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Considerando, que es del todo necesario informar a la opinión publica desconocedora por ignorancia unas veces, por desinterés otras y las más por “abducción”  a través del mantra establecido y repetido hasta la extenuación “Golpe de Estado de 1936”; se hace necesario mostrar a luz pública, informaciones, datos, documentos etc., con la finalidad de que se conozca la verdad, sobre las causas y el desencadenante  de la contienda española de 1936.

La “Causa Genera 1943 Ministerio de Justicia”, está al alcance de quien quiera leerla, escaneada, con las correspondientes imágenes y reseñas tipográficas, de números de documentos, acreditados todos ellos, tanto testifical como documentalmente.

Así pues, a lo largo de estas entregas, con la inestimable ayuda y apoyo de El Correo De España, pretendo dispensar, retazos, fracciones, escritos, lugares, fechas, direcciones etc.;  del mayor fondo documental existente aun a día de hoy que es la “Causa General de 1943, Ministerio De Justicia”; con el fin de facilitar una lectura más breve, progresiva y accesible; del que paso a reproducir su segunda parte  de manera textual en cursiva:

José Calvo Sotelo asesinado el  13 de julio de 1936

Después de unas elecciones que se celebran en febrero de 1936, bajo el Gobierno de Portela Valladares, político sin opinión, sin partidos y sin Diputados, en las que según unánimes y solventes testimonios reflejados en el extracto del Diario de Sesiones del Parlamento, el constante atropello que las caracteriza constituye la más flagrante violación del régimen democrático  que se invoca, se forma el 19 de dicho mes y año un Gobierno del Frente Popular, creación de la III Internacional, presidido por D. Manuel Azaña, en la forma que el periódico Ahora 19 de febrero de 1936, no enemigo de aquella situación comento diciendo: “Precitadamente se ha formado el nievo Gobierno. El temor a que las masas entusiasmadas con el triunfo electoral, se lanzasen a la calle a imponer su voluntad antes de que el nuevo estado de cosas tuviese un aparato gubernamental  adecuado, ha hecho que, sin esperar más tramites, que acaso no hubieran sido ociosos, se entregue el Poder al Sr Azaña. Desde anoche a las nueve gobierna el Frente Popular.    

Este Gobierno, preside como juez y parte empleando los resortes del Poder, para ejercer toda clase de violencias, la segunda vuelta de las elecciones, haciéndose cargo con esta actuación, de los resultados de la primera vuelta, los cuales falsea,  quedando asi la opinión contraria –derechas y masa neutra-a merced del enemigo ocupante del Poder, que logra de esta manera su triunfo.

Don José  Calvo Sotelo, a presentado por tercera vez, durante la Republica, su candidatura por Orense. Como las dos veces anteriores a triunfado plenamente, y en esta ocasión, en frente de tres candidaturas. No obstante su triunfo clamoroso, con 250.000 votos, indiscutidos, reconocidos como legales por sus enemigos, de ellos 186.000 en Madrid, se ve expuesto a no ser proclamado Diputado, porque  el Frente Popular, dominando en la Comisión de Actas y Calidades, propine la anulación de su acta.

Tan patente es el atropello, que el Sr Anso-que después habría de ser en 1937  Ministro de Justicia, del Frente Popular-, en nombre de la Comisión de Actas, según consta en la página 42 del “Extracto Oficial Del Congreso De los Diputados”, sesión celebrada el jueves dos de abril de 1936, hizo uso de la palabra para hacer constar que la referida Comisión modificaba su criterio y proponía la proclamación del Sr Calvo Sotelo como Diputado a Cortes , reconociendo los “sacrificios” que habían tenido que hacer para llegar a este cambio de opinión ,y que lo había realizado “para que uno de los enemigos  más encarnizados del Régimen , de los Gobiernos Republicanos y del Parlamento, no pueda salir con justicia a la calle  a decir que nos hemos entregado a una persecución sañuda e injusta”  y más adelante añade:  “ Y voy a repetir palabras que antes pronuncie, para que no pueda decir e enemigo más caracterizado del Régimen, que le hemos tratado con una medida de rigor y de injusticia”.

