me solía recoger en el colegio y después íbamos al Prado, al Museo del Ejército… Un día paseando por el Retiro nos encontramos con un moro, el Sultán Azul. Mi padre me presentó y como hablaba francés le di la bienvenida. Al sultán le hizo mucha gracia aquello y me preguntó qué quería de regalo. «Je veux un chameau!«. Estábamos cerca de la Casa de Fieras y no se me ocurrió otra cosa que pedirle un camello. Tres semanas después llamaron desde Valencia porque estaban desembarcando tres parejas de dromedarios».
Los tiempos han cambiado para los descendientes del fundador de la Legión. Hace unos meses, una nieta de Peregrina se echó a llorar en clase de Historia porque el profesor dijo que Millán-Astray sólo había servido para cortar cabezas. «Pensé en ir al colegio para hablar con el profesor pero luego mi otro nieto dijo que enseñaba muy bien y… ¡Qué voy a hacer si él cree eso!», dice con cierta resignación.
Pero la hija de Millán-Astray sí que estará en la manifestación que los Antiguos Caballeros Legionarios han organizado el próximo 24 de septiembre para protestar por el cambio de callejero que prepara el ayuntamiento de Manuela Carmena. En unos meses, la calle del General Millán-Astray pasará a llamarse Avenida de la Inteligencia. «¿De verdad le quieren poner así? A mi padre le hubiese gustado porque él era muy inteligente y apreciaba mucho la inteligencia. Cuando empezaron a quitar las primeras calles en Zaragoza y le dieron la calle de mi padre a María Moliner pensé que él no hubiera objetado nada ante una mujer de ese calibre».
Tuerto, sin gusto ni olfato
La hija del general insiste con una retórica contundente. «Mi padre nunca quiso reconocimientos. Ni títulos -Alfonso XIII le ofreció uno-, ni estatuas porque decía que ‘solo valían para que se cagasen las palomas’. Tampoco le gustaba aparecer en los periódicos. ‘Eso vale para secarse el culo’, comentaba. Pero los legionarios sí que están disgustados porque mi padre era su fundador y ya lo han quitado de todas partes. A mí me molestan estas cosas sobre todo por los legionarios».
La última vez que la ví, fue en la Plaza Mayor de Madrid, en la que pedíamos que no quitaran el nombre a la calle, en honor del militar y fundador de La legión Extranjera, D. José Millán-Astray
Concentración a favor de la calle Millán-Astray
Lo cierto, y es uno de los argumentos que esgrimen los partidarios de dejar la calle al general, es que Millán-Astray tuvo un papel muy secundario en la Guerra Civil y en el Régimen de Franco. Cuando estalló la contienda tenía ya 57 años y físicamente estaba hecho polvo. Además de haber perdido la pierna, el brazo y un ojo, sufría de vértigo. El tiro en la cara (en 1926) le destrozó también parte del oído y le costaba mantener el equilibrio. «Por eso, siempre iba con un legionario detrás», acota su hija. «Tampoco tenía sentido del gusto ni del olfato». El 18 de julio de 1936, Millán-Astray estaba en Argentina dando una conferencia. Antes había estado viajando por Uruguay y en EEUU, en donde dio una charla en West Point. Se había exiliado voluntariamente en 1931. El fundador de la Legión era profundamente monárquico además de amigo de Alfonso XIII y nunca había aceptado la proclamación de la República. «Cuando se produjo el levantamiento, y mi padre supo que habían sido Franco y Mola, cogió un barco a Lisboa. Entonces se presentó en Salamanca y como estaba ya tan mutilado, Franco le encomendó que organizara la propaganda. Sabía arengar muy bien y tenía un inmenso poder de convicción. Por eso, en 1937 fundó Radio Nacional de España. Durante la guerra se dedicó a dar conferencias, a animar a las tropas…». Millán-Astray, insiste su hija, no tomó parte en la conspiración militar ni tuvo papel relevante alguno en la batalla.
