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En una mañana de radiante sol, correspondiente al sábado 9 de septiembre de 1961, el Generalísimo Franco inauguraba, en una jornada histórica, el complejo industrial de La Coruña en el lugar de La Grela. En él se iban a asentar las grandes fábricas de Aluminios de Galicia y Grafitos Eléctricos de Noroeste, “GENOSA”,  así como una subestación eléctrica de las Fuerzas Eléctricas del Noroeste “FENOSA”, quien daría servicio a ambas flamantes factorías.

El Caudillo llegó a La Grela,  acompañado del ministro de Industria, Joaquín Planell Riera; los jefes de sus Casas Militar y Civil, segundo jefe e intendente de la Casa Civil, subsecretario de la Marina Mercante y ayudantes de servicio. Fue recibido y saludado por los ministros Secretario General del Movimiento, José Solís; de Obras Públicas, Jorge Vigón;  de la Gobernación, Camilo Alonso Vega; de Marina, almirante Felipe Abarzuza ; de Agricultura Cirilo Cánovas  y sin cartera, y presidente del Consejo de Economía Nacional, señor Gual Villalbi; primeras autoridades militares y civiles de la región, provincia y ciudad de la Coruña, entre ellas, el capitán general, Teniente General  Camilo Menéndez Tolosa; Gobernador Civil Evaristo Martin Freire y alcalde Sergio Peñamaría de Llano. También fue cumplimentado por Pedro Barrié de la Maza, conde de FENOSA, presidente del consejo de administración de las tres empresas, que estaba acompañado por los directores de las mismas, señor Lamit de Aluminios; José Antonio Quiroga de “GENOSA” y Benigno Quiroga López-Vázquez de “FENOSA”.

A la entrada de la fábrica de aluminios de Galicia, Pedro Barrié de La Maza, conde de Fenosa, y el director de la misma, señor Lamit, explicaron al Jefe del Estado, ante unos gráficos, la producción de la factoría y, a continuación, el Generalísimo visitó la central y control eléctrico, las naves de electrólisis y de fabricación de aluminio, así como las de fundición y otras dependencias.

Tras ello el jefe del Estado se trasladó a la contigua fábrica de Grafitos donde fue recibido por su director el recordado y querido José Antonio Quiroga y Piñeyro,  quien le explicó ante diversos esquemas, la fabricación de electrodos de grafito, penetrando más tarde en la nave de prensa para apreciar su funcionamiento. Siguiendo el recorrido posteriormente por las naves de electrodos, hornos y de transformación, visitando también, con todo detenimiento, la sala de máquinas. Recorrió también el Generalísimo el taller de entretenimiento y el de mecanizado.

El Jefe del Estado Generalísimo Franco escucha las explicaciones del director de FENOSA y de la nueva la subestación eléctrica, Benigno Quiroga.

Por último, el Jefe del Estado se trasladó a la subestación eléctrica de La Grela, donde fue recibido por el director de la misma Benigno Quiroga y por el conde de Fenosa. Esa subestación sería la encargada de suministrar energía a toda La Coruña y a su nueva zona industrial, Solamente la factoría de aluminio y la fábrica de grafitos consumirían unos 380 millones de kilovatios hora anualmente.

El Generalísimo, después de visitar detenidamente la sala de mandos de la subestación y la planta de transformadores, se trasladó a un almacén, donde fue obsequiado con una copa de vino español.

Tanto al llegar el Caudillo al complejo industrial de La Grela como al abandonarlo, fue objeto de constantes vítores y Naclamaciones por el numeroso público que le aguardaba estacionado en las cercanías de las fábricas. El itinerario que siguió el Jefe del Estado estaba profusamente engalanado con gran cantidad de banderas, colgaduras y gallardetes.

La nueva factoría de Aluminio de Galicia, que se convertiría en una de las más modernas y avanzadas del mundo, había iniciado ya la producción de lingotes. La fábrica ocupaba una superficie de más de medio millón de metros cuadrados y disponía de varias naves de 400 metros de largo. Se dedicaría  a la producción de lingotes de aluminio. La producción de la fábrica en su primera fase sería de 6.500 toneladas de aluminio; 12.500 en la segunda y  25.000 toneladas en la tercera, que se preveía alcanzar en 1965, alcanzando con el paso de los años las 50.000 toneladas.