Ya queda “señalado” el Sr Calvo Sotelo, en forma, harto gravísima en un Régimen en el que la vida del ciudadano no tiene garantía alguna. Debiéndose además tener en cuenta el antecedente de que en la sesión celebrada el 25 de enero de 1935, el Señor Calvo Sotelo, según consta en el numero 146 página 5763del tomo correspondiente del Diario de Sesiones, ataco a la Masonería diciendo estas palabras: “Y lo digo con toda claridad y sin ningún género  de veladuras, porque uno de los problemas que tenemos planteado en España es este de la infiltración tentacular de la Masonería en todos los órganos del Estado, incluso en el de  los militares…”

También José Antonio Primo De Rivera, había atacado públicamente  a la Masonería en la sesión celebrada el día 6 de noviembre de 1934, según aparece en la página 4.566, del número 116correspondiente al tomo VII del Diario de Sesiones de Cortes, legislatura de 1933 a 1935.Ambos perecen a manos del Frente Popular, pagando con sus vidas el intento de rehacer la Patria contra los poderes ocultos e internacionales.

José Antonio Primo De Rivera en la prisión de Alicante

Toda la viril campaña de Calvo Sotelo, lleno de fervor patriótico, queda reflejada en el Extracto Oficial de las Sesiones De Cortes del Frente Popular; y llega a un punto tal de acierto esta campaña con tan hondas repercusiones en lao opinión publica que el entonces Jefe Del Gobierno y Ministro De la Guerra, Santiago Casares Quiroga, amenaza al tribuno en plena sesión de Corts el día 16 de junio de 1936, respondiéndole el Sr Calvo Sotelo, después de aludir a los miles de milicianos marxistas ,que al pasar ante los cuarteles haciendo el saludo comunista gritando: ¡”Viva el Ejército rojo”!,

En este estado; tienen lugar una de las más doctas y eruditas, intervenciones que un político haya tenido jamás en el Parlamento Español; sabedor este de que acababa de firmar su sentencia de muerte (Andrés CR): 

“Yo tengo Sr Casares Quiroga, anchas espaldas. Su Señoría es hombre fácil y pronto para el gesto de reto y para las palabras de amenaza; le he oído tres o cuatro discursos en mi vida; los tres o cuatro desde ese Banco Azul y en todos ha habido siempre la nota amenazadora. Bien, Sr. Casares Quiroga. Me doy por notificado de la amenaza de su señoría. Me ha convertido su señoría en sujeto no solo  activo, sino pasivo de las responsabilidades, que puedan nacer de no sé qué hechos. Bien, Señor Casares Quiroga. Le repito: “mis espaldas son anchas; acepto con gusto y no desdeño ninguna de las responsabilidades que se pueden derivar de actos que yo realice, y de las responsabilidades ajenas, si son para bien de mi Patria y para mayor gloria de España, los acepto también ¡Pues no faltaba más!. Yo digo lo que Santo Domingo de Silos contesto a un Rey castellano: “Señor, la vida podréis quitarme, pero más no podréis”, y es referible morir con gloria, que vivir con vilipendio. Pero a la vez, invito al Señor Casares Quiroga, a que mida sus responsabilidades estrechamente, sino ante Dios, puesto que es laico, ante su conciencia, pues es hombre de honor, estrechamente día a día, hora a hora, por lo que hace, por lo que dice, por lo que calla; piense que en sus manos están los destinos de España, y yo, pido a Dios, que no sean trágicos. Mida su señoría sus responsabilidades; repase la historia de los veinticinco últimos años y vera el resplandor doloroso y sangriento que acompaña a dos figuras que han tenido participación primerísima en la tragedia de dos pueblos: Rusia y Hungría  que fueron Kerensky y Karoli. Kerensky fue la inconsciencia, Karoli, la traición a toda una civilización milenaria. Su señoría no sera Kerensky; porque no es inconsciente; tiene plena conciencia de lo que dice, de lo que calla y de lo que piensa. ¡”Quiera Dios que su señoría no pueda equipararse jamás a Karoli”!