Unamuno, según Peregrina
El cambio del callejero, explica Peregrina, se debe al famoso incidente con Unamuno. Avenida de inteligencia sería un guiño oportunista al grito de «¡Muera la inteligencia, viva la muerte!» con el que, según el relato más extendido, Millán-Astray contestó al autor de San Manuel Bueno Mártir en el acto que se celebró en la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936. «Yo nunca hablé con mi padre de ese tema. Cuando eres niña no preguntas esas cosas. Pero he leído sus papeles y pedí a mi madre y a mis tíos que me contaran… Ese día las cosas estaban muy candentes. Unamuno era un hombre inteligentísimo pero con muy mala leche y en la víspera le había pedido a Franco un favor muy prepotentemente [clemencia para un amigo], y él no le contestó. Hubo una recepción y como mi padre ya había sido nombrado jefe de propaganda, estaba ahí con Carmen Polo. Unamuno empezó a dar leña».
A Millán-Astray le llamó mutilado sin grandeza espiritual. «Mi padre entonces pidió la palabra pero Unamuno siguió hablando y le ignoró». Entonces, según la versión de su hija, el general se levantó dando un golpe en la mesa y los falangistas empezaron a gritar ¡Viva la muerte! que era el lema de la Legión. «Mi padre dijo, y lo confirman Pemán y Tebib Arrum [seudónimo de Víctor Ruiz Albéniz, abuelo de Gallardón]: ‘Si la inteligencia sirve para el mal, muera la inteligencia’. Cuando acabó el acto, los falangistas querían linchar a Unamuno pero mi padre les paró los pies y habló con el escritor: ‘Se acabó. Dé el brazo a doña Carmen y ustedes (dijo a los dos legionarios que le acompañaban) les escoltan’. Después Tebib Arrum se acercó al escritor y le escuchó decir: ‘Yo tenía que lanzar una bomba y ya la he lanzado'».
Los Caballeros Legionarios defienden que a Millán-Astray se le debe un reconocimiento por haber fundado el cuerpo más relevante en la Historia del Ejército español del siglo XX. «Hace años quitaron su nombre de una plaza de la Coruña, la ciudad en la que nació. Tenía una estatua muy bonita que le habían hecho cuando se habían cumplido 50 años de la fundación de la Legión pero yo me decidí a poner un pleito cuando le quitaron los honores (era hijo predilecto de la ciudad) que había recibido en 1923, mucho antes de la Guerra Civil. Ganamos en primera instancia y luego por política, los de las Mareas y el BNG le quitaron los honores«
Tras la Guerra, la relación entre Franco y Millán-Astray se deterioró. Los dos generales habían sido muy amigos pero el dictador no aguantaba bien las diatribas monárquicas del fundador de la Legión que constantemente le pedía el regreso de Alfonso XIII y Don Juan. Al acabar la Guerra, Franco le encomendó organizar el Cuerpo de Mutilados.
«Un día vino a verle una señora, creo que era marquesa, que había perdido un hijo en el frente. Había sido capitán de la Legión y un enamorado del cuerpo y de la personalidad de mi padre». La dama quiso regalar a Millán-Astray el palacete que aún hoy se erige en el 107 de Velázquez. «Mi padre le dijo que no podía admitir un regalo de ese calibre pero la señora insistió y al final, se estableció allí la sede del Cuerpo de Mutilados». Cuentan que antes de realizar tan generoso regalo al Estado, el general hizo pasar a la marquesa por un tribunal médico para asegurarse de que estuviese en sus cabales y que pudiese hacer la donación legalmente. «Mi padre no era ambicioso. Se murió con 2.800 pesetas en la caja fuerte».
Con la sobrina de Ortega y Gasset
El principal motivo del alejamiento entre el Caudillo y el fundador de la Legión no fue ideológico. En 1941, Millán-Astray dejó embarazada a María Rita Gasset, hija de Rafael Gasset, ex ministro y dueño de El Imparcial, amén de prima de José Ortega y Gasset, entonces exiliado. El general estaba casado desde 1905 con Elvira Gutiérrez de la Torre, con la que no había mantenido relaciones carnales por una promesa de castidad. Ella se lo confesó en la noche de bodas.
