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Europa y el mundo están en deuda permanente, con las Españas y sus Reinos Católicos

La batalla de Lepanto: Fue un combate naval que tuvo lugar el 7 de octubre de 1571 en el golfo de Patras, cerca de la ciudad griega de Naupacto (Lepanto en italiano).

Se enfrentaron en ella la armada del Imperio otomano contra la de una coalición católica organizada por el papa Pío V, llamada Liga Santa, formada por el Imperio español, los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya. Las fuerzas otomanas navegaban hacia el oeste desde su estación naval en Lepanto cuando se encontraron con la flota de la Liga Santa que navegaba hacia el este desde Mesina, Sicilia. El Imperio español y la República veneciana eran las principales potencias de la coalición, ya que la liga estaba financiada en gran parte por Felipe II de España, y Venecia era el principal contribuyente de barcos.

Los católicos, liderados por Juan de Austria, con tan solo 26 años de edad, resultaron victoriosos y se salvaron solo treinta galeras otomanas. Se frenó así el expansionismo otomano en el Mediterráneo oriental, durante algunas décadas y se provocó que los corsarios aliados de los otomanos abandonaran sus ataques y expansiones hacia el Mediterráneo occidental.

 En la historia de la guerra naval, Lepanto marca el último gran enfrentamiento en el mundo occidental que se libró casi en su totalidad entre naves de remo, ​específicamente las galeras y galeazas que eran descendientes directas de los antiguos barcos de guerra trirreme. La batalla fue en esencia una «batalla de infantería sobre plataformas flotantes».​ Fue la mayor batalla naval de la historia occidental desde la antigüedad clásica, con más de 400 barcos de guerra. En las décadas siguientes, la creciente importancia del galeón y la táctica de la línea de batalla desplazarían a la galera como el principal navío de guerra de su época, marcando el inicio de la «Era de la Vela».

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La victoria de la Liga Santa es de gran importancia en la historia de Europa y del Imperio Otomano, ya que marcó el punto de inflexión de la expansión militar otomana en el Mediterráneo, si bien las guerras otomanas en Europa continuarían durante otro siglo. Durante mucho tiempo se le ha comparado con la batalla de Salamina, tanto por los paralelismos tácticos como por su importancia crucial en la defensa de Europa contra la expansión imperial. También tuvo una gran importancia simbólica en un periodo en el que Europa estaba desgarrada por sus propias guerras de religión tras la Reforma Protestante. El Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de la Victoria, y Felipe II de España utilizó la victoria para reforzar su posición como «Rey Católico» y defensor de la cristiandad contra la incursión musulmana.

 

 Liga Santa:

 Imperio español
 República veneciana
 Estados Pontificios

 República de Génova
 Orden de Malta
 Gran Ducado de Toscana
 Ducado de Saboya
 Caballeros de San Lázaro
 Orden Militar de San Esteban

 

 Juan de Austria
 Álvaro de Bazán
 Alejandro Farnesio
 Luis de Requesens
 Sebastiano Venier
 Agostino Barbarigo 
 Marco Antonio Colonna
 Juan Andrea Doria
 Pietro Giustiniani

Armada de la Santa Liga
• 227 galeras
• 6 galeazas
• 76 fragatas o bergantines
• 1815 cañones
• 86 000 hombres

10 000 muertos
8000 heridos
13 galeras perdidas

 

 

 Imperio otomano

 Alí Bajá 
 Mehmed Siroco 
 Uluj Alí

Armada otomana
• 210 galeras
• 87 galeotas y fustas
• 750 cañones
• 88 000 hombres

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40 000 muertos
8000 prisioneros
200 galeras hundidas, quemadas o capturadas

 

¡Por dos veces, los españoles salvaron a Europa, de estar arrodillados mirando y rezando a La Meca!

¡Gloria y honor a nuestros inmensos héroes, que salvaron la cristiandad y a la Patria!

Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.