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PUBLICADO EN EL DEBATE POR GUSTAVO MORALES EL 18 DE SEPTIEMBRE

Gustavo Morales que prologará el próximo libro de SND Editores sobre Julio Ruiz de Alda, adscrito a la colección «Antología falangista».

A los quince años viajó a Madrid para preparar el ingreso en la carrera militar en la Academia Preparatoria Militar Iriarte. Accedió el 1 de septiembre de 1913 a la Academia de Artillería de Segovia, con el número 1 de su promoción.
El teniente Ruiz de Alda marchó al Protectorado de Marruecos en 1919, interviniendo en las operaciones de Beni-Aros y Xauen. Cuando entraron en Xauen, contaba Ruiz de Alda, «la judería, precedida de sus rabinos, surgía de aquella ciudad codiciada y se acercaba lenta a los conquistadores, procesionalmente, ondulantes sus largas túnicas; entonando melodías antiquísimas en castellano clásico; y que cuando ya se hubieron aproximado, les expresaron su bienvenida y su acatamiento con profundas reverencias y con gritos clamorosos de ¡Viva la reina Isabel!».
 

Julio Ruiz de Alda y MiqueleizGTRES

 

 

Pablo Alda escribe sobre los días posteriores: «En las operaciones que siguieron a la toma de Xauen y estando destacado en la posición de Mura-Tahar, fueron cercados por el enemigo que atacaba furiosamente. Impotentes para contenerlos con fuego de cañón y fusilería, llegaron varias veces al cuerpo a cuerpo y tuvieron que rechazarlo matándolos a cuchillo y a culatazos. Y cuando ya la situación se hacía desesperada, el asistente de Julio, Eugenio Altuna, de Tolosa, que alcanzó gran popularidad y fue propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando, atravesó las líneas enemigas de noche, ocultándose en las copas de los árboles y demandó a Xauen socorros que los libertaron».

Después pasó a la Batería Ligera en Tetuán donde trabajó en la Sociedad Electras Tetuaníes para la que realizó el proyecto de salto de agua del río Lucus. En 1922 viajó a la Escuela de Los Alcázares (Murcia) para realizar el curso de observador aéreo. Sus padres se opusieron con un telegrama: «Renuncia aviación o familia». Al que Julio contestó: «No renuncio aviación ni familia».

Ramón Franco y Julio Ruiz de Alda en el Plus UltraArchivos de Historia

 

En marzo de 1922, marchó a Cuatro Vientos, para seguir el curso de observador aéreo. Ascendió a capitán con 24 años de edad. En febrero de 1923, este oficial navarro pasó a la plantilla del Servicio de Aviación, presentando un proyecto de catastro aéreo a la Diputación de Navarra. Pasa al aeródromo de Tetuán, donde realizó vuelos de reconocimiento fotográfico en la región de Gómara y haciéndose cargo de los talleres, donde introdujo varias mejoras de su invención en los aviones «Breguet».
Esas escuadrillas se arriesgaron en tareas como avituallar las posiciones cercadas. Julio lo cuenta en su conferencia La Aviación Española en la guerra de África: «… el enemigo, que estaba repartido, cercaba las posiciones, pero no las atacaba; sólo tiraba al «pichón» a los aparatos que iban a socorrerlas». En esa conferencia relata el aprovisionamiento de la posición de Koba-Darsa. Cinco escuadrillas despegaron para llevar a aquel puñado de españoles cercados, víveres y la ilusión de saberse amparados. Tres de esos aparatos fueron derribados. El avión de Julio sufrió veintisiete impactos de bala y su piloto, Mariano Barberán, resultó herido. En julio de 1924 viajó a la Península para hacer el curso de piloto en Alcalá de Henares.

Plus Ultra

En 1925 los aviadores Ramón Franco Bahamonde y el capitán Mariano Barberán Tros de Ilarduya planificaban un vuelo que enlazara España e Hispanoamérica. Barberán solicitó su baja en Aviación y le sustituye Ruiz de Alda adquiriendo los conocimientos necesarios, fundamentalmente navegación astronómica y radiotelegrafía. En octubre, Ruiz de Alda y Franco trajeron en vuelo el Dornier Wal Plus Ultra a la base de hidros de El Atalayón (Melilla). Tras mucho entrenar, el 22 de enero de 1926, iniciaron el vuelo desde Palos de la Frontera en dirección Buenos Aires, más de 10.000 kilómetros, adonde llegaron el 10 de febrero después de un viaje en el que Ruiz de Alda compartió con Franco los mandos del hidroavión.
Ruiz de Alda, tras dar conferencias en Argentina y Uruguay, regresó a España donde le recompensaron con la Medalla Aérea, la Medalla de Oro de Ultramar, varias condecoraciones extranjeras, la concesión del título de piloto y el nombramiento de gentilhombre del Rey. Ascendió a comandante en 1928. Fue Presidente de la Federación Internacional Aeronáutica en España, defendiendo el establecimiento de una línea aérea regular entre España y Argentina.
En diciembre fue comisionado en la Conferencia de Aeronáutica Civil Internacional, que tuvo lugar en Washington, hasta principios de enero de 1929. Fue nombrado miembro de los Consejos Superiores de Aviación y del Automóvil que creó la Dictadura y Julio soñó con nacionalizar estas industrias. Delegado por el Gobierno viajó a Estados Unidos para comprar la patente de construcción del automóvil popular más conveniente, con objeto de montar una fábrica en España.