La entrada en funcionamiento de aquella gran fábrica hizo que el puerto de La Coruña comenzase a recibir la llegada de numerosos buques que venían cargados de   partidas de alúmina, criolita y cok de petróleo. Para la descarga del material se construyeron tres silos en el muelle de la batería del puerto coruñés, con una capacidad de almacenamiento de 4.500 toneladas de alúmina o 3.000 de cok.

En esa fábrica se produciría durante muchos años el aluminio destinado a las industrias naval, aeronáutica, automovilística y electromecánica, para la construcción de aparatos de uso doméstico, aleaciones para aviones.

1961 El Caudillo de España Francisco Franco, inaugura la subestación eléctrica de FENOSA en la zona industrial de la Grela en La Coruña. Foto Agencia EFE recogida de Internet

La Fábrica de Grafitos Eléctricos del Noroeste se componía de cuatro naves de hormigón de 140 metros de longitud y una torre de mezclas de 35 metros de altura, dos naves de 80 metros de longitud y dos pequeños edificios destinados a oficinas, laboratorio y servicios sociales del personal. La superficie cubierta era de 40.000 metros cuadrados, con un total de 75.000 para todo el recinto de la fábrica. Estaba dotada de maquinaria nacional y extranjera por valor de unos cincuenta millones de pesetas

La producción inicial de electrodos de grafito fue de unas 4.000 toneladas anuales, llegando cinco años después  a  15.000 toneladas, con lo que quedaban cubiertas las necesidades nacionales, iniciándose incluso la exportación de los mismos,

Esa fábrica era la primera que se abría en España y una de las pocas que de su género existían en el mundo. Produciría electrodos de grafito, indispensables en la industria electro-siderometalúrgica, electroquímica y derivados, y en la obtención de aceros finos y especiales.

Las  dos fábricas de grafitos y aluminio, en las que se habían invertido más de ochocientos millones de pesetas,  darían trabajo a más de quinientas personas

Con la inauguración de aquel complejo industrial, La Coruña se abría a los mercados Nacionales e internacionales  y su entrada en servicio suponía un ahorro de más de 150 millones de divisas a las arcas del estado español.

El Jefe del Estado y su esposa, doña Carmen Polo de Franco, asistían esa noche a la cena de gala ofrecida en su honor en el palacio municipal por el Ayuntamiento coruñés.

Un año más los coruñeses tributaron un homenaje de fervorosa adhesión al Caudillo de España, con manifestaciones de vítores y aplausos. El Caudillo y su esposa hicieron  su entrada en La Coruña, escoltado su Rolls Royce Phantom IV por la espectacular unidad de motos de su Casa Militar, procedentes del Pazo de Meirás, a las once menos veinte de la noche. Las avenidas de Linares Rivas, General Sánchez Bregua, Cantones, Marina y Montoto, adornadas con numerosas banderas de España, se hallaban abarrotadas de público, que aplaudió con gran entusiasmo el paso de la comitiva.

Al llegar a la plaza de María Pita, el coche que conducía al Caudillo y a su esposa, fueron disparadas numerosas bombas de palenque, desbordándose el entusiasmo popular de los miles de coruñeses allí congregados. La plaza se hallaba  engalanada con numerosas banderas y gallardetes. El elegante y espectacular palacio Municipal lucía una gran iluminación y de sus balcones y ventanas colgaban numerosos reposteros. En el balcón central un repostero con el Escudo de la Casa Militar del Generalísimo, flanqueado por dos que contenían el Víctor del  Caudillo de España.

En los soportales del Ayuntamiento esperaban al Jefe del Estado y esposa  el alcalde de la Coruña  Sergio Peñamaría, los miembros de la Corporación municipal, los ministros del Gobierno, que se encontraban en La Coruña y las primeras autoridades militares, civiles  y eclesiásticas de la región y de la provincia.