– (Diario de Sesiones, número 45, del 16 de junio de 1936, página 1.380 y siguientes)

Esta amenaza publica de Casares Quiroga se ve confirmada con las que en su intimidad profiere el Jefe de Gobierno y Ministro de la Guerra, citándose entre otros testimonios, el del Comandante de Carabineros, al servicio del Frente Popular, José Muñoz Vizcaíno, que en su declaración prestada ante la Causa General, dice: “Que oyó varias veces al entonces Comandante y más tarde Coronel, Luis Barceló, comunista, hombre de confianza y ayudante del Ministro de la Guerra, y Presidente del Consejo Casares Quiroga, que este había dicho en referencia al Señor Calvo Sotelo “que se lo cargaría”-indicando que le daría muerte-“ haciendo alusión  los debates parlamentarios en los que de manera tan eficaz y con una repercusión extraordinaria en la opinión pública intervenía el Jefe del Bloque Nacional.

José Calvo Sotelo en un discurso

El 29 de junio de 1936, el Agente de policía  de la plantilla de Madrid, D. Rodolfo Serrano De La parte es llamado a la Direccion General de Seguridad, que desempeña José Alonso Mallol para que en unión del también, José Garriga Pato, se encargue de la escolta del Sr. Calvo Sotelo, sustituyendo a la anterior, compuesta por D. Antonio Álvarez Ramos, y Basilio Gamo,- este último asesinado por el Frente Popular por el solo motivo de haber sido escolta del Sr Calvo Sotelo-. El nombramiento del Sr Serrano de la parte fue debido a considerársele, además de paisano, amigo del Sr Casares Quiroga y el de Garriga Pato, por ser Mason y afecto al Frente Popular-datos plenamente comprobados en la Causa General-. Una vez que los dos agentes están en la Direccion General de Seguridad, son citados para el día siguiente 30 de junio, compareciendo dicho día ante el Jefe de personal, Lorenzo Aguirre Sánchez-solicitante de ingreso en la Masonería,-que su misión cerca del Sr Calvo Sotelo no sería de protección, sino de espionaje debiendo dar cuenta diaria y detallada de las personas con quien se relacionara.

Dos días más tarde, Aguirre, después de tratar inútilmente de hacer pasar a los agentes a presencia del Director General de Seguridad, Alonso Mallol, les previene en nombre de este último que “caso de ocurrir un atentado contra el Sr Calvo Sotelo, debían, si sucedía en sitio céntrico  simular una protección; pero en realidad abstenerse de ayudar en nada, y si era descampado ayudar a darle muerte”.

Don Rodolfo Serrano de la parte, hombre que había recibido una educación cristiana, incumplir la orden dada en nombre del Director General de Seguridad por su superior jerárquico, se lo comunica inmediatamente al Diputado a Cortes D. Joaquín Bau Nolla, íntimo amigo del Sr Calvo Sotelo. Esta entrevista se inicia en los pasillos de la Cámara De Los Diputados en la que tiene entrada Serrano de la parte  desde el momento en que se encarga de la escolta del Sr Calvo Sotelo, y se continúa al día siguiente en una cervecería de la calle Alcalá.

El Sr Bau, da cuenta a Calvo Sotelo de lo que ocurre y de acuerdo con este último, visita al Ministro de la Gobernación, Moles, en el despacho de Ministros del Congreso de los Diputados, ante quien relata el intento de asesinato del Sr Calvo Sotelo con la complicidad de uno de los agentes de la autoridad, sin decir el conducto por quien ha recibido la noticia negando dicho Ministro su intervención en dicho asunto. Al día siguiente, es el mismo Sr Calvo Sotelo el que visita al Ministro de la Gobernación, en compañía del sr Bau, para reiterarle con mayor firmeza la denuncia; Moles insinúa que podrían ser criterios personales de algún agente, a lo que Calvo Sotelo, con vehemencia, pregunta refiriéndose al Ministro “si ellos eran una pandilla o un gobierno” y que hacia recaer sobre este ultimo las consecuencias que pudieran derivarse de las órdenes dadas por el Sr Aguirre, el que no solo continuó con la confianza del Gobierno, sino que mas tarde es premiado por el mismo Gobierno con el cargo de Jefe Superior de Policía de Madrid. El Ministro según el  testigo presencial Sr Bau no reacciona ante todas las acusaciones, como lógica y naturalmente hubiese reaccionado una persona digna, sin relación alguna con el crimen y que demás encarnaba el Poder Público.

Es de hacer notar, que con la suficiente antelación, se señala la figura del Sr Calvo Sotelo, a las masas marxistas, por elementos afectos del Gobierno, que por boca de su jefe, se define como beligerante, y, asi, el  23 de junio de 1936, el periódico madrileño, “El Socialista “en su número 8.169, publica en la primera página, en la quinta columna, un artículo titulado “Intimidades del Adversario”-Calvo Sotelo cabeza rectora del fascismo-habiendo sido inspirado este violento artículo segun declaración prestada en la Causa General , por Indalecio Prieto. El Sr Serrano de la parte es trasladado inmediatamente a Galicia.  

En las primeras horas de la noche del 12 de julio de 1936,  el Teniente de Asalto afecto al Frente Popular, Castillo es asesinado por unos desconocidos al cruzarse con él en la calle, no habiendo el Gobierno del Frente Popular logrado averiguar ni decir quiénes  fueron los asesinos.

A partir de este suceso, los Jefes y Oficiales del cuerpo de Asalto de Pontejos inmediato al Ministerio de la Gobernación, celebran conferencias con ese Ministro con el Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Guerra Casares Quiroga y con el Director General de Seguridad Alonso Mallol.

Las principales figuras que conferencian con las altas autoridades del Gobierno de la Republica son el Comandante Ricardo Burillo Stolle, EL Teniente Máximo Moreno y el Capitán Fernando Condes de la Guardia Civil, este último, todos ellos de la entera confianza del Frente Popular.

 Después de estas conferencias en las primeras horas de la madrugada del 13 de julio de 1936, sale del cuartel de Pontejos, el autocar número 17 al servicio del cuerpo de Asalto. Es conducido por el Guardia Orencio Bayo Cambronero y ocupan asientos al interior: Victoriano Cuenca, pistolero y persona de absoluta confianza de Indalecio Prieto; José Rey Hernández, Guardia del cuerpo indicado, adscrito a la escolta personal  del Diputado Socialista Margarita Nelken y los Guardias de Asalto Amalo Martínez Cano, Enrique Robles Rechina, Sergio García, Bienvenido Pérez  Rojo, Ismael Bueso Vela, Ricardo Cruz Cousillos, y Aniceto Castro Piñeira. El estudiante del último curso de Medicina, Federico Coello García, afiliado al -partido socialista- persona de la intimidad de Indalecio Prieto-, que por aquel entonces prestaba asistencia médica a Victoriano Cuenca, aquejado de enfermedad especifica; Santiago Garcés y Francisco Ordoñez, de las juventudes socialistas, hombres de acción y de la confianza de Prieto. Al mando de todos, en el mismo vehículo, va, vestido de paisano, el Capitán de la Guardia Civil, Fernando Condes.

Pocos minutos después, parte detrás de autocar, un coche de turismo ocupado por los Oficiales del Cuerpo de Asalto, Capitanes; Antonio Moreno Navarro, e Isidro Avalos Cañada, y los Tenientes; Andrés León Lupion, Alfonso Barbeta y Máximo Moreno.