Ruiz de Alda disertando acerca del raid del ‘Plus Ultra’ a Buenos Aires en la tribuna del teatro de la Princesa. En primer plano aparece Pablo Rada, el mecánico (El Liberal, 1926)

 

Política

Al iniciarse la Segunda República, Ruiz de Alda se afilió al Centro Constitucional de Maura y Cambó. Todo eso cambió cuando en mayo de 1931 entró en contacto con Ramiro Ledesma Ramos. Ese mismo año, en octubre, el aviador se casó con Amelia Azarola y Echevarría.
En mayo de 1932, Ruiz de Alda realizó su último servicio oficial para la aeronáutica española al ser comisionado para viajar al Congreso Internacional de Aviadores Transoceánicos que tuvo lugar en Roma, donde asiste como ponente y vicepresidente. Allí le impusieron, la Medalla italiana de Gran Oficial de la Corona y recibió de manos de Mussolini la encomienda de San Gregorio el Magno.
Por sus ideas políticas el gobierno republicano vetó a la CETFA, su empresa. En el año 1933, Julio participó con José Antonio Primo de Rivera en la creación del Movimiento Español Sindicalista (MES) y se marchó del Ejército. El 29 de octubre de 1933, habló junto a Primo de Rivera y Alfonso García Valdecasas en el mitin celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid. El acto sirvió para que, pocos días después, se fundase Falange Española, nombre que fue propuesto por Ruiz de Alda en lugar del original MES. En diciembre de 1933, Ruiz de Alda escapó a un atentado al pasar por Tudela, donde ardió su coche.
 
A raíz de la fusión de Falange con las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) en febrero de 1934, Ruiz de Alda formó parte de la junta del Mando Nacional constituida por Primo de Rivera, Ramiro Ledesma, Onésimo Redondo, Fernández Cuesta y Rafael Sánchez Mazas. El 7 de octubre de 1934, los falangistas salieron a manifestarse a la calle por la alegría del fracaso del golpe secesionista en Cataluña. La idea de esa manifestación fue de Julio Ruiz de Alda. También las reivindicaciones de la soberanía española sobre la colonia británica de Gibraltar son más frecuentes en los escritos y discursos de Ruiz de Alda que en los del resto de los líderes azules. Julio lo menciona 16 veces en sus escritos y alocuciones.
Accedió al triunvirato dirigente de la coalición junto con Primo de Rivera y Ramiro Ledesma. En el I Congreso Nacional de FE de las JONS, en octubre de 1934, José Antonio fue nombrado jefe nacional y Ruiz de Alda formó parte del Consejo Nacional y de la Junta Política. En marzo de 1936, el Gobierno ilegaliza Falange. Ruiz de Alda fue detenido en su despacho, el 14 de marzo de 1936, y encarcelado ilegalmente en la Cárcel Modelo de Madrid junto a Primo de Rivera y otros muchos.

Muerte y eternidad

El 22 de agosto de 1936 la prisión fue invadida por milicianos, que decidieron asesinar a varios presos por sus ideas diferentes a las suyas, durante la conocida como matanza de la Cárcel Modelo. Entre los asesinados con Julio también estaban Orellana y Enrique Matorras, desengañados del comunismo, Sinforiano Moldes, procedente del anarcosindicalismo, Pereira, un falangista de raza negra, Fernando Primo de Rivera, el general Capaz, José María Albiñana…
Posiblemente su asesinato impulsó a Ramón Franco, que se había destacado como activista republicano, a unirse a los rebeldes alzados.
Tras Julio, en la guerra, murieron sus hermanos: Eustaquio, capitán de Artillería y de Aviación, cayó tripulando su trimotor en la liberación de Toledo, el 26 de septiembre de 1936; Antonio, estudiante de Derecho y Alférez de la Legión, cayó en las trincheras del Barrio del Lucero de Madrid, el 26 de mayo de 1937.

 

Autor

REDACCIÓN