Pese a la falta de miembros, Millán-Astray seguía siendo un hombre presumido como prueban los parches -en realidad monóculos- de diferentes colores que utilizaba para combinarlos con la ropa. «Tenía muy buena pinta porque parecía bastante alto y marcial. Y con el uniforme…», relata Peregrina mientras muestra los monóculos. ¿Fue amante de Celia Gámez, como se cuenta en los libros? «Yo de lo que me acuerdo es de las cajas gigantes de bombones que ella me regalaba»
María Rita y Millán-Astray se conocieron jugando al póker en casa del político Natalio Rivas. Ella, explica su hija, era mujer avanzada y liberal que a los 36 años seguía soltera por voluntad propia. El fundador de la legión tenía 63 años. Peregrina no sabe muy bien cómo sucedieron las cosas pero al poco, su madre le contó al general que estaba embarazada. Millán-Astray se reunió entonces con Franco y le comunicó que iba a pedir la nulidad del matrimonio con su mujer, algo que no sería difícil dado que nunca se había consumado. El Caudillo montó en cólera. [Los motivos varían según los diferentes autores que han tratado la figura del dictador]. Entonces, los amantes huyeron a Lisboa porque la legislación portuguesa permitía reconocer a los hijos naturales. Así, en 1941, nació Peregrina Millán-Astray Gasset. «Mi padre y mi madre nunca se casaron. Una de las cosas que me hubiera gustado preguntar a mi padre es por qué le tuvo que pedir permiso a Franco para anularse». La relación del general con su mujer legítima no se enturbió. De hecho, tía Elvira cuidó a su Millán y Astray hasta su muerte en 1954 y le legó a Peregrina todos sus bienes.
«A los cinco años, mi padre me llevó a conocer a Franco al Pico del Águila, aquí en Madrid. Hablaba y escribía de forma muy rimbombante y me dijo que me quería presentar a un ‘magnífico militar’. Fue la primera coca cola que me tomé en mi vida». ¿Y conoció a su tío Ortega y Gasset? «Fui un par de veces a su casa porque mi madre se llevaba muy bien con su familia pero también era muy niña y no me acuerdo de mucho».
Pablo Iglesias, líder de Podemos suele utilizar a menudo la expresión ser más facha que Millán-Astray. «Mi padre era un hombre de ideas avanzadas. Fue el primero que utilizó la publicidad para reclutar e insistió mucho en que durante los periodos de paz, los legionarios, aprendieran a leer y a escribir. También como había crecido entre presos -José Millán Astray padre había sido director general de prisiones- creía mucho en la redención. Por eso en la Legión se admitía reclutas de toda procedencia [lo que según sus críticos, convertía a la legión en un cuerpo especialmente sanguinario] bajo la promesa de convertirse en un bravo legionario. ¿Carca? Yo creo que cada uno pertenecemos al momento histórico que vivimos. Mi padre solo fue una consecuencia del tiempo en qué vivió. A menudo, me dicen: ‘Anda que si tu padre viviese…’ Pero yo creo que se hubiese amoldado. Para eso soy sobrina segundona de Ortega y Gasset. Millán-Astray era él y sus circunstancias. La fama de sanguinario y el tema mal llevado de Unamuno no son propios de la persona que conocí… Pero en la Legión y en la guerra había que ser muy duro».
Sin revancha
Peregrina enseña el libro sobre la legión que escribió su padre. En la primera página aún se puede leer la dedicatoria. «A María de la Peregrina. Jamás pude pensar que la Virgen Santísima me concediera el don de la suprema dicha, de poder dedicarte a ti, hija queridísima, este libro que contiene todas las escenas de mi ardiente espíritu militar, la heroica Legión, mi hija mayor, y tú la pequeña. Tu amantísimo papá«. Entonces, relata que su padre concibió a su hija mayor cuando le mandaron con 16 años a combatir a Filipinas. «Allí se dio cuenta de que hacía falta un cuerpo de voluntarios bien preparados porque sus compañeros eran muchachos que no sabían ni adónde iban. Después en África, vio cómo la guerra se cebaba con los españoles y reunió toda la documentación para crear un cuerpo similar a la Legión extranjera francesa pero adecuada a las virtudes y los defectos de los españoles. Fue un empeño personal y al final lo consiguió el 28 de enero de 1920«.
¡DESCANSA EN LA PAZ ETERNA, PEREGRINA, GRAN MUJER Y MEJOR HIJA!
La Muerte no es el Final
Autor
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Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún. Aficionado a la escritura y a la historia de España.
Caballero Legionario que fue del IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.
Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas
Luchador nato por el Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.
Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.
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