Ante el Ayuntamiento se hallaba formada una compañía del Regimiento de  Infantería “Isabel La Católica”  nº 29, con escuadra, bandera y banda de música, que rindió honores de ordenanza al Generalísimo Franco. El Caudillo, que vestía uniforme de Capitán General del Ejército, escuchó a su llegada el Himno Nacional y de seguido pasó revista  a la fuerza, acompañado por el capitán General de la Región Miliar, Teniente General Menéndez Tolosa.

El Caudillo de España Francisco Franco y su esposa Carmen Polo, a su llegada al Palacio Municipal de La Coruña, Junto a ellos el alcalde de la ciudad Sergio Peñamaría y su esposa.

Tras pasar revista, el Jefe del Estado fue saludado por varios de sus ministros y las principales autoridades. El alcalde de la Coruña le ofreció el bastón de mando. Una vez dentro de palacio se formó la comitiva, a la que precedían los maceros, heraldos, clarineros y timbaleros municipales, así como la guardia municipal en uniforme de gran gala, que por la escalera de honor accedió a la primera planta del consistorio.

Durante unos instantes el Caudillo departió con el alcalde Peñamaría en el despacho oficial de la alcaldía. Tras ello se dirigieron a los salones donde se iba  a celebrar la cena de gala. El Generalísimo entró dando el brazo a la esposa del alcalde de La Coruña. Seguían el alcalde de La Coruña, dando el brazo a doña Carmen Polo de Franco y los demás invitados.

En el transcurso de  la cena actuó la orquesta sinfónica municipal, dirigida por Rodrigo A, de Santiago,  que interpretó obras de Mozart, Haydn, Montes y Gerónimo Gimenez

Tras la cena, en el salón de sesiones actuaron la cantante María Rosa Barbany y el guitarrista José Tomás, que  interpretaron varias canciones de música española, y que fueron obsequiados por el Caudillo y alcalde de la Coruña, con varios regalos.

Una finalizada su actuación, el Jefe del Estado y su esposa, ministros y personalidades, se asomaron al balcón principal del Ayuntamiento, y a otros balcones y ventanas. En ese momento la plaza de María Pita, en  la que se celebraba una verbena popular, estaba atestada de gente. Desde el balcón, el Caudillo y su esposa correspondieron repetidamente a las aclamaciones de los coruñeses. Presenciaron a su vez una vistosa sesión de fuegos de artificio.

Una vez finalizada la sesión, el Caudillo y su esposa se despidieron de las autoridades e invitados. Al abandonar el Palacio Municipal  y salir a la plaza de María Pita, fueron aclamados por el numerosísimo público que abarrotaba la plaza y que testimonió al Caudillo y a su esposa repetidas muestras de adhesión y afecto, a las que correspondieron el Caudillo y su esposa saludando desde el automóvil que les condujo a su residencia del Pazo de Meirás.

En el Pazo, el Caudillo Franco seria informado del atentado terrorista contra el presidente de la república francesa, general Charles De Gaulle. El generalísimo Franco enviaría al general De Gaulle el siguiente telegrama: “Felicito a Vuecencia cordial y sinceramente por haber salido indemne de atentado terrorista que merece unánime reprobación. Hago votos por la grandeza de Francia, tan necesaria en esta hora grave del mundo, así como por vuestro bienestar personal. Francisco Franco, Jefe del estado español.”

El atentado se produjo cerca del poblado de Crancey, entre Nogent-Sur-Seine, y Romilly, a unos 100 kilómetros de París. Una mezcla inflamable con una carga explosiva aneja había sido colocada a la derecha de la carretera, camuflada en el interior de un montón de arena, unida a un cable enterrado, con una longitud de varios centenares de metros, que permitieron a la persona o personas manipular el detonador. La explosión se produjo exactamente cuando pasaba el coche del presidente de la república, general de Gaulle, Afortunadamente se redujo al detonador y a la mezcla inflamable, anexa al explosivo,  sin que llegase a estallar la bomba. Solamente el faro derecho del coche del presidente francés resulto dañado.