Se dirigen directamente a la calle de Velázquez llegando hasta la de Diego De León, para dar la vuelta y entrar por su mano derecha, parando el autocar frente a la casa número 89, de la calle de Velázquez; domicilio del Sr Calvo Sotelo. Descienden del autocar el Capitán Condes, José Del Rey, Victoriano Cuenca, y algunos otros números de Asalto; franqueando el portal por El Sereno, suben al piso; llaman al timbre de la puerta y sube una criada, que sin abrir pregunta quien es; contestándosele que abriese a la Autoridad que iba a hacer un registro. La criada se retira sin abrir y da cuenta de lo que ocurre al Sr Calvo Sotelo, que se encontraba descansando; se levanta, y abre la puerta de entrada preguntando que deseaban. Replica el Capitán Condes, que como se ha dicho-iba vestido de paisano exhibiendo su carnet militar, “que tienen que hacer un registro”. Se distribuyen por las habitaciones fingiendo la práctica del mismo, inutilizan el teléfono y manifiesta el Capitán Condes al Sr Calvo Sotelo que la Direccion General.

                    

Vehículo de la Guardia de Asalto donde fue asesinado D. José Calvo Sotelo

De Seguridad, ha ordenado su detención. Hace patente el Sr Calvo Sotelo su condición de Diputado a Cortes, que prohíbe esa detención, salvo en los casos de flagrante delito, que no existe, pretende hablar con la Direccion de Seguridad, notando entonces que esta inutilizado el teléfono; impiden a los familiares e Calvo Sotelo salir del domicilio siendo ineficaces las protestas del Jefe del Bloque Nacional, que no tolera como Diputado su detención y cede ante la palabra de Caballero que da el Capitán Condes, de que dentro de cinco minutos se encontrara en la Direccion General de Seguridad, en la que podría alegar cuanto estimase oportuno. Penetra el Sr Calvo Sotelo en el dormitorio para terminar de vestirse y allí le siguen Condes y Del Rey. Mientras la Señora de Don José consigue preparar un maletín con los útiles más precisos de aseo, unas cuartillas y una pluma y ruega angustiosamente a su marido que no se marche.

Penetra el Sr Calvo Sotelo en el cuarto de sus hijos; da un beso a cada uno de ellos, que duermen. La mayor, Conchita se despierta y  pregunta a su adre a donde va; la tranquiliza Don José asi como a su esposa, de la que se despide en el recibimiento, prometiéndole que en cuanto llegue a la Direccion General de Seguridad hará por comunicar con ellas y mirando a los que le rodean, agrego; “si es que estos señores no me llevan a pegarme cuatro tiros” .Baja rápido la escalera, y ya, en el portal, encarga al portero que avise a sus hermanos, pero, que nada diga a sus padres .Cuando sube al autocar número 17, se vuelve buscando al Capitán Condes con la vista , preguntándole si subía; y al contestarle que si dijo: “Vamos a ver que nos quieren”, despidiéndose de los familiares que estaban en los balcones diciéndole adiós con la mano.

El Sr Calvo Sotelo se sienta en el tercer departamento del autocar, contando como primero el correspondiente al conductor; y ocupa el cuarto asiento del autocar en dicho departamento; a su derecha y a su izquierda se colocan un Guardia de Asalto y un Guardia del Escuadrón de Caballería, también de Asalto respectivamente. Inmediatamente detrás del Sr Calvo Sotelo, se sientan; Victoriano  Cuenca, el Capitán Condes y José Rey, ocupan los asientos contiguos al del conductor y distribuidas en los demás lugares, las personas que antes se mencionaron, cuidando Condes, de que no ocuparan los asientos inmediatamente anteriores al Sr Calvo Sotelo.

El vehículo se pone en marcha, recorre unos cuantos metros y al llegar a la altura del cruce de la calle de Alcalá con la de Velázquez, Victoriano Cuenca empuña una pistola que dirige hacia la nuca del Sr Calvo Sotelo y sin que este pueda darse cuenta de la agresión- está dando su espalda al agresor- hace dos disparos consecutivos, tan inmediatos, que dan la impresión a los que van en el automóvil de que ha sido un solo disparo. Cae de bruces la victima entre los asientos. El pistolero, dibujo los dos tiros en la nuca, según puede apreciarse en la fotografía obtenida y conservada en la Escuela Oficial de Medicina Legal de Madrid, al practicarse la Autopsia del cadáver del Sr Calvo Sotelo.

Reseña Criminalística del acto  de dibujar uno  o más disparos a “quemarropa”. (Andrés CR)

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El autocar, que no ha detenido su marcha, sigue por la calle Velázquez hasta el cruce de Alcalá, en donde está parado un camión con Guardias de Asalto, que al comprobar que es  el autocar numero 17 les deja pasar, continuando calle de Alcalá arriba en dirección al cementerio del Este, ante cuyas puertas se detiene descendiendo del mismo el Capitán Condes, y José Rey, dándose a conocer como agentes de la Autoridad, a los empleados de guardia en el Cementerio, obligándoles a que abran las puertas penetrando en el recinto sagrado con el vehículo del que sacan el cadáver del Sr Calvo Sotelo, que dejan abandonado sobe el suelo, próximo al depósito, en el que es colocado después por los empleados del Cementerio.  

Parte el autocar con todos sus ocupantes y al os pocos metros de la marcha exclama el conductor “Supongo que no nos delataran”; a lo que responde Condes, “No te preocupes, que nada pasara”; agregando José del Rey; “El que diga algo de esto se suicida, pues le mataremos como a ese perro”. 

Llegan al cuartel de Pontejos, descienden los ocupantes del autocar y Victoriano Cuenca hecha el brazo por encima de los hombros al Comandante Burillo, subiendo asi los dos las escaleras, hablando en voz baja hasta la Comandancia, en la que penetran igualmente el Capitán Condes, José del Rey, el Capitán Moreno Navarro y los Tenientes Máximo Moreno, Lupion y Merino. A los pocos momentos llega también el Teniente Coronel Sánchez Plaza.

El Guardia Tomas Pérez limpia inmediatamente el autocar y hace desaparecer las manchas de sangre.

La Señora  de Calvo Sotelo, en cuanto este subió al autocar, procuro ponerse en relación con los familiares y amigos, a fin de rescatar a su marido; unos y otros se encargan de hacer legar a la Direccion General De Seguridad  y al Ministerio de la Gobernación, las noticias y detalles del secuestro.

Ni por el Gobierno, ni por sus subordinados, a quienes específicamente compete actuarse toma medida alguna para averiguar en donde se encuentra el Sr Calvo Sotelo.

“A la Direccion General de Seguridad no ha llegado”, se limitan a contestar y en ninguna comisaria tampoco se encuentra.

La mayoría de los funcionarios y Jefes de servicio de la Direccion General de Seguridad que estuvieron en la noche del 12 al 13 de julio de 1936 en dicho centro, y el Jefe del Negociado del Gabinete reservado e Orden Publico del Ministerio de la Gobernación, de guardia aquella misma noche, han depuesto en la Causa General, coincidiendo y confirmado todos que ni por parte del Gobierno ni del Directo de Seguridad se tomó medida alguna en la averiguación del paradero del Sr Calvo Sotelo, dándose el caso de que cuando algunos familiares de este , se encontraban en el Ministerio de la Gobernación, contiguo al’ Cuartel de Pontejos hablando con el Subsecretario Osorio y Tafall, en el salón grande de la Subsecretaria, penetro el Teniente Coronel de Asalto, Sánchez Plaza, comunicando que el autocar número 17,había llegado al cuartel de Pontejos con manchas de sangre y que según los guardias ocupantes se trataba de la hemorragia nasal de uno de ellos y que todos habían  sido de nuevo distribuidos para prestar diversos servicios. A l oír estas palabras los familiares del Sr Calvo Sotelo,  se hace vivísimo el diálogo entre ellos y el Subsecretario, por lo que Osorio y Tafall se retira del salón donde se encontraba no sin antes, requerir al Teniente Coronel Sánchez Plaza, para que le acompañase volviendo a salir a los pocos segundos, reiterando a los familiares las manifestaciones que antes hiciera de que existía una Compañía de Guardias de Asalto en franca insubordinación.

Aproximadamente sobre la hora en que se registran estas escenas, en el Ministerio de la Gobernación en el despacho del Director General de Seguridad, Alonso Mallol- según declaración de un testigo presencial entonces Comisario General de investigación Social-un Comandante del  Cuerpo de Asalto con visibles muestras de nerviosismo dijo: “Que no había que hacer conjeturas sobre el paradero del Sr Calvo Sotelo pues de haberle ocurrido algo a aquellas horas, ya habría pasado”; dando a entender –sigue diciendo dicho testigo presencial-claramente por el sentido de su frase y su actitud que conocía perfectamente lo ocurrido y que era una forma de dar cuenta del asesinato al Director Genera, pues salió inmediatamente del despacho sin pronunciar más palabras.

El aludido Comisario hizo entonces reflexiones a Alonso Mollol, de que ya se podía comprender lo que había sido del Sr Calvo Sotelo, y que por tanto debía obligársele al Comandante que acababa de marchar que aclarase lo ocurrido.   

Confirma este Comisario coincidiendo con lo manifestado por los demás Jefes de Servicio, en que no se toma por el Director General de Seguridad medida alguna, ni se da orden de que se practiquen diligenciasen averiguación del paradero del Sr Calvo Sotelo, a pesar de que otro Comisario de Policía regresa a la Direccion después de personado en el domicilio del Jefe del Bloque Nacional y le entera de lo ocurrido allí. Coinciden todos también en que la única medida que se adopta a las ocho de la mañana del día 13 de julio de 1936es la detención del chofer conductor del autocar número 17 y la de un Oficial de Asalto, con la impresión de que no se pensaba profundizar más en la investigación del hecho sino procurar únicamente cubrir las apariencias.

Sobre el mediodía del 13 de julio de 1936, comunica la Direccion del Cementerio del Este con la Alcaldía de Madrid ara decir: “Que el cadáver del Sr Calvo Sotelo se encontraba en el depósito del Cementerio adonde había sido llevado por un autocar del Cuerpo de Asalto, hacia las tres de la madrugada y que los ocupantes del autocar habían dejado allí el cadáver sin manifestar a los empleados del Cementerio de quien se trataba; pero que el-quien comunicaba con la Alcaldía -conocía personalmente al Sr Calvo Sotelo y en aquel momento le había reconocido”. Este funcionario ha depuesto en la Causa General, y es lo transcrito fiel reflejo de sus manifestaciones confirmadas en esencia por el propio Ministro de la Gobernación de aquella fecha, Juan Moles Ormella, en la comunicación que el día 13 de julio dirigió al Presidente de las Cortes D. Diego Martínez  Barrios, que se publicó en toda la prensa y que decía, “Que cerca de mediodía, se recibió en el Ayuntamiento, aviso de la Direccion del Cementerio del Este, de que habían dejado un cadáver sobre las cinco de la mañana y que había resultado ser el del Sr Calvo Sotelo.”

La actuación Judicial con motivo del asesinato del Sr Calvo Sotelo se ve entorpecida por los elementos del mismo Gobierno. Cuando se trata de practicar una diligencia de reconocimiento, en rueda para que los familiares y criados reconozcan a las personas que se habían presentado en el domicilio del Sr Calvo Sotelo en la madrugada del día 13, no son los que allí estuvieron los que fueron a la rueda sino otros Guardias de Asalto y personas diferentes. Cuando se logra fijar la actuación del Teniente Máximo Moreno, este que el mismo día 13 de julio se refugió en la Direccion General de Seguridad, elude presentarse ante la Autoridad Judicial y amparado.             

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Cadáver de José Calvo Sotelo en el depósito del cementerio del Este. 

por el Gobierno, continúa en aquel edificio para evitar el interrogatorio judicial y las posibles represalias de elementos hostiles o simplemte indignados por el hecho ocurrido.

Compareciendo por fin, un día a las cuatro de la tarde acompañado del Fiscal General de la Republica y según las declaraciones que constan en la Causa, se limitó la declaración del referido Oficial a un acto meramente formulario, ante la extrañeza de algunos de los funcionarios presentes ya que se esperaban manifestaciones de verdadero interés. Estos mismos funcionarios que de la investigación judicial se deducía que José del Rey resultaba ser un pistolero por el poder público, a quien se le había facilitado el carnet de Guardia de Asalto, sujeto además, que una vez iniciado el Movimiento Nacional, es elevado a la categoría de Comandante del Ejército Rojo; igual categoría alcanzan Ismael Bueso Vela y casos análogos ocurren con otros dos números de Asalto que ocupaban el Autocar. El Teniente Máximo Moreno sale del local donde está amparado, el 18 de julio de 1936, lucha en el Ejército rojo y poco después muere en accidente de aviación. Verificándose el entierro con toda solemnidad siendo presidido por el Director General de Seguridad y por el Diputado Socialista Comunista Margarita Nelken. El Comandante Ricardo Burillo de esa categoría pasa a la de Coronel. Ordoñez pasa a ser jefe supremo de la policía del D.E.D.I.D.E, y Garcés fue elevado a la jefatura del S.I.M central.

No obstante la defectuosa investigación judicial –defectuosa por los motivos ante indicados- el día 25 de julio de 1936  a las doce horas y cuarenta y cinco  minutos en pleno día, por la puerta principal del Palacio de Justicia  de la villa de  Paris, penetra  un grupo de diez o doce hombres milicianos armados con fusiles y capitaneados por un individuo vestido de paisano dirigiéndose a la Sala del Tribunal Supremo, en donde actuaba el Juez que tramitaba el sumario seguido por la muerte del Sr Calvo Sotelo y en ocasión de que un oficial de la Secretaria se encontraba uniendo al proceso determinados documentos se lo arrebatan por la fuerza y los hacen desaparecer.

Avanzada la guerra no ceja el Gobierno del Frente Popular en “agotar el caso Calvo Sotelo” y el Sr Anso- que en la sesión de Cortes del día 2 de abril de 1936 había calificado al Sr Calvo Sotelo de: “el enemigo más caracterizado del régimen”.- ya Ministro de Justicia inquiere del de Gobernación Sr Zugazagoitia, informe sobre los Abogados que al tiempo, del asesinato de Calvo Sotelo protestaron contra el crimen.  

Hace señalarse la circunstancia de que el Presidente de la Republica D. Manuel Azaña, del Consejo de Ministros  Y Ministro de la Guerra, Casares Quiroga; el Ministro de la Gobernación; Juan Moles Ormella; el Director General de Seguridad Sr José Alonso Mallol, el Presidente de las Cortes Diego Martínez  Barrio; el Comandante del cuerpo de Asalto Ricardo Burillo Stolle, y algunos oficiales el mismo que participaron en el asesinato, todos  pertenecían  a la Masonería.                 

Comentarios del articulista:

Obsérvese el “modus operandi” y la “Criminodinamica” en los medios, modos y formas de ejecución del asesinato de Calvo Sotelo; ¿no nos resulta familiar?….
Las amenazas veladas y expresas de muerte, verbalizadas en sede Parlamentaria.
La ocultación y la cobardía tergiversando las causas y escondiéndose.

Son actitudes muy comunes en la izquierda radical, ETA, etc.

Autor

REDACCIÓN