PD/ A día de hoy la gran empresa de Aluminios, inaugurada por Franco hace sesenta y un años,  tras diferentes avatares y propietarios, ha cerrado sus puertas. Es el triste destino a que han abocado los incompetentes y en la mayoría de casos  estúpidos y corruptos gobernantes, que desde la muerte de Francisco Franco, han llevado a aquellas modélicas y punteras empresas españolas a la desaparición o a caer en manos de fondos buitre o de países extranjeros. No hago más comentarios, pues rozaría lo permitido por el código penal. Simplemente como español siento enorme vergüenza e infinita pena de cómo se desmanteló el tejido industrial de nuestra Patria.

Otro si: P/D: Escribo este artículo, al amparo de la infecta, criminal, malvada, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros; profanadora de cadáveres de héroes de nuestra historia, manchada con la sangre de las víctimas del terrorismo, a quienes desprecia; un auténtico fraude de ley, que ataca la unidad de España, la verdad, la libertad, la historia de nuestra Patria; que pretende por ley obligar a los españoles a pensar lo que quiere este gobierno corrupto, traidor y estulto y que incluso  ataca de forma ignominiosa al patrimonio cultural, histórico y artístico de España, siendo su único y malévolo fin deslegitimar un régimen, el del Generalísimo Francisco Franco, que llevo a España a convertirse en la novena potencia industrial del mundo y de él que emanó la actual Jefatura del Estado, -no lo olvide Majestad-,  llamada, de forma burda y grosera, ley de “memoria democrática”, de la cual me declaro beligerante y desafiante, recientemente aprobada, que en un párrafo textual de su sectario preámbulo dice: “El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para la democracia”.

A ESO ME ACOJO. EN DEFENSA DE LA VERDAD. SUFRÍ, EN ESTOS ULTIMOS AÑOS, POR MI MANERA DE SER Y PENSAR, LA MUERTE CIVIL, RECOGIENDO CON PALABRAS DE JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA, “LA SAÑA DE UN LADO Y LA ANTIPATÍA DEL OTRO”.

ME DA ABSOLUTAMENTE IGUAL. LA MEMORIA NO PUEDE ESTAR SUJETA A NINGUN TIPO DE LEY. ES ALGO CONSUSTANCIAL CON LA PROPIA PERSONA. ESTA ES MI MEMORIA. NO ME VOY A CALLAR Y ME REBELO ANTE ESTE ATROPELLO DE UNA LEY ANTICONSTITUCIONAL, ABERRANTE, SOVIETICA, QUE ATACA LA LIBERTAD PERSONAL, ÚNICAMENTE PROMULGADA PARA MANTENER LA FALSA VERSION DE LA IZQUIERDA -POR ELLO NECESITAN UNA LEY QUE AMENACE Y ATOSIGUE- PARA DISTORSIONAR, PUES NO PUEDEN REBATIR, EN ABSOLUTO, LA VERDADERA REALIDAD HISTORICA DE ESPAÑA.

 

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Autor

Carlos Fernández Barallobre
Carlos Fernández Barallobre
Nacido en La Coruña el 1 de abril de 1957. Cursó estudios de derecho, carrera que abandonó para dedicarse al mundo empresarial. Fue también director de una residencia Universitaria y durante varios años director de las actividades culturales y Deportivas del prestigioso centro educativo de La Coruña, Liceo. Fue Presidente del Sporting Club Casino de la Coruña y vicepresidente de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña. Apasionado de la historia, ha colaborado en diferentes medios escritos y radiofónicos. Proveniente de la Organización Juvenil Española, pasó luego a la Guardia de Franco.

En 1976 pasa a militar en Fuerza Nueva y es nombrado jefe Regional de Fuerza Joven de Galicia y Consejero Nacional. Está en posesión de la Orden del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo blanco. Miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, es desde septiembre de 2017, el miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, encargado de guiar las visitas al Pazo de Meiras. Está en posesión del título de Caballero de Honor de dicha Fundación, a propuesta de la Junta directiva presidida por el general D. Juan Chicharro Ortega.

